Guardan en Jaén dos botellas de aceite de los olivos bajo los que fue traicionado Jesucristo

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Provienen del Huerto de Gethsemaní, en el Monte de los Olivos, del mismo Jerusalén

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Dos botellas de aceite del Monte de los Olivos.
Dos botellas de aceite del Monte de los Olivos.

Jaén/“Vigilate et orate, ut non intretis in tentationem. Spiritus quidem promptus est, caro autem infirma”. Se trata del versículo de 26:41 de Mateo y bajo su inscripción en una caja de madera reposa en Bailén una reliquia única. “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”, significan las letras que salvaguardan una botella de aceite, con más de medio siglo de antigüedad, y que proviene del Monte de los Olivos. Del fruto de unos árboles milenarios bajo los que, según la Biblia, fue traicionado Jesucristo.

Se trata de un envase de 10 mililitros que Antonio Almagro obtuvo hace “ocho o nueve años” de un intercambio con un coleccionista de botellas de licor de Israel, al que en compensación mandó varias botellas de España.

La que él recibió venía dentro de una caja de madera labrada, con una cruz coronando el envoltorio, que representa una urna fúnebre. En la parte interior de la tapa incluso tiene una hoja original de uno de estos olivos.

“En el Huerto de Gethsemaní, en Jerusalén, hay ocho olivos milenarios, al pie del Monte de los Olivos. Según los Evangelios escritos por Mateo y Marcos, ahí es donde después de la última cena, Jesús se retiró con sus discípulos para orar cuando fue traicionado por Judas y arrestado por soldados y fariseos”, explica para Jaén Hoy este coleccionista que además tiene otra botella con aceite de estos mismos árboles.

Se trata de una más pequeña, de cinco mililitros, y que encima de su tapón luce un sello de lacre rojo que la hace más vistosa y especial. Data del año 1927 y Antonio Almagro reconoce que es una de las joyas de su colección aunque no es ni mucho menos la única, pues forma parte de una colección en la que hay más de 20.000 botellas.

Y es que este vecino de Bailén, muy activo en redes sociales y un gran apasionado de la provincia de Jaén, lleva años luchando para que las administraciones públicas le ayuden a buscar un espacio en el que exponer de forma debida su colección. Ya ha participado y organizado muchas muestras en las que se ha podido ver una mínima parte del tesoro que posee, pero su sueño es lograr que estén de forma permanente en algún espacio en el que el público que lo desee pueda apreciarlas.

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