La Cástulo romana, de ciudad comercial sacudida por un terremoto a cementerio

Hace cerca de 2.000 años, a escasos kilómetros al sur de la actual Linares, bullía una ciudad romana. Llegó a albergar 50 hectáreas dentro de sus murallas, en las que vivieron hasta un millar de personas en lo que fue un importante núcleo comercial con conexiones con Túnez y Cartago. Pero esta época de esplendor se acabó entre los siglos VI y VII después de Cristo, cuando tras un terremoto y la pérdida de poder el imperio se fue apagando la ciudad.

Tanto que, según apuntan las últimas excavaciones, el centro de la urbe llegó a ser una especie de cementerio, con un uso funerario contrastado con la aparición de distintos enterramientos. Así lo confirma a Jaén Hoy el director del Conjunto Arqueológico de Cástulo, Marcelo Castro. “Ahora se trabaja en un proyecto de 600 metros cuadrados y se están cumpliendo los objetivos porque nos estamos acercando a los niveles de uso, estamos quitando la tierra que se acumuló tras su abandono”, explica Castro.

Habla además de que no han sido pocos los cuerpo encontrados en esta especie de necrópolis en la que ha llegado a hallarse el cuerpo de un bebé en el interior de los restos de una tinaja. “Debía de estar cercano a alguna iglesia o lugar de culto”, apunta el experto arqueólogo al respecto, asegurando que la ubicación de los restos está cercana a lo que fue el centro de la ciudad, lo que confirma el declive de la misma. “Los restos están muy erosionados pero aún hemos encontrado un sudario o agujas usadas para el pelo”, añade el director.

Una importante comunidad judía

Es él quien confirma que en el lugar se perdió la trama histórica. Los habitantes de Cástulo abandonaron el que había sido hogar de numerosas generaciones y, entre quienes lo hicieron, hubo una importante comunidad judía. Así lo atestiguan algunos restos aparecidos como tres lucernas en las que está grabada una menorah o un epígrafe hebreo, que confirma que algunos de los romanos que habitaron suelo jiennense profesaban la religión judía, algo que no llegó a estar bien visto nunca en el Imperio.

Judíos, cristianos y adoradores de Júpiter o Vesta sufrieron por igual el terremoto que sacudió el lugar alrededor del siglo V antes de Cristo y que evidencian circunstancias como, por ejemplo, que en el momento del abandono de los hogares las cosas se mantuviesen en su sitio, algo que también ocurre en Pompeya. Se sabe, por los efectos en las construcciones, que no fue un sismo muy grande, aunque sí que provocó daños y el colapso de alguna que otra estructura.

Marcelo Castro también explica a Jaén Hoy que ha habido congresos de sismología en los que se ha tratado de analizar este movimiento de la tierra y que hay expertos que, conociendo el comportamiento que distintos materiales tienen en caso de terremoto, están tratando de establecer modelos 3D elevado de cómo era la ciudad antes de la sacudida.