El día que el emperador Carlos V le exigió a Jaén que se dirigiera a él como el Rey de los Romanos

Historia de Jaén

El nieto de los Reyes Católicos mandó una carta en 1519 exigiendo ser llamado en adelante en los documentos oficiales de una determinada manera

"El agua nos llegó a los dos metros y hubo casas en las que subió un poco más"

Cédula real del emperador Carlos V a la ciudad de Jaén.

Jaén/Lo hizo por escrito, para que quedar bien claro, y todavía se guarda la carta que da fe de ello. El día 5 de septiembre del año 1519, el rey Carlos I recientemente coronado emperador con el nombre de Carlos V, tras casi cuatro años como rey de la corona de Castilla y Aragón, decidió enviar una cédula real a la ciudad de Jaén informando de su nuevo nombramiento. Uno que, por protocolo y deferencia a su persona, exigía, como hizo saber en la misiva, un cambio en la forma de dirigirse o hablar de su persona de un modo especial, como especificó en su envío.

Entendió su majestad que no era moco de pavo haberse convertido en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de los Romanos, y por eso exigió por escrito que en adelante las intitulaciones en las provisiones o despachos comenzasen de la siguiente manera: "Don Carlos, por la gracia de Dios, Rey de Romanos, emperador Semper Augusto, y doña Juana su madre, y el mismo Don Carlos por las mismas gracias, Reyes de Castilla, de León, etc....".

Así se recoge en el documento que ha elegido el Archivo Histórico Municipal de Jaén para exponer durante todo el mes de noviembre en su sede del Edificio Moneo. En Diplomática, ciencia auxiliar de la historia y la archivística, conocen la intitulación como aquella parte del preámbulo de los documentos, en la que se refleja el nombre, títulos, posesiones y demás atributos del autor del documento.

Contexto histórico

Fueron los Reyes Católicos los que en la Concordia de Segovia de 1479 decidieron cómo debían enumerarse y el orden que debían llevar las posesiones reales, aprobando que se alternaran aragonesas y castellanas, dando primacía a las primeras y respetando siempre la categoría de reinos sobre señoríos, ducados, condados y otros títulos.

El nieto de los Reyes Católicos, no muy apreciado en nuestros territorios durante su reinado, se ve obligado a aclarar este aspecto, pues al ostentar el título imperial, que estaba por encima del que ya poseía como rey de los territorios hispánicos, hacía que su nominación fuese desde este momento como Carlos V, en lugar de Carlos I, algo que resultaría chocante en nuestros territorios, ya de por si descontentos.

Esto creo la necesidad de justificar que el nuevo cargo no supondría un menosprecio para sus reinos. Al fin y al cabo, el designio de Dios era lo que le iba a coronar como dignidad imperial, pero debido a las circunstancias que en este reinado existían en nuestros territorios, tuvo el monarca la necesidad de aclarar tal aspecto a sus súbditos.

A pesar de ello, su elección como emperador, sería otro de los muchos motivos que actúo como caldo de cultivo para la revolución que se formó en su contra, que conocemos como la revuelta de los comuneros o la revolución de las comunidades de Castilla.

El documento estará expuesto durante todo el mes de noviembre en el sala de investigadores del Archivo Histórico Municipal, el horario de visita es de lunes a viernes de 9:00 a 14:00 horas.

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