El ‘Chernobyl’ andaluz que mató de cáncer a más de 100 personas: “Trabajaron engañados”

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Al menos 111 de los 126 trabajadores murieron de cáncer, pero nunca les fue reconocida la enfermedad laboral

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Imagen de archivo de la fábrica de uranio de Andújar.
Imagen de archivo de la fábrica de uranio de Andújar.

Jaén/Corría el año 1959 cuando comenzó la actividad en la Fábrica General Hernández Vidal, unas instalaciones ideadas por Francisco Franco con las que se estuvo abasteciendo durante años de combustible a la Central Nuclear de Zorita. Fue en ese momento cuando la radioactividad llegó a 126 familias de Andújar, de trabajadores que no supieron el precio que iban a pagar por manipular el óxido de uranio hasta muchos años más tarde.

Eran ellos los encargados de procesar el mineral llegado desde la mina cordobesa El Cano y desde otra ubicada a orillas del Santuario de la Virgen de la Cabeza. Concentraban el uranio, con una riqueza superior al 75 por ciento, con escasas o nulas medidas de seguridad pues, como confirma a Jaén Hoy el abogado de la Asociación de Afectados, Manuel Vázquez, “fue a los cinco años de estar trabajando allí cuando les dieron el primer manual para evitar la contaminación”.

“Hasta entonces trabajaron engañados. Se llevaban la ropa del trabajo a sus casas y la lavaban junto a la de sus familias. Acabaron con todos los órganos vitales afectados”, añade Vázquez. Y es que de los 126 empleados que tuvo la fábrica de uranio de Andújar, entre los años 1959 y 1981, al menos 111 murieron de cáncer. “Sólo se le reconoció la enfermedad a uno de los trabajadores que sufrió silicosis, y fue porque la Seguridad Social actuó de oficio”, apunta el abogado que confirma que, a pesar de la evidencia, nunca se les reconocieron sus dolencias como enfermedad laboral.

Batallaron durante décadas, ellos y sus hijos, por este derecho pero, según palabras del letrado, “quedó todo archivado” y ahora es “imposible” que se reabra cualquier tipo de acción legal, “pues la inmensa mayoría de ellos han muerto”. Lo último que se presentó fue un recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía pero se desestimó y ahora a estas familias jiennenses sólo les queda aceptar con resignación la pasividad de las administraciones ante unas muertes que ellas mismas causaron. “Lo que sufrieron estos trabajadores fue una absoluta injusticia. El trato despectivo que les dieron las instituciones públicas fue inhumano”, sentencia Manuel Vázquez.

De nada sirvió que en el año 2021, y de la mano del partido político Adelante Andalucía, se aprobase por unanimidad un Proyecto No de Ley en el Parlamento de Andalucía para reconocer que lo que estos empleados sufrieron fue una enfermedad laboral y no común.

Basurero nuclear

En los 22 años en los que esta fábrica estuvo operativa se produjeron 22.000 toneladas de concentrado de uranio, hasta que en el año 1991, diez años después de que se detuviese su actividad, se le encargó a la Empresa Nacional de Gestión de Residuos Radiactivos desmantelar las instalaciones. Los trabajos duraron cuatro años, hasta 1995, pues muchos después todavía se superaban los niveles normales de radiación, por lo que aún hoy no se puede acceder a la zona.

De hecho, en 2018 se encontró una contaminación 25 veces superior a la permitida en aguas subterráneas de esta zona, próxima al río Guadalquivir. Allí yacen, bajo un cerro artificial creado para tapar la antigua fábrica de uranio de Andújar, y de paso las vergüenzas administrativas. Un monte bajo el que todavía residen al menos 1,2 millones de toneladas de basura nuclear.

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