El secreto de los cirios elaborados en Andújar que iluminan las procesiones de toda Andalucía
Las velas de cera virgen de abeja de Cerería Bellido llevan más de 120 años surtiendo a hermandades de nuestra tierra
El jardín de la pasión: estas son las flores más demandadas por las hermandades de Semana Santa
Las principales procesiones que recorrerán esta Semana Santa las calles de gran parte de Andalucía lucen estos días unas velas con sello jiennense. La empresa iliturgitana "Cera Bellido" exporta su cera de abeja natural a todos los rincones de España desde hace más de un siglo gracias a su limpieza de combustión, luminosidad, larga duración, así como la nula emisión de humos.
Esta cerería de Andújar fundada en 1889 trabaja estos días a destajo para cumplir con sus centenares de encargos previos a la Semana Santa. Su ubicación en pleno valle del Guadalquivir y al pie de Sierra Morena ha permitido que esta marca familiar haya podido desarrollarse con un floreciente sector apícola, en el que ya sus antepasados elaboraban velas artesanales.
Bajo el amparo de la Virgen de la Cabeza en su logotipo, fue Francisco Bellido Rubio quien registró de manera oficial la marca hace ya más de 120 años. Desde entonces, la incorporación de nuevas tecnologías se ha ido perfilando con el mantenimiento artesanal más estricto en la elaboración y el blanqueo de la cera.
Tanto es así que hoy día son los únicos fabricantes de cera virgen que no emplean métodos químicos, parafinos o petróleo, conservando así unas excelentes propiedades naturales. "La gran diferencia, por lo que realmente nos desmarcamos en el mercado, es que nosotros utilizamos un procedimiento que está en desuso", declara Javier Bellido, quien se encuentra al frente de la empresa actualmente.
El proceso de fabricación es lento y complejo: cuando reciben la materia prima de los apicultores, con un característico color anaranjado (variable en función del polen con el que la abeja se haya alimentado), eliminan este color para dejar la cera blanca de forma natural. Se trata de evitar utilizar productos químicos, un procedimiento de elaboración "más largo y minucioso pero con unos resultados increíbles".
El verano es la época idónea para el tratamiento de la cera, ya que el calor y las altas temperaturas en Andújar facilitan el llamado "blanqueo". "En el mes de mayo empezamos a extender la cera en varias terrazas de 1.000 metros cuadrados, y estamos prácticamente hasta septiembre u octubre, que son los meses en los que convertimos la cera en lo que nosotros llamamos 'grumo', que será la base de nuestra cera de abeja".
De esta manera, es el propio sol el que poco a poco se acaba comiendo el color de la cera, “aunque mantiene todas las propiedades naturales de la cera, como la luminosidad y durabilidad del color”, explica. Partiendo de esta materia, se pueden elegir diferentes calidades en función de la cantidad de grumo o de cera de abeja virgen que lleve la vela.
A partir de ahí, comienza la siguiente fase, en la que Cerería Bellido utiliza unos “noques” o bañeras hondas donde se encuentra la cera líquida. A continuación, se introduce el “pabilo” o la mecha con una pesa abajo para que quede completamente estirada y se realiza un movimiento de entrada y salida de forma que en cada inmersión vaya reteniendo una parte de la cera.
El resultado es un cirio completamente limpio, sin petróleo, y mucho menos agresivo que una vela tradicional. "La cera virgen cuida muchísimo tanto la talla como los bordados; a la hora de limpiar es completamente diferente". Y precisamente este puede ser uno de los motivos principales por los que la emblemática empresa mantiene la fidelidad de sus clientes, entre ellos más de un millar de cofradías de toda España: como la emblemática Hermandad de La Macarena de Sevilla, que pone en la calle a más de 3.000 nazarenos.
A pesar de la sequía y la mala situación que atraviesan los apicultores como consecuencia del uso de pesticidas en el campo, Bellido asegura que cada año aumenta la demanda de su producto. Desde Andújar hasta cualquier punto de nuestra Semana Santa sus cirios naturales continúan desafiando al tiempo.
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