Las galerías por explorar de los Baños Árabes de Jaén: “Es una riqueza que tiene nuestra ciudad”

Patrimonio

Expertos avisan de su valor histórico y patrimonial y Diputación analiza si hay posibilidad de mostrar un parte

El turismo sigue aumentando en Jaén, un 16,54% más que el año anterior

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Las galerías ocultas de los Baños Árabes de Jaén.

Jaén/Jaén cuenta con los baños árabes mejor conservados de Europa. Uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad se encuentra custodiado en el subsuelo del Palacio de Villardompardo, convertido hoy en día en un centro cultural que alberga también el Museo Internacional de Arte Naïf ‘Manuel Moral’. No es casual la ubicación en la ciudad del Hamman al-Walad (o Baño del Niño) ni tampoco que se encuentre rodeado por algunos de los restos arqueológicos más importantes de la ciudad. El factor común que convierte esa zona del barrio de San Juan en una superposición de culturas a través de la historia no es otro que el agua.

La cercanía del raudal de La Magdalena sirvió a lo largo de los siglos para permitir la ampliación de la ciudad y los trabajos para conducir ese agua se remontan al menos hasta época almohade. Una conducción que en muchos de sus casos son visibles y todavía hoy en día no se han explorado en profundidad. “El origen de las conducciones lo situamos en época almohada porque no se han hecho investigaciones para saber si tienen un origen más antiguo. Hablamos de una fecha entre los siglos XII y XIII cuando la ciudad estaba creciendo y había que llevar agua a nuevas zonas desde la fuente de La Magdalena”, explica para Jaén Hoy el catedrático de la Universidad de Jaén Juan Carlos Castillo, especialista en historia medieval que hace poco alumbró en una exposición acerca de estas canalizaciones que convierten el casco histórico de la capital en un auténtico queso gruyere.

“Sabemos que llegan hasta la plaza de la Audiencia donde conectaban con el otro raudal que hay en Jaén, el de Santa María. A su paso debió abastecer además de a los cinco baños árabes que hubo en la ciudad a palacios y edificios de cierta importancia. Pensamos que son de época islámica y podemos asegurar que a partir de esa rasante hay conducciones que llegaban hasta fuentes extramuros como en su día fueron, por ejemplo, el pilar del Arrabalejo”, prosigue en su relato el catedrático.

Es común entre los jiennenses que habitan en los barrios más antiguos de la ciudad y el conocer a algún vecino que afirma tener bajo su casa una conducción que va directamente hasta el Castillo de Santa Catalina y, aunque esto es difícil que sea real, esto no es más que una muestra de las numerosas canalizaciones que hay en la zona. “La gente lo que está viendo son esas galería que aún permanecen. Es una riqueza que tiene nuestra ciudad y que la hay muy singular y en la que hace falta aún mucha investigación”, reconoce Castillo.

Una joya por explotar

Sacar todo esto a la luz podría añadir a la ciudad un atractivo turístico más. Ya en su día el Ayuntamiento de Jaén mostró su predisposición a buscar financiación para hacer visitable al menos una parte de la qanat islámica que se descubrió con el refugio antiaéreo de San Miguel y ahora es la Diputación Provincial la que analiza las posibilidades de mostrar al menos una parte de estas ramificaciones que algunos casos parten de una zona anexa a las salas de los propios Baños Árabes.

“Estas conducciones han sufrido modificaciones, como documentó Ramón Espantaleón. Las más importantes fueron en 1696 y 1864. Hubo una idea proyecto una vez que se recuperara la fuente de la Magdalena para ver si era posible ir por estas canalizaciones hasta los mismos Baños Árabes pero cuando hicimos las revisiones nos dimos cuenta que hay zonas donde es imposible pasar porque las obras de urbanización han tapado los túneles. Además que están hechas para sacar agua y habría que estudiar muy bien la forma de hacerlo, porque se pueden inundar”, especifica Juan Carlos Castillo sobre la necesidad de garantizar la seguridad en estos pasadizos.

Lo que sí tiene claro es que, al menos una parte de ellas, se podrían hacer visibles para los vecinos y turistas. “El mundo subterráneo es muy atractivo y todo depende de cómo lo enfoques. Las conducciones tienen muchas alteraciones, recientes y antiguas, pero es que hay que tener en cuenta que los cronistas hablando de que en la ciudad había 12 fuentes y que tres de ellas tenían tanta fuerza como para mover molinos”, finaliza este catedrático de la Universidad de Jaén que es una de las personas que mejor conoce el apasionante subsuelo del casco histórico.

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