Expertos avisan sobre los peligros de los ríos de Jaén: “Los barrancos nos son parques acuáticos”

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Cada año, sólo en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, se realizan entre 15 y 20 intervenciones en ríos

Muere una mujer cuando hacía barranquismo en Pozo Alcón

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Un grupo de barranquistas en Jaén con guía especializado.
Un grupo de barranquistas en Jaén con guía especializado. / Gualay

Las últimas lluvias han vuelto a llenar de agua los ríos jiennenses. Las sierras de la provincia ofrecen imágenes espectaculares y se han convertido en un imán de visitantes que quieren disfrutar de los caudales que llevaban años sin verse así. También acuden a este reclamo los amantes de los deportes de montaña, unos que entrañan un riesgo implícito e incluso, en algunos casos, mortal. El fallecimiento de una mujer, mientras practicaba barranquismo, en Pozo Alcón este pasado lunes ha sido un amargo recordatorio.

Uno más de una lista de accidentes que se incrementa cada verano. Lo explica para Jaén Gabriel Morago, bombero en el Parque de Bomberos de Peal de Becerro y técnico en barrancos. “En el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas apenas son cuatro los barrancos que se pueden hacer: el de la Cerrada del Utrero, uno en el pantano de La Bolera y dos más en Segura. Está todo muy restringido para proteger la fauna y la flora endémicas”, detalla sobre lo delimitadas que están las áreas donde se puede llevar a cabo esta práctica.

Aún así avisa de que cada año tienen que realizar entre 15 y 20 intervenciones por accidentes de personas en los ríos. “Sobre todo, desde 2020. Cuando salimos del confinamiento hubo una avalancha. Los barrancos son lugares peligrosos porque suelen tener una accesibilidad relativamente fácil y cualquiera se mete en ellos pero un barranco no es un parque acuático es un entorno natural muy cambiante”, avisa este experto.

Detalla además que el lugar de Pozo Alcón donde murió la chica “se encontraba seco dos meses antes”. “Muchas veces hay desconocimiento del río en sí, tanto del caudal que pueda llevar como de los movimientos que realiza el agua. Pueden incluso producirse sifones que tienen efecto de absorción, como cuando tiras de la cisterna del váter”, ejemplifica sobre los riesgos que pueden suponer las corrientes internas de los ríos.

La solución que Gabriel Morago proponer para minimizar cualquier peligro pasa por el sentido común: “Lo primero que hay que hacer es ir con un guía especializado y si van a ir por su cuenta tienen que informarse previamente muy bien”, pide este bombero quien también lamenta que Andalucía los guías no necesite de la titulación de técnico en barrancos para poder ejercer como tales. “En otras zonas, como en El Pirineo, esto no pasa”, aclara.

Con o sin estos guías siempre hay un cierto riesgo de accidentes y él ha tenido que socorrer a gente que ha sufrido graves lesiones en ellos. “Muchas veces en los saltos es el mismo impacto contra el agua el que causa el daño. Recuerdo que hace un par de años tuvimos que atender a un chaval que por entrar mal al agua, como sentado, tuvo un aplastamiento de vértebras. Hubo que inmovilizarlo y el helicóptero tuvo que venir a la Cerrada del Utrero. También ocurre que no podemos acceder a las personas heridas por las crecidas del río o que no contamos con el material necesario. Hasta los monitores de las empresas nos tienen que ayudar muchas veces pero, por lo general, nos repartimos las intervenciones con el GREIM”, explica en referencia al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil.

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