La vida de una enfermera de Jaén tras sufrir una agresión: "He pasado muchas noches en vela llorando"

Salud

Campaña para frenar las agresiones del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén.
Campaña para frenar las agresiones del Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Jaén.

"No duermo como antes. He pasado muchas noches en vela llorando. Oía un grito y se me ponían las pelos de punta. Los nervios en el estómago no me dejaban comer", es el testimonio de una enfermera de Jaén tras sufrir una agresión en un centro sanitario de la provincia, cuyo nombre ni identidad propia quiere desvelar por miedo. Desde que el suceso ocurrió una madrugada del pasado enero su vida cambió y ya no ha vuelto a ser la misma. Ella es una de las más de 140 sanitarios agredidos desde el año pasado en Jaén, según registró el sindicato Satse.

Detrás de cada número hay un profesional y una huella psicológica que deja en la persona. Rocío (nombre ficticio) es enfermera desde hace 26 años y desde hace 14 ha trabajado en el mismo centro sanitario, nunca le había pasado algo similar hasta ese punto. Su área es Urgencias, fue una noche de principios de 2024 cuando ocurrió la agresión. Estaba atendiendo a un paciente y empezó a escuchar gritos de la celadora, mucho alboroto, y su primer pensamiento fue que alguien se había desmayado, pero la situación fue bien diferente.

Amenazas

Una persona golpeaba con fuerza el mostrador y no cesaba en amenazas e insultos de todo tipo porque sus familiares no eran atendidos en esos instantes. Entonces, Rocío acudió hacia donde estaba el individuo e intentó calmarle. "Como le pasa algo, te voy a matar, y en ese momento me agarra del brazo fuerte y ,e zarandea con fuerza. Me quedo mirándole y le digo, por favor, no me toques, no me toques. Me soltó en ese momento. Y me dijo con una actitud muy amenazante, como te toque, como te toque", relata aún nerviosa la enfermera.

Posteriormente procedieron a tocar el 'botón antipánico' para avisar al guarda de seguridad, que al encontrarse en otra planta tardó "un rato" en ir al lugar. Cuando la familia fue atendida por el médico, según cuenta Rocío, también amenazó e insultó a su compañera y posteriormente pusieron una reclamación. "Me dio un ataque de ansiedad, me puse a llorar, me temblaban las piernas. Yo no comprendía lo que estaba pasando, no entendía nada, porque yo lo único que intenté fue ayudar. Y yo decía: ¿pero por qué se ha puesto así? Llevaba 25 minutos esperando", expresa.

El Sindicato de Enfermería Satse en Andalucía alertó este mes del incremento de los casos de agresiones al personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) durante 2023, en el que se registraron 1.564 ataques de carácter físico y verbal, casi un 11% más que en 2022. En la provincia fueron 139 casos, sólo hasta junio se habían producido 69, según la encuesta elaborada por el Ilustre Colegio de Enfermería de Jaén. Que con los datos recogidos destaca la agresión verbal, con un 39,16%. Le siguen los insultos y vejaciones con un 34,63% y, respecto a las amenazas, refleja este porcentaje un 10,68%, mientras que las agresiones físicas representan un 4,53%.

Plantearse dejar la profesión

Esa noche marcó la vida profesional y personal de Rocío hasta el punto plantearse dejar una profesión que adora. "Un antes y un después, porque yo no soy la misma que era antes. Sigo de baja en la actualidad, estoy pendiente de que me valore el psicólogo o psiquiatra. Tengo miedo, me da miedo volver al trabajo. Y tengo en la cabeza que me va a volver a pasar". "Me he planteado incluso dejar de ser enfermera. Lo que pasa es que no sé hacer otra cosa, por desgracia. Pero si yo supiera hacer otra cosa, evidentemente, yo no volvería", lamenta la sanitaria.

El miedo se refleja también en las denuncias, ya que algo más de las tres cuartas partes de los agredidos, no lo denunció, un 76,70%. Solo un 10,36% lo hizo frente a la autoridad judicial o las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FFCCSE), cifra aún inferior que el 11,97% que lo hizo en los Servicios de Prevención de sus respectivos puestos de trabajo.

Piden más seguridad

Ella sí denunció y contó con el apoyo de su familia, pero asegura que la mayoría de sus compañeras no lo hacen por miedo y porque se está normalizando en la sociedad, por lo que no hay una cifra real de agresiones. Para evitar que esto ocurra o que al menos las agresiones verbales no lleguen a ser físicas, piden más seguridad y echan en falta más apoyo del Servicio Andaluz de Salud, tanto en este aspecto como a que a la hora de asistir al juicio no tengan que verse con su agresor.

"Pedimos seguridad para trabajar. Nosotros vamos con la mentalidad de que tenemos muchísima carga de trabajo. Pero claro, nosotros queremos trabajar con seguridad y con tranquilidad, no con miedo. ¿Qué es lo triste de esto? Que tú vayas a trabajar con miedo porque no sabes lo que te vas a encontrar". "Esto es la pescadilla que se muerde la cola, si no se denuncia más es por miedo. Porque eso está más claro que el agua. Miedo. No hay otra palabra", expresa.

Tres cuartas partes de las agresiones son a mujeres, un 73,79%, distribuyéndose de forma homogénea entre los diferentes grupos que conforman el colectivo enfermero en la provincia, y donde prácticamente la mitad, concretamente un 45,31%, es mayor de 50 años y donde el grupo con más de 20 años de ejercicio profesional representan el 58,58%.

La perspectiva que tenía Rocío de la Enfermería ha cambiado a raíz de esta agresión. "Casi toda mi carrera profesional la he pasado en Urgencias. A mí me encanta mi trabajo, intento hacerlo lo mejor que puedo. Me pongo en el pellejo de que el que va, es porque está malo, que podía ser alguien de mi familia y trato de cuidarlo lo mejor que puedo. Que no soy perfecta y cometeré fallos como todas. Pero que tú intentes ayudar a los demás y que te encuentres con esto, a los pacientes ya nos lo voy a ver igual porque no sé con la intención que van", expresa.

La ubicación que destaca en cuanto al espacio del centro donde se producen las agresiones son los pasillos hospitalarios, un 75,95%, seguidos de la habitación de los pacientes, un 13,92%, y a continuación las consultas, un 13,59%. Las visitas domiciliarias suponen un 3,56%. En 2023 fueron trece más las agresiones, que durante los primeros seis meses de 2022, lo que se traduce en una media de tres casos a la semana. De ellos, catorce fueron físicas (20,9%), mientras que en el mismo periodo 2022 se registró una de este tipo.

Datos de España

El Ministerio del Interior informó también que en el año 2023 se denunciaron 659 agresiones a profesionales sanitarios en España y 303 personas fueron detenidas. En total se interpusieron 659 denuncias en comisarías de Policía Nacional y cuarteles de Guardia Civil por agresiones a profesionales sanitarios, lo que supone un 0,9 por ciento más que en 2022. Andalucía fue la CCAA donde se dieron más hechos delictivos, registrando 240.

Cerca del 58 por ciento de las víctimas eran mujeres de entre 41 y 50 años de edad, según los datos del Ministerio. En cuanto a la tipología de los hechos delictivos, el 44 por ciento fueron amenazas hacia los profesionales sanitarios y el 13,2 por ciento lesiones físicas.

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