Las estaciones de tren perdidas en la provincia de Jaén: llegó a haber 35
Provincia
Sólo siete siguen manteniendo servicio para viajeros mientras que nueve se puede usar como apartaderos
Estos son los terrenos en cuatro municipios de la provincia de Jaén que Adif ocupará para ampliar túneles

Jaén/La carencia de servicios ferroviarios es uno de los déficits más sangrantes que arrastra la provincia de Jaén desde hace décadas. Ahora que Jaén Merece Más ha puesto sobre la mesa, como moneda de cambio incluso a la hora de negociar alcaldías, esta reivindicación histórica del mar de olivos, cabe recordar que la situación no fue siempre la misma. Llegó incluso a haber 35 estaciones, operando casi todas al mismo tiempo, en suelo jiennense.
La situación actual dista mucho de la que había, por ejemplo, en 1893, cuando la Compañía de Ferrocarriles Andaluces construyó muchos de los edificios que hoy, en el mejor de los casos, tienen un mayor interés turístico que de servicio a la población. Quizás el caso más llamativo sea el de Linares que llegó a tener cinco.
Actualmente Linares-Baeza sigue manteniendo conexiones diarias con las ocho provincias andaluzas y con las comunidades autónomas como Valencia, Cataluña, Castilla-La Mancha o Madrid, pero cabe recordar que hubo un tiempo en el que también operación otros puntos como Las Madrigueras, que se mantiene como apartadero; a la de los Andaluces (Linares-Zarzuela), cerrada en 1968; la de Almería (Linares-San José) inoperante desde 1975; o la de Madrid (Paseo de Linarejos) que cesó su servicio en 1980 y ahora se conserva como un edificio que alberga dependencias municipales.
Peor suerte corrieron otras como la de Las Correderas, ubicada en Santa Elena, que se encuentra cerrada. Mismo caso de otras como la de Huelma, la de Grañena en el término municipal de Jaén que está semi desmantelada o la de Bailén, en Jabalquinto, de la que no queda resto alguno. Al menos la de Alcaudete-Fuente del Orbe se ha restaurado y está integrada en la Vía Verde del Aceite.
En Andújar sigue habiendo servicios para viajeros a media y larga distancia, al igual que ocurre con la de Espeluy, mientras que la de Arjonilla tiene que conformarse con ser un potencial apartadero sin apenas uso. Al igual que la de Huesa, ubicada en el término municipal de Cabra del Santo Cristo. La que hay en Begíjar tiene sólo una utilidad logística mientras que la de Cabra del Santo Cristo-Alicún al menos se mantiene como parada de algunos trayectos largos para los pasajeros.
La de Calancha, en Vilches, es uno de los nueve apartaderos que hay en la provincia de Jaén, entre los que también se incluyen Jabalquinto, Larva (dentro de los límites de Cabra), la de Marmolejo, la de Santa Elena o Los Propios y Cazorla.
Los Siles, de Marmolejo, se encuentra sin uso alguno, al igual que el apeadero de Torreblascopedro, mientras que la estación de Martos se ha restaurado y ahora protagoniza uno más de los atractivos turísticos que tiene la localidad tuccitana. En Mengíbar existen dos que se mantienen con cierta actividad: la de Artichuela conecta a viajeros con destino de media y larga distancia mientras que la de Las Palomeras es un apartadero.
Nada que ver con el caso de la de Torredonjimeno, de la que apenas se conserva una pequeña parte, o la de Vado-Jaén, ubicada en el término municipal de Martos, que se cerró en 1984 y ahora está en proceso de restauración. Vilches sí que tiene la fortuna de encontrarse entre las que tienen servicios para viajeros, para envidia de otras localidades que ven extinguirse sus estaciones como Villanueva de la Reina o Villargordo.
Aspiraciones
Miguel Ángel Rodríguez, presidente de la Asociación Amigos del Ferrocarril de Jaén, explica para Jaén Hoy que las necesidades básicas de los servicios ferroviarios en Jaén son principalmente dos. “Por un lado se debe reducir el tiempo de viaje a Madrid y para eso se debe rehabilitar el trazado, que sigue siendo nefasto. Es cierto que si se cambian los trenes a partir de Despeñaperros podrían circular a 220 kilómetros por hora, pero eso es imposible con el actual trazado en Jaén. Y, por otro lado, la línea que nos conecta con Córdoba y Sevilla mantiene el mismo trazado que había en el siglo XIX, con curva tras curva bordeando el Guadalquivir. Se tendría que cambiar el trazado pero es algo muy costoso pues se deben construir puentes sobre el río”, aclara.
Ve complicada la conexión que se ha propuesto hasta ahora, a través de un tren salga desde Jaén y se enganche en Córdoba a la alta velocidad, con el AVE y pone el foco en un aspecto del que se habla mucho menos. “Es necesario crear una zona de carga y descarga de mercancías. Jaén no tiene la posibilidad de exportar sus productos, y en especial el aceite de oliva envasado, a través del ferrocarril. Sólo había en Linares-Baeza y se desmanteló. Solamente haría falta una grúa pórtico y se podría hacer en el polígono industrial Nuevo Jaén, el Puerto Seco del que ya se ha hablado en más de una ocasión porque el puerto de Motril apenas tiene ya espacio. Es algo que se puede hacer, pero hace falta voluntad política”, sentencia.
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