Jaén, una ciudad palaciega en el siglo XIX: ¿qué edificios han llegado hasta nuestros días?

PATRIMONIO

Cerca de una docena de casas nobiliarias y palacetes se reparten por el casco antiguo de la capital jiennense ante el desconocimiento generalizado de la ciudadanía

Así sería el Palacio de los Uribe desaparecido en el casco histórico de Jaén

Aspecto actual de inmueble. / DomusVi

Jaén/La riqueza patrimonial de esta ciudad es tan extensa que pasa inadvertida para sus habitantes en la mayoría de ocasiones. Dentro de su catálogo de edificios históricos destaca un alto número de palacios y casa nobiliarias cuyas funciones acogen hoy múltiples servicios y usos lejanos ya de su origen. Esta ingente cantidad de palacetes evidencia el carácter palaciego de una ciudad que ha terminado por dormitar y descuidar la valía de sus tesoros. Ahora sin lagarto que los proteja y ante la indiferencia de algunas instituciones, es deber de la propia ciudadanía poner en conocimiento de su existencia a los vecinos y vecinas de Jaén.

Aunque es cierto que la nueva edificación urbana y los constantes derribos de edificios históricos nos han privado de auténticas construcciones de renombre, en Jaén Hoy hemos recogido hasta una docena de palacios distribuidos por el casco antiguo. Eso sí, la historia de cada uno de ellos es tan compleja que necesitaríamos de una notable bibliografía, por lo que nos limitaremos a divulgar su contexto de la forma más sencilla posible.

Palacio de la Diputación Provincial

Este conocido palacio, hoy sede de la Diputación Provincial de Jaén, es todo un icono arquitectónico del centro de Jaén y una referencia patrimonial para la calle Bernabé Soriano. Su aspecto actual se debe a una construcción del siglo XIX levantada sobre el solar del desaparecido convento de San Francisco tras la desamortización, edificio que da nombre a la plaza que se ubica frente al mismo (a espaldas de la catedral). Actualmente es, junto con el Ayuntamiento, probablemente la principal obra de arquitectura civil en la capital jiennense.

Fachada principal del Palacio de la Diputación Provincial. / Jorge Rodríguez

El proyecto de esta construcción dirigida por Jorge Porrua y Moreno responde a unas claras líneas renacentistas en su planteamiento y distribución, con una fachada neoclásica a cargo de Justino Flórez de Llamas. Además de su Salón de Plenos, destaca su patio porticado y sus galerías con columnas y balaustres en derredor. En su jardín central se encuentra una fuente ornamental procedente del antiguo convento de Santo Domingo de La Guardia de Jaén. Afortunadamente, todo su perímetro exterior fue restaurado recientemente aprovechando las obras y reparaciones efectuadas en sus cubiertas.

Palacio Municipal o Ayuntamiento

La Casa Consistorial de Jaén guarda toda una retahíla de reformas hasta su aspecto actual. Para hablar de este edificio conviene remontarse al siglo XVI, en cuya ubicación se encontraba entonces el antiguo Palacio de Montemar, un imponente edificio con cierto renombre para la ciudadanía y alguna que otra intervención por parte de Andrés de Vandelvira. Destacaba especialmente su galería alta, habitual en muchos edificios jiennenses de la época, y su célebre balcón, apodado "de Pilatos" por los propios vecinos.

En la idea por adoptar un emplazamiento digno para el Ayuntamiento, fue adquirido a principios del siglo XIX para acoger las oficinas municipales. Tras unas valoraciones, la decisión adoptada fue la de derribar el edificio y convocar un concurso de proyectos para levantar uno nuevo. Fue así como empezó todo un calvario de construcciones que pasaron por el juicio público sin miramiento alguno: el proyecto original de Joaquín Saldaña e Ignacio Aldama, al no causar suficiente agrado, fue reformado apenas unos años más tarde por parte de Agustín Eyres. El resultado, entre modernista y regionalista, pronto fue bautizado por la población como "una estación de ferrocarril francesa".

Ayuntamiento de Jaén.

Ante esa continua escasez de recursos en las arcas municipales, un problema que llega hasta nuestros días, no fue hasta pasada la Guerra Civil cuando tuvo lugar una última reforma llevada a cabo por el arquitecto Antonio María Sánchez, quien le otorgó una imagen más propia y acorde con el resto de edificios ubicados en el entorno de la plaza de Santa María. Y como podemos imaginar, su interior también ha variado de forma considerable en las últimas décadas.

Palacio Episcopal

Aunque su edificación original data del siglo XV, la realidad es que ha sufrido tantas reformas y modificaciones como su vecina Casa Consistorial. Hoy en día presenta un aspecto, sobre todo interior, derivado de la actuación cometida en 1980 bajo proyecto del conocido arquitecto Luis Berges. No obstante, la esencia de su fachada principal mantiene buena parte de su trazado original, con sendos escudos y la clásica galería superior algo transformada. Este palacio es la sede del Obispado de Jaén y su diócesis, por lo que es una muestra clara de cómo la plaza de Santa María se convirtió en el devenir de los siglos en el centro neurálgico del poder religioso y civil en la capital jiennense.

Fachada principal del Obispado de Jaén. / Francisco González

Palacio de Villardompardo

Este lugar constituye unos de los principales atractivos turísticos para la ciudad, quizá a veces supeditado a la ubicación de los Baños Árabes bajo su construcción. Ciñéndonos al propio palacio, cabe señalar que fue construido en el siglo XVI por el primer Conde de Villardompardo y Virrey del Perú, don Fernando de Torres y Portugal. Sin embargo, también ha sido sometido a varias reformas a lo largo del tiempo, como la incorporación de la anexa capilla de La Visitación.

Destaca en su interior el patio con una galería de orden toscano, es decir, con arcos de medio punto ligeramente rebajados. "Sobre las cuatro columnas de las esquinas descansan cuatro arcos: los dos mayores, forman el ángulo de la galería; los dos menores, están unidos al muro perimetral convirtiéndose en columnas “en palmera”, solución que había sido utilizada por el constructor musulmán que había realizado la gran Sala Templada de los Baños Árabes subyacentes".

Hoy en día, como centro cultural, alberga varios museos, el de Arte Naïf y el de Artes y Costumbres Populares, además de otras salas de exposiciones temporales. En su subsuelo se encuentran los baños árabes más grandes y mejores conservados de Europa, cuya recuperación y restauración en 1984 le valió para recibir la medalla de honor Europa Nostra.

Palacio de los Cobaleda Nicuesa

Fue Casa del Deán y es uno de los mayores ejemplos de casa señoriales en Jaén. La historia de su edificación es bien compleja: el origen del inmueble se sitúa entre el siglo XV y el XVI, con profundas adaptaciones en las centurias posteriores. Sería Cristóbal de Cobaleda quien plantease esta obra dentro de los gustos propios de la época, como el barroco más sevillano apreciable en su rico e impresionante oratorio. En la actualidad, tras numerosas vicisitudes, este palacio es propiedad de la familia Bonilla y Mir, pero los interesados en conocerlo de primera mano pueden hacerlo a través de las visitas guiadas disponibles.

Palacio del Condestable Iranzo

Su localización responde al asentamiento de la burguesía jiennense propio del modernismo y regionalismo, aunque su estilo guarda un estilo mudéjar debido a su origen musulmán. Fue adquirido por Miguel Lucas de Iranzo e 1462, quien lo convirtió en un suntuoso palacio de gran extensión. De su riqueza patrimonial podría hablarse largo y tendido, pero si hay algo más que destacable es su alfarje y artesonado polícromo en el popularmente denominado Salón Mudéjar. En este complejo se adhiere a su vez el antiguo cine Darymelia, el cual presenta un claro esquema regionalista.

Palacio de los Condes de Corbull

Fue vivienda de la familia Contreras, con título de Condes de Corbull, en la señorial calle Carrera de Jesús en pleno siglo XIX. Su espacio interior fue profundamente rehabilitado para albergar una residencia de mayores hace unos años. No obstante, en su fachada simétrica se adivinan algunos de sus trazados originales, como la hornacina central con el escudo familiar presente en el último piso y las molduras de estilo neoclásico de sus ventanas.

Aspecto actual de inmueble. / DomusVi

Palacio de los Vélez

Pasa bastante desapercibido al encontrarse prácticamente encajado a la sombra de la catedral, en la calle Almenas, uno de los rincones preferidos para los cofrades de la ciudad. Este palacio, en la actualidad sede del Colegio Oficial de Arquitectos, fue mandado construir en el año 1506 por Alfonso Vélez de Mendoza, caballero de Jaén y su procurador en las Cortes. La fachada, sin embargo, se sustituyó con el tiempo por la actual de 1630. Es destacable, dentro de ese legado casi oculto que alberga su edificación actual, su fachada con galería porticada en la que se observan algunos escudos nobiliarios y un pequeño jardín con una fuente adosada.

Palacio de los Vilches

Se trata de un edificio renacentista del siglo XVI ubicado en la Plaza del Deán Mazas y declarado Monumento Histórico. Es uno de los pocos vestigios visibles de la antigua Plaza del Mercado, un amplio espacio del centro jiennense que funcionó como auténtica plaza mayor para la ciudad. Fue mandado construir por Cristóbal de Vilches Coello y destaca su clásico soportal "a la italiana", donde existen unos curiosos relieves que evocan diferentes personajes de la antigüedad. Actualmente es sede y oficina del BBVA.

Palacio del Vizconde de Los Villares

Este antiguo palacio de estilo renacentista fue la última vivienda de los vizcondes de Los Villares en Jaén, aunque en la sociedad jiennense es conocido como palacio "del Conde-Duque". El edificio, probablemente de mitad del siglo XVI, aunque con reminiscencias dieciochescas en su fachada, llegó a ser propiedad del afamado Bernabé Soriano. Sería durante su estancia en el mismo cuando sufriría una profunda reforma. Tras varias funciones diferentes, el edificio cayó en declive hasta su última restauración, en la que aún se debate su posible uso más inmediato.

Palacio del Marqués de Navasequilla

En realidad, tan solo se conserva su fachada, ya que fue reconstruido y convertido en complejo de viviendas en 1978 por el arquitecto Luris Berges. Quizá resulte más conocido por albergar el cine 'Alkázar', cuya reapertura está prevista en los próximos meses. Esta imponente edificación de la calle Muñoz Garnica perteneció a los marqueses de Navasequilla allá por el siglo XVIII. En su última planta destaca la típica galería de este tipo de palacios jiennenses.

Palacio de los Quesada Ulloa

Fue casa del capitán Fernando Quesada y Ulloa en el siglo XVI. Su señorial aspecto con notables elementos decorativos está rematado por una galería de arcos de medio punto, si bien su elemento más reseñable es la torre anexa en uno de sus extremos, decorada con medallones de héroes clásicos y su patio interior con columnas toscanas. Este inmueble situado frente a la iglesia de La Merced alberga hoy la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento.

Palacio ubicado en plena plaza de La Merced. / Carlos Lallena

Otros restos de palacios desaparecidos

La lista de palacetes presentes en el callejero jiennense podría proseguir si atendemos a construcciones rehabilitadas o con un claro pasado señorial. Por lo pronto, podemos mencionar la existencia de edificos ya desaparecidos como la lamentable pérdida del Palacio de los Uribe en el casco histórico o incluso el palacete de los Vera y Prado. Asimismo, existen otros vestigios aún presentes en algunas viviendas, como la casa-palacio del doctor Eduardo Arroyo en la calle Almendros Aguilar, entre otros.

En definitiva, la ciudad monumental que algunos se empeñan en buscar fuera sigue tan presente como antaño en el plano de esta ciudad. Es nuestra labor ahora como ciudadanos saber divulgar este pasado más palaciego y otorgarle el reconocimiento que se merece. ¿Conocías la existencia de la mayoría de estos palacios?

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