El jiennense Fernando Bayona recrea los rostros de los asesinos de Lorca mediante inteligencia artificial

La inteligencia artificial ha llegado para cambiar la percepción del mundo. Gracias a esta herramienta tecnológica, artistas como Fernando Bayona consiguen dar respuesta a incógnitas que permanecían en el silencio del pasado. A través de un complejo proyecto de investigación documental, este fotógrafo jiennense ha conseguido recrear de forma fidedigna la identidad de los nueve implicados en el asesinato de Federico García Lorca. La muestra puede admirarse junto a otras obras en la Sala Taller del Palacio de los Condes de Gabia (Granada) hasta este domingo 14 de abril.

“La noche de las fieras” recoge los rostros de los implicados en el fusilamiento del poeta la noche del 16 al 17 de agosto de 1936 con una cuidada labor de edición digital. Sustentada también en las investigaciones realizadas por Miguel Caballero Pérez y previamente Eduardo Molina Fajardo, la propuesta gráfica se apoya en la supuesta veracidad de la imagen fotográfica como documento real. "La idea surgió por casualidad, aunque mis dos últimas exposiciones ya tenían que ver con la memoria histórica: en una indagué sobre un programa médico de los nazis para curar la homosexualidad y en otra exploré el archivo ABC con imágenes que habían sido publicadas para ilustrar acontecimientos importantes", explica el autor.

La figura de Federico García Lorca es rescatada de acuerdo con la información recabada por autores formados en el tema. El propio Miguel Caballero cuenta en su bibliografía con un título fundamental para el desarrollo de esta obra: "Las trece últimas horas en la vida de García Lorca". "Caballero proporciona una pequeña imagen en tamaño carné, con mala calidad y a una edad bastante tardía de los implicados en la ejecución del granadino", apunta Bayona. Es con esta materia prima como comienza a trabajar en un proyecto de reconstrucción histórica acorde con la realidad. "De esta manera pude entrenar a la IA para obtener las facciones acordes a la edad que debieron tener en 1936, entre los 28 y 30 años".

Este artista visual pretende recrear en clave de “falso” documento histórico las fotografías realizadas por un desconocido reportero adscrito al frente republicano al que se le encomienda la tarea de retratar a estos implicados durante su juicio. "Recupero la idea de los libros de delincuencia existentes en el fondo del Museo Metropolitano de Nueva York, donde ya se empiezan a fotografiar a criminales". Se conjura así una hipótesis del posible fracaso del alzamiento militar en julio del 36, dando por lo tanto un giro de guion en el devenir de la Guerra Civil española.

Sobre la triste pérdida del dramaturgo, Bayona lamenta la escasez documental al respecto en los días posteriores a su ejecución. "La primera vez que se menciona la posibilidad de que hubiese sido apresado es 15 días después de su muerte, en un periódico de Albacete", señala. "Incluso su último amante, con el que había planeado huir, tardó casi 70 años en contar su historia". Con su compromiso personal hacia la causa, este profesor de la Universidad de Jaén invita al espectador a mirar directamente a los ojos de los culpables para imaginar otra realidad. “Es una oportunidad para restituir la memoria de miles de víctimas olvidadas que, aún hoy, yacen en cunetas y fosas comunes”.

¿Quiénes eran los autores del crimen?

La obra de Fernando Bayona muestra la identidad de los nueve autores del asesinato del poeta granadino. Estos eran: el capitán José María Nestares Cuéllar (1899-1977), jefe del sector o frente de Víznar, y los siete integrantes del pelotón de fusilamiento, supervisados por Manuel Martínez Bueso (1908-1986), hombre de confianza del primero, y designado por él mismo como encargado de guiar a los guardias de asalto que llevaron al poeta hacia su trágico final.

Se reconocen en estos rostros al cabo Mariano Ajenjo Moreno (1883-1951), jefe del pelotón de ejecución; el pistolero Antonio Benavides (1900-1962), quien presumiría de “haber dado un tiro en la cabeza al cabezón”; Salvador Baro Leyva (1899-1971); Juan Jiménez Cascales (1900-1972), que junto con Fernando Correa Carrasco (1900-1977 aprox.) integrarían el pelotón de fusilamiento por sus grandes dotes como tiradores; Salvio Rodríguez García (1904-1974) y Antonio Hernández Jiménez (1894-¿1960?).