Ropa Vieja
Martín Lorenzo Paredes Aparicio
Con zambombas y sin villancicos
INTERNACIONAL
Aunque pueda parecer que todo un continente nos separa de esta realidad, hay personas que terminan aportando su propio granito de arena en un sistema corrompido por el interés de unos pocos y capaz de arrebatar las vidas de miles de inocentes. Huda Emad es uno de esos ejemplos de solidaridad, y su herramienta no es otra que el micrófono y la cámara. Estudió en el I.E.S. Huarte de San Juan, en Linares, y ya lleva más de un año cubriendo la ofensiva israelí sobre el territorio de Gaza.
Cumplió tan solo 26 años en el mes de agosto y ya puede decir que ha mirado a la muerte a los ojos. "Comienzo mis 26 lejos de mi familia y amigos, bajo una guerra genocida israelí que ha arrasado con todas nuestas vidas", publicaba en sus redes sociales entonces. Cada semana comparte su dura experiencia entre sus seguidores como una manera de crear conciencia sobre lo que ocurre en Palestina. "Me gustaría agradecer a la gente que ha estado conmigo en estos días tan difíciles haciéndolos menos duros, gracias a los que han confiado y siguen confiando en mí y dándome su apoyo incondicional".
En realidad, su llegada a Gaza se produjo de forma fortuita, según cuenta en una entrevista concedida a El Periódico de España. Esta joven linarense viajó hasta allí de vacaciones con su familia, quedando atrapada en cuanto se cerró la frontera con Egipto. Allí optó por aprovechar su perfil como hispanohablante para convertirse en periodista de guerra. Así fue como empezó a informar sobre el conflicto a través de las ondas de W Radio y en las cadenas de televisión Hispan TV y Telesur.
Hace un par de meses cumplía 365 días cubriendo la guerra de Gaza, una situación que la ha llevado a soportar momentos "increíblemente difíciles". Ella tiene clara su labor en esta guerra que continúa arrebatando vidas a su alrededor. "La distancia y los desafíos pesan mucho, pero las historias y la verdad deben ser contadas". Su vida, al igual que la de otros muchos periodistas, peligra constantemente, pero a pesar de ello mira con esperanza a la espera de que todo cabe. Y ojalá sea más pronto que tarde.
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