Los hermanos acusados de matar a su cuñada en Arjona pactan con la Fiscalía

Tribunales

Nicolás y Anastasio C. G. aceptan sendas condenas por homicidio y homicidio en grado de tentativa, respectivamente, para evitar ir a juicio, que iba a celebrarse entre el 1 y el 5 de julio

La víctima, Lucía Aránega, perdió la vida fruto de las heridas por arma blanca recibidas durante una pelea por rencillas familiares en mayo de 2022

La Fiscalía acusa de homicidio a dos hermanos por matar a navajazos a su cuñada en Arjona

Sede de la Audiencia Provincial de Jaén
Sede de la Audiencia Provincial de Jaén / Europa Press

El 23 de mayo de 2022, Lucía Aránega, una vecina de Arjona de 32 años, murió desangrada a las puertas de su casa por culpa de los navajazos recibidos durante una pelea en la que intervino para defender a su hermana, María de Mar, de sus dos cuñados, Nicolás C. G., de 41 años, y Anastasio C. G., de 33, los hermanos de su marido. La Fiscalía acusaba al primero de un delito de homicidio y al segundo, de homicidio en grado de tentativa, al igual que la acusación particular ejercida por la familia de la víctima. El viudo iba más allá y pedía sendas condenas por asesinato y asesinato en grado de tentativa, respectivamente, para sus hermanos. El inicio del juicio, con tribunal del jurado, se señaló en enero para el 1 de julio, es decir, el próximo lunes. Y aunque la sala de la Audiencia Provincial de Jaén estaba reservada para dedicar toda la semana a la vista oral, hasta el viernes 5, finalmente ello no ocurrirá, según han confirmado fuentes del caso y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a Jaén Hoy. Los dos acusados llegaron este jueves a un acuerdo con la Fiscalía y las dos acusaciones particulares. Han aceptado sendas condenas por los delitos de homicidio de los que se les acusaba, aunque con un castigo inferior al inicialmente solicitado por el Ministerio Público. Este periódico no ha podido confirmar los términos concretos del pacto en este sentido.

Según la versión de los hechos sostenida por la Fiscalía, la muerte violenta de Lucía fue la última consecuencia de una serie de rencillas familiares que se fueron agravando con el tiempo. En el auto de puesta en prisión provisional de los acusados que dictó el Juzgado de Instrucción número 1 de Andújar en 2022, de hecho, se detalló que la familia política de la víctima no la aceptaba porque era paya. La relación con su hermana, María del Mar, y el marido de esta, Antonio, tampoco era la mejor. No en vano, la noche en la que se produjo el homicidio, Nicolás y Anastasio acudieron a la calle Arrabal de San Martín, en la que vivían ambas hermanas con sus respectivos maridos e hijos -todos menores de edad-, en busca de Antonio. Llegaron en una furgoneta junto a un hijo de Nicolás, llamado Miguel y también menor. El niño se había peleado con una de las hijas de María del Mar y Antonio, y Nicolás y Anastasio querían aclarar lo sucedido con el padre de la niña, al que reprochaban que hubiera amenazado a la menor.

Lucía y María del Mar estaban charlando en la puerta de la casa de esta última cuando los dos hermanos reclamaron la presencia de Antonio, que se hallaba dentro de la vivienda. Los tres se alejaron unos metros de las dos hermanas y comenzaron a discutir. Siempre de acuerdo a la versión del Ministerio Público, la situación fue subiendo de tono hasta que derivó en una pelea. Antonio cayó al suelo y María del Mar corrió en su defensa. Llegó a abofetear a Anastasio y a derribar a Nicolás, tras lo cual ambos sacaron sendas navajas y empezaron a atacar a la mujer. Lucía se interpuso entre ellos y su hermana para protegerla. Nicolas la agarró por la espalda y le asesto varios navajazos de gravedad. Después, los dos hermanos huyeron en la furgoneta junto al menor con el que habían llegado.

Arresto y prisión provisional

La Guardia Civil encontró la furgoneta dos días más tarde en el barrio de los Arrayanes de Linares. Horas después, Nicolás y Anastasio se entregaron en Andújar. Ambos negaron ante la jueza de instrucción haber apuñalado a María del Mar y Lucía. Además, dijeron que había sido Antonio el que les había amenazado con un arma blanca y que, si habían estado en paradero desconocido un par de días, fue por temor a represalias. La magistrada no les creyó y les mandó a chirona a la espera de que se archivara la investigación o se señalara el juicio, como acabó ocurriendo. Sin embargo, el acuerdo alcanzado ahora por ambos acusados con la Fiscalía y las dos acusaciones particulares ha puesto el punto final al caso antes de lo esperado.

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