Crónica de una muerte imprevista: La Loma se vuelve un desierto en plenas Navidades

Jaén/Son las cinco y media de la tarde de un jueves cualquiera en el calendario navideño. Las familias que acuden en masa al centro comercial La Loma apenas dejan libre una sola plaza de aparcamiento, la bulla supera a las tiendas y las largas colas advierten una jornada más larga de lo esperado. Papá Noel se deja ver ante los cientos de jiennenses que acuden a su regazo con el único proposito de acreditar sus regalos en persona. Dios sabe si aquellos niños y niñas terminaron abriendo o no lo que pidieron entre susurros una tarde de eternas compras. Y debemos de hablar en pasado, pues el paseo vespertino de este 2024 en el complejo comercial es bien diferente.

La realidad es que resulta de lo más desolador acercarse en estos días al que fue durante mucho tiempo el único centro neurálgico para el ocio y el comercio de la mayoría de jiennenses. No eran pocos los vecinos de la capital y de un buen número de localidades limítrofes que se acercaban durante la campaña de Navidad para efectuar sus compras y ultimar los regalos en una selección de tiendas que hoy se nos antojaría realmente reducida. Sea como fuere, La Loma fue durante muchos años la única opción y un lugar de encuentro para nuestra memoria.

Vida y muerte de este sueño

Todo empezaría a cambiar con la llegada e inauguración del temido Jaén Plaza, un auténtico revulsivo para el comercio en Jaén. Tanto ha sido así que hasta en el centro histórico se ha dejado notar la apertura de este enorme complejo tan propio de las grandes capitales. Ni siquiera así parecía el antiguo Pryca dispuesto a ceder su clientela, una afrenta difícil de ganar ante el consecuente cierre de una larga lista de firmas presentes en sus instalaciones. Caminar por sus pasillos hoy puede ser lo más parecido a recorrer un desierto de losas blancas y escaparates dormidos.

De la veintena de marcas que aglutinaba su principal puerta de acceso siquiera quedan una o dos, tan solo paneles promocionales que tratan de disuadir esa sensación de vacío entre sus paredes. Las salas de cine y el supermercado Carrefour resisten el embiste con absoluta entereza mientras el resto de locales han terminado por bajar sus persianas para partir "a un lugar mejor". Lo último que sabemos los jiennenses de este centro comercial fue que en agosto de este mismo año había sido adquirido por Onix Capital Partners, un fondo de inversión argentino.

Después de casi medio año desde la publicación de aquella información, lo cierto es que no se han dado a conocer detalles de la estrategia que pretende seguir este grupo para resucitar La Loma. Incluso, se estimó entonces que la inversión inicial que efectuaría el fondo sudamericano rondaría los 15 millones de euros. El panorama de estas Navidades es más que evidente: la escasez de su oferta comercial resulta insuficiente para muchos ante una sociedad que cada vez gusta más de buscar y comparar artículos.

Por otro lado, en los alrededores del centro comercial también se deja sentir esa indeleble huella del tiempo. El icónico local que durante varias décadas albergase el único McDonalds de la ciudad se encuentra actualmente en alquiler, tal y como expone una agencia inmobiliaria a través de un anuncio compartido en las redes sociales. Tampoco se aprecian algunos de los puestos ambulantes propios de esta época del año a lo largo de su fachada.

Como la biografía de cualquier reputado personaje de la historia, el centro comercial La Loma cuenta hoy un epílogo triste para los que añoran cualquier tiempo pasado. Quién sabe si los jiennenses encontrarán una secuela en 2025 para este edificio que bien podría presumir de ser patrimonio singular para miles de ciudadanos de la provincia que rememoran algunas anécdotas en su entorno. Ya lo dicen: nunca muere lo que no se olvida.