Familias y jóvenes de Jaén buscan una salida en la vendimia francesa. Desirée Grande, 17 años: "Es una experiencia muy dura"

Jaén/La vendimia francesa recoge el testigo cada año de miles de jiennenses emigrados durante la campaña, una temporada que esta vez se ha demorado algo más de lo previsto y empieza a recibir su mano de obra esta misma semana. Según los datos manejados por Comisiones Obreras, hasta 8.000 vendimiadores son las cifras aproximadas que aportan las provincias de Jaén y Granada, entre ellos jóvenes como Desirée Grande Núñez, de tan solo 17 años. "Fui el año pasado junto con mi madre para ayudar en la situación económica de casa", cuenta.

La popularidad de este empleo temporal entre los vecinos de su localidad, Jódar, hizo que esta joven galduriense se acabase sumando a este recurso junto a su familia: "Al final te ves obligada a salir de tu zona de confort para encontrar un trabajo". No obstante, Desirée estudia ahora para formarse como auxiliar de enfermería y ni siquiera se plantea volver, siempre que las circunstancias se lo permitan. "Eché allí una semana nada más, fue una experiencia muy dura bajo el sol", asegura.

En función de la temporada de cada cosecha, la campaña de recogida vitivinícola suele durar alrededor de tres semanas durante el mes de septiembre. Es por ello que Desirée contempla estos días el trajín de preparativos que muchas familias de Jódar se afanan en ultimar antes de marchar al país vecino. Su pueblo, junto con Valdepeñas de Jaén, son dos de los municipios que mayores cifras de trabajadores aportan a la vendimia.

En este sentido, la Federación de Industria de CCOO estima que la vendimia francesa produce el "mayor flujo migratorio laboral en nuestro país con más de 15.000 desplazamientos" y de ellos, un 75% de Andalucía. Cerca del 90% de los que acuden han participado ya en campañas anteriores, motivo por el que desde el sindicato insisten en que vayan siempre "con contrato previo", lo que supone una "garantía para que no haya fraude o engaños". Para hacer cálculos, conviene resaltar que el salario mínimo se sitúa en 11,65 euros bruto la hora, mientras que el salario mínimo neto es de 9,23 euros la hora.

Teniendo en cuenta la estacionalidad de la cosecha son muchos los jóvenes que recurren a este empleo temporal para poder costearse sus estudios en la universidad u otras actividades de formación. "Hace unos días conocimos el caso de una familia entera con 11 miembros llegados desde Huesa, con hasta tres chicos jóvenes", comentan desde UGT Fica. "Estaban contentos con su contrato puesto que les habían facilitado el alojamiento y tienen cubierto su viaje de ida y vuelta, algo que no ocurre a menudo". A pesar de las condiciones, desde la federación de UGT sí que han notado una merma en el interés por la recogida de la uva: "Grupos habituales de 14 o 15 personas se han quedado prácticamente en la mitad".