Contaminación visual: los vecinos enfrentan el modernismo del centro de salud La Alameda al paisaje de la Catedral de Jaén

Jaén/Apenas ha terminado de construirse y ya ha causado más de un resquemor entre los vecinos del barrio de San Ildefonso. En realidad, su dilatado proceso de construcción ha provocado más de una movilización en torno al parque de La Alameda y la posible circulación de vehículos en su entorno. Este edificio que viene a sustituir al centro de salud Belén pretende reforzar el servicio sanitario de la capital jiennense desde un lugar privilegiado: el antiguo campo hípico de Jaén.

Según aseveró el Distrito Sanitario de Jaén en un comunicado, este nuevo centro compartiría espacio con la Unidad de Salud Mental Comunitaria del área Jaén Sur, así como con un dispositivo de enfermeros especialistas en heridas complejas, podólogo provincial y la Unidad de Residencias del propio distrito. A pesar de todos estos servicios, la imagen resultante del mismo no convence del todo a quienes pasean a diario por el entorno en busca de paz bajo el 'skyline' más jaenero.

Hace tan solo unos días varios usuarios se quejaban en redes del aspecto que ofrece el polémico centro de salud en la actualidad. A la suciedad acumulada de sus alrededores se suma el diseño arquitectónico llevado a cabo en la obra, de un estilo más vanguardista, y que contrasta ahora notablemente con la visión panorámica de la catedral, al fondo, y del plano urbano de San Ildefonso. "Este paisaje debía de haberse protegido", reclaman en una publicación compartida en el grupo Acción por el Patrimonio de Jaén.

La fachada exterior del complejo sanitario, desde luego, no pasa desapercibida en el entorno más inmediato, un hecho que ha sido reiterado en redes sociales por numerosos jiennenses que comparan la situación con otras actuaciones llevadas a cabo en distintos puntos del casco histórico. En cuanto a la puesta en valor del campo hípico y un mirador en la zona, poco o nada se sabe.

Al menos, algo que sí agradecen muchos vecinos de la zona ha sido la acción llevada a cabo en la hasta entonces estructura de hormigón que permanecía en el abandono a modo de aparcamiento. Y aunque el resultado no ha sido el más agradable para otros tantos, ya lo dice el refranero: "nunca llueve a gusto de todos".