Encargan un estudio de viabilidad para recuperar las Termas de Jabalcuz
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La Junta de Andalucía ya ha adjudicado la redacción de un informe sobre el estado de este Bien de Interés Cultural abandonado en 1979
Así fueron y así se encuentran las Termas de Jabalcuz, en imágenes
Jaén/La Junta de Andalucía ha encargado un estudio sobre el estado en el que se encuentra una de las joyas patrimoniales abandonadas de Jaén capital: las Termas de Jabalcuz. Así lo ha anunciado el alcalde, Agustín González, durante su valoración sobre los presupuestos autonómicos para el año 2025.
En su declaración ha afirmado que la administración autonómica ya ha adjudicado a una empresa el proyecto para redactar un informe que analice de forma exhaustiva este Bien de Interés Cultural de la capital lleva 45 años abandonado. Se trata del primer paso para una posterior intervención integral para devolver a la vida estas instalaciones y cumplir así con una demanda histórica de los jiennenses.
La recuperación de este conjunto entraba dentro de las 101 medidas firmadas entre el PP y Jaén Merece Más en el ‘Acuerdo por Jaén’, con la implantación de un camping, puesta en valor de la pared de escalada y vías ferratas, recuperación de jardines e infraestructuras comerciales y de servicios existentes.
Se trata de un compromiso que adquirió en julio el ex consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Agricultura, Ramón Fernández-Pacheco, con el alcalde de Jaén. A día 1 de septiembre, esta Redacción confirmó con fuentes de la Delegación de Medio Ambiente que no había información alguna más allá del anuncio pero ahora, dos meses después, ya se ha adjudicado la redacción de este informe.
Desde su abandono, en 1979, sólo en 2015 se acometió un arreglo de la estructura de las antiguas Termas de Jabalcuz para evitar el derrumbe, por lo que el estado de abandono y ruina es total y visible desde su exterior.
El alcalde de Jaén se ha mostrado muy satisfecho por esta noticia: “Es algo que nos llena de emoción porque servirá para fortalecer el turismo y para recuperar un espacio que se encuentra en un entorno natural único y muy querido por los jiennenses”.
Historia de una joya patrimonial
Las Termas de Jabalcuz fueron declaradas Bien de Interés Cultural en el año 2008 y aunque actualmente la titularidad sea pública no siempre fue así, tal y como explica Pedro Palomeque, descendiente de la familia que regentó los baños durante casi un siglo en la época de "esplendor", antes de "donarlo" a S.A. Aguas Jabalcuz . El origen de estos baños se remonta cuando se documentó la presencia de aguas termales a inicios del siglo XVII.
Fue en 1781 el consistorio decidió unirlos a la ciudad de Jaén mediante un camino carretero que supondría el inicio de diversas actuaciones por parte de los cabildos municipal y catedralicio. El deán Martínez de Mazas, principal impulsor de la urbanización de la zona, ordenó la construcción de una plazoleta con casas para los bañistas y una ermita dedicada a los Santos Cosme y Damián.
Según la investigadora MaríaTeresa López Arandia, las primeras noticias de las aguas termales de Jabalcuz se remontan a un acta capitular de 1594, en la que el cabildo municipal solicita sea estudiado el proyecto para la construcción de unos baños. En 1600 se redacta una nueva acta en la que se asignan importantes partidas económicas para la compra de terrenos, que desde ese año y hasta 1870 serán de propiedad municipal.
Sin embargo, el desarrollo de la zona con edificios y vías se inicia en 1781 cuando el Ayuntamiento construye un amplio camino carretero que une la ciudad al paraje desde la glorieta Lola Torres, bajo la dirección del caballero veinticuatro Fernando María del Prado. Dicho camino, que correspondía con una antigua cañada real, transitaba desde el salto de agua denominado ojo de buey. En esta misma iniciativa, la administración local ampliaría los antiguos baños con un edificio independiente para mujeres, quedando el primitivo, que los textos citan como de mampostería de buena fábrica y cubierta abovedada, para los hombres.
El gran cambio a partir de 1840 cuando el municipio, propietario del baño y edificios de la plaza principal, agrega al balneario de dirección médica y lo adapta dos años después al régimen sanitario nacional. Hace así ser reformadas sus instalaciones y los nuevos proyectos fueron planteados según el gusto del romanticismo decimonónico. Se erige también una residencia para médico y bañero en la plaza principal y, junto al camino a su paso por la Casería de Jerez, una hilera de casas para bañistas y un nuevo baño que van a recibir la misma denominación que se conoce hoy.
En 1870 se subasta públicamente el balneario, que contaba con dos edificios: el de los baños y el de la casa del médico-director y el bañero, posteriormente habilitado para casino. La adjudicación fue concedida al empresario Manuel Fernández Villalta. En 1884 se reforma y acondiciona en su totalidad el edificio balneario, que en buena medida corresponde a lo que se conoce hoy: de mampostería con la planta en forma de U. Esta nueva imagen que lucía permitió que en la Exposición Universal de Barcelona de 1888, sus aguas mineromedicinales recibieran la medalla de plata.
Las décadas de 1930 y 1940 pueden considerarse las de mayor esplendor del conjunto, especialmente para la sociedad burguesa de las provincias cercanas. Igualmente, durante la Guerra Civil, se instaló en el paraje una colonia refugio para escolares y en diciembre de 1937 se habilitó una escuela rural.
A partir de estas décadas la actividad fue decayendo, auque se mantuvo enfocada casi exclusivamente a bañistas de Jaén y provincia, que acudían a comer en los ventorrillos y de veraneo en las diferentes casas de alquiler. Así hasta el fallecimiento en 1972 de la marquesa de Blanco-Hermoso, Ana Josefa Mariscal y Tirado, familia de Pedro Palomeque y residente en la casería de Nuestro Padre Jesús. Se sucedieron algunos proyectos de reforma que, aunque escasos, alargaron durante años la vida del balneario. En 1982, sus herederos, conscientes del evidente declive, definitivamente procedieron a su venta a una empresa promotora.
A partir de entonces, la historia se cuenta con la lucha no solo de los vecinos de Jabalcuz sino de todo el conjunto jiennense de la ciudad y alrededores por recuperar un emblema de la ciudad que tantas historias guardó sobre sus aguas y entre sus paredes y árboles en la plaza de recreo. Este año se han cumplido 45 desde que están cerrados, pero la esperanza por recuperarlos continúa intacta a pesar de su evidente abandono.
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