La estafa del exagente de seguros de Bailén: ¿dónde están los 3 millones de euros desaparecidos?
Tribunales
En noviembre se cumplen tres años de la primera denuncia contra el investigado, Juan José A. N.
Los afectados lamentan los escasos avances en la instrucción del caso, iniciada en enero de 2021
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A mediados del próximo noviembre se cumplirán tres años de un mensaje fulminante: “Qué daño me has hecho. Tranquila, que cobrarás, te lo aseguro”. Eran las 14:21 de un día de finales de 2020. España estaba sumida en el segundo estado de alarma decretado por el Gobierno para contener la alta incidencia de coronavirus, Rafa Nadal se preparaba para enfrentarse al griego Tsitsipás en el quincuagésimo primer Torneo de Maestros y Juan José A. N., por entonces agente de seguros exclusivo de Allianz en Bailén, le reprochaba por WhatsApp a una clienta, vecina del pueblo, que hubiera presentado una queja contra él ante la compañía alemana. Ella argumentaba que llevaba meses pidiéndole los cerca de 30.000 euros que había invertido, a través del propio Juan José, en un seguro de ahorro, pero que él no se los devolvía. “Ok, no te preocupes, yo soy culpable, lo sé […]. No pasa nada, ya lo solucionaré”, le escribió el agente.
Tres meses más tarde, el 26 de febrero de 2021, la magistrada sustituta del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Linares mandó a Juan José A. N. a prisión de forma provisional y sin fianza como presunto autor de dos delitos: uno de estafa continuada por más de 3,4 millones de euros y otro de blanqueo de capitales. Era lo que habían pedido tanto la Fiscalía como los letrados de los en torno a cien afectados que se personaron en la causa como acusaciones particulares. Casi tres años después, sin embargo, y con el investigado en la calle desde el verano de 2021, el caso está en punto muerto.
El Gatsby devoto de la Virgen de los Dolores
Juan José A. N. no era un tipo del montón en Bailén. Locuaz, chistoso, familiar, extrovertido, adulador, “extremadamente amable”, afirman los que le conocen. “Es el típico hombre que sabe decirle a cada persona las palabras que quiere escuchar”, añaden. “Me trataba como a su amigo, como a su hermano”, apunta otro vecino. Una suerte de Gatsby, pero sin el glamour ni el fatalismo fitzgeraldiano, sino con un savoir faire moldeado en el cerámico pico y pala de Sierra Morena, un verbo que se adaptaba a cada circunstancia como se acostumbra el barro a las manos que lo moldean. Sólo había algo de lo que nunca soltaba prenda en público: su trabajo. “Siempre mantenía la confidencialidad. Nunca habló en ninguna reunión familiar de ningún cliente”, aseguran desde su círculo más íntimo.
En nochevieja no faltaba un whatsapp suyo a sus contactos deseando un buen año junto a una imagen de la virgen María y el niño Jesús. Cofrade de la Virgen de los Dolores y cristiano practicante, “de iglesia diaria”, no comparte, sin embargo, el voto de humildad de Jesucristo. “Hacía todos los años un viaje de superlujo que le regalaba la compañía. A Brasil, las Seychelles…”, apuntan a Jaén Hoy fuentes cercanas al investigado. “También le gustan las monterías y codearse con gente de renombre. A veces ha ido hasta Santander para cazar”, reconoce una de las víctimas de la estafa. En definitiva, el hombre al que todos conocían y por cuya integridad todos habrían puesto la mano en el fuego. Alguien de quien fiarse para que se hiciera cargo del dinero de uno.
Dinero en mano y pólizas ficticias
En el auto de puesta en prisión provisional de febrero, al que ha tenido acceso Jaén Hoy, se describe con detalle, fruto de las diligencias de los investigadores, el modus operandi de Juan José. En su calidad de agente exclusivo de seguros de Allianz y como administrador solidario de su empresa, Baécula Agente de Seguros, S. L., ‘Juanito’, como muchos le conocen en el pueblo, hacía uso de su hiperbólica labia para ofrecer a sus clientes fondos de inversión o de ahorro, entre otros productos, con intereses altísimos de entre el 6 y el 10%, muy por encima del mercado y muy suculentos por los futuros réditos que generarían. Sin embargo, igual que en el arte de la prestidigitación, todo era puro humo. En la mayoría de las ocasiones, el agente pedía el dinero en mano y suscribía pólizas ficticias. “En algunos casos ni tan siguiera llegaron a confeccionarse. En otros se realizaban pólizas simuladas, sin que constaran dadas de alta en el sistema de Allianz, o bien se contrataban pólizas por productos distintos a los que realmente el cliente estaba contratando, o se realizaban las pólizas por los productos ofrecidos, pero con menor valor que el invertido por el cliente”, detalló la jueza.
En cuanto al abono de los intereses, también se hacía, por regla general, en metálico, siempre respetando los plazos acordados, aunque había veces en las que Juanito aconsejaba a sus clientes que reinvirtieran estas sumas en las pólizas falsas. Así iba aumentando el capital del que ya disponía. En pos de todo ello, “el investigado utilizaba los recursos que le ofrecía ser agente de Allianz, papel con membrete de la compañía, sellos de la misma, etcétera”, se acota en el auto. Siempre fiel a este proceder, durante diez años, Juan José A. N. “montó una red, o cartera, de clientes, mediante engaño basado en la confianza ofrecida por ser una persona conocida de la localidad de Bailén, de la que son la inmensa mayoría de las personas estafadas, con el respaldo y fiabilidad que ofrecía el estar contratando productos de una empresa solvente, Allianz, a nombre de la cual vendía los productos”.
La caída de la supuesta estafa
La presunta estafa funcionó como una máquina perfectamente engrasada hasta primeros de 2020. Fue entonces cuando Juan José empezó a dejar de cumplir de forma celosa con los plazos prometidos a sus clientes en cuanto al pago de intereses y la devolución de las cantidades invertidas. Una de las afectadas, la que recibió el whatsapp del agente citado al inicio, explica a este medio que, en febrero de 2019, metió cerca de 30.000 euros en una póliza de ahorro con un interés del 6% durante un año. Sin embargo, pasado ese periodo, cuando quiso recuperar su dinero, comenzaron los problemas. “Me dio unos plazos para devolvérmelo, pero no los cumplió”, afirma.
Un mes después, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció una medida que convulsionó el país: el decreto del primer estado de alarma para frenar la pandemia de coronavirus. “[El investigado] me comentó que, como todo estaba paralizado, tenía que esperar más para que me diera el dinero”, cuenta esta vecina bailenense. De acuerdo a su versión, las excusas fueron continuas durante nueve meses. Pero la paciencia tuvo un límite: harta de que Juan José le diera largas, el 17 de noviembre de 2020 la clienta envió un correo a Allianz quejándose de las evasivas del agente de seguros. “Sentimos que nos está engañando”, escribió en el email.
Un mes y medio más tarde, ya en enero de 2021, Allianz tomó medidas y rompió su relación comercial con Juan José. Desbordado por la situación e incapaz de reconducirla, el mediador empezó a citar en su agencia a sus clientes para comunicarles que la compañía bajo cuyo sello había estado operando todo aquel tiempo le había arrebatado sus claves de acceso al sistema por las quejas recibidas, de modo que le era imposible recuperar su dinero para devolvérselo. Aquello fue el detonante definitivo de una bomba cuyo estallido se materializó en decenas de denuncias contra él, incluida la de Allianz, que le reclamaba y le reclama 85.586 euros. Según consta en el auto del Juzgado de Linares, Juan José anotó en su agenda: “¿Me quedo en Bailén o me quito de en medio?” Y se quitó de en medio. Rumbo a Málaga, en concreto.
Los papeles de Baécula
El 15 de enero de 2021, la Policía Nacional detuvo a Juan José A. N. en la capital de la Costa del Sol. Los agentes le incautaron una cartera con diversos documentos: cuarenta pagarés, un cheque a nombre distintas entidades bancarias de los que era beneficiaria su empresa familiar y doce documentos de reconocimiento de deuda a nombre de varios clientes que sumaban algo más de 2,7 millones de euros. También le fue intervenido un bloc con membrete de Allianz en el que tenía una lista con los nombres de los posibles perjudicados por la presunta estafa y el dinero que había invertido cada uno de ellos.
Por último, en el auto se menciona la agenda del mediador de seguros, que tenía “anotaciones de las que se desprende el reconocimiento de la actuación ilícita que estaba desarrollando, así como anotaciones de las que se denota la intención de destruir pruebas o minimizar los efectos económicos que el ilícito investigado pudiera tener una vez se destapara la red que estaba tejiendo, incluso la intención de poder eludir la acción de la Justicia”. De hecho, la jueza interpretó su viaje a Málaga como un posible intento de ocultar evidencias. Del dinero de los afectados no había ni rastro: aunque Baécula Agente de Seguros, S. L., hacía operaciones con distintas cuentas bancarias, tanto estas como las personales de Juan José estaban prácticamente vacías.
Seis meses en prisión provisional
Juan José A. N. fue llamado a declarar al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Linares el 26 de febrero. Sólo aceptó responder las preguntas de la jueza y del Ministerio Fiscal. En su comparecencia, reconoció los hechos que se le imputaban, al respecto de lo cual concretó que siempre actuó a espaldas de Allianz. Se mostró dispuesto a colaborar con la Justicia, fruto de lo cual sus letrados pidieron que quedara en libertad. No obstante, la jueza entendió que había indicios “más que suficientes” para enviarlo a chirona como medida preventiva y, así, evitar el riesgo de fuga, de destrucción de pruebas y de entorpecimiento de la investigación, “como demuestra el hecho de que presuntamente pretendiera ocultar […] la documentación intervenida en Málaga”. Además, la magistrada sospechaba que, al no haber constancia de dónde estaba el dinero supuestamente defraudado, Juan José tenía “medios económicos que, obviamente, no constan en la averiguación patrimonial realizada por este Juzgado” para “sustraerse de la acción de la Justicia”. En román paladino: que podría usar el dinero oculto de sus clientes para borrarse del mapa.
El 26 de marzo, compareció ante la Justicia la mujer de Juan José, Elena N. D. Lo hizo como investigada, ya que figuraba como administradora solidaria de la agencia de su marido. Sin embargo, afirmó que no tenía ni idea de ninguna supuesta actividad ilícita ni de cómo se hacían las cosas en la oficina. Las acusaciones particulares solicitaron que se incluyera a Allianz como investigada en la causa ante la falta de control ejercida hacia la actividad de su agente exclusivo en Bailén. Se apoyaban en el hecho de que la multinacional renovó en 2019 su contrato con la firma familiar, Baécula Agente de Seguros, S. L., a pesar de que esta llevaba sin presentar cuentas desde 2013, según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme). Es más, dos de los responsables de la firma en la provincia de Jaén, que declararon como testigos ante la jueza el 4 de mayo, afirmaron que no se controlaba lo que hacía Juan José en su oficina porque, al tratarse de una empresa independiente a la propia Allianz, no tenía por qué vigilar su actividad. Tres peritos de la asesoría Ernst&Young defendieron, por videoconferencia, el sistema de prevención de delitos de la aseguradora. La jueza se acabó oponiendo a la demanda de los denunciantes.
En agosto de aquel año, seis meses después de que Juan José ingresara en prisión, la Fiscalía pidió que se le pusiera en libertad provisional. Sólo se dio a la defensa un día para presentar alegaciones. Una semana después, la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Linares aceptó la solicitud del Ministerio Público al considerar que ya no había riesgo ni de fuga ni de destrucción de pruebas.
Los lentos avances indignan a los afectados
Juan José A. N. sigue en la calle desde entonces. No está en Bailén, tampoco en Málaga, sino en un municipio de Granada. Amparado en el anonimato, se mantiene fiel a sus costumbres: va a rezar a la iglesia y a misa siempre que puede, como si el escándalo de finales de 2020 y primeros de 2021 no hubiese sido más que un mal sueño. La supuesta estafa piramidal de la oficina de seguros Baécula se destapó hace ya casi tres años, pero la investigación se halla en impasse desde 2021. “La Justicia nos tiene totalmente abandonados”, lamenta una de las perjudicadas. Algunos ya han fallecido sin haber podido recuperar su dinero. Aunque el tiempo hace su trabajo y tiene poder para fortelecer el olvido, hay quienes no dejan de hacerse a diario la misma pregunta: ¿dónde están los 3,4 millones de euros que defraudó, supuestamente, el que un día fue el Gatsby de la capital de la cerámica?
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