Un francés bate el récord mundial de 'salto de la muerte' en una de las cascadas más famosas de Jaén

Jaén/Los parajes naturales de la provincia de Jaén atraen a gente de todos los rincones del planeta y con todo tipo de perfiles. Buena prueba de ellos es que uno de los enclaves jiennenses ha sido el elegido por el francés Come Girardot para batir el récord mundial en una modalidad deportiva llamada el 'salto de la muerte' (death diving).

Concretamente la Cimbarra, una de las cascadas más famosas de la provincia de Jaén, ha sido el escenario elegido por este deportista para realizar un salto de más de 44 metros de altura. Desde 44,3 metros (cuatro por encima del lugar en el que el agua se desprende de la pared) se ha lanzado al aire Girardot, logrando así superar las dos marcas que él mismo había establecido con anterioridad: saltó primero a 34,25 metros y después a 40,5 m.

Sobre este salto, que supervisaron sobre el terreno sus amigos Ken Stornes y Lucien Charlon ha dicho tras salir del agua lo siguiente: "“El tiempo en el aire ha sido mucho más largo de lo que esperaba”.

En este peligroso deporte, los saltadores deben volar horizontalmente con los brazos y las piernas extendidos hasta que toquen el agua, sin que haya rotaciones en su cuerpo y realizando todo el vuelo de cara al agua en la que impactarán. Los atletas se colocan en posición fetal justo antes de entrar al agua, aterrizando primero con los pies y las manos o las rodillas y los codos para evitar lesiones graves.

Entorno idílico

La cascada de la Cimbarra ofrece un pintoresco lugar tallado en un relieve espectacularmente abrupto, donde se encaja el río Guarrizas. En superficie queda expuesta una pared vertical formada por unos estratos rocosos muy resistentes a la erosión. Esta roca recibe el nombre de cuarcita armoricana y puede ser vista también en otros lugares del paraje y del entorno cercano, como en Parque Natural de Despeñaperros o el Monumento Natural de Los Órganos. En ocasiones, es posible observar sobre estas rocas los rastros fósiles de organismos o las espectaculares rizaduras provocadas por el oleaje. Estas huellas desvelan el origen marino de estas rocas de hace 500 millones de años.