¿Una ballena en pleno parque jiennense?

Jaén Retro

A veces la realidad es mucho más extraña que la ficción, como fue el caso que aconteció en el tranquilo Jaén de los años 50

Esta es la única foto que se conserva de su visita en Jaén. Es en el Parque de la Victoria. Marzo de 1955.
Esta es la única foto que se conserva de su visita en Jaén. Es en el Parque de la Victoria. Marzo de 1955.

Jaén/Nuestra historia comienza una mañana del 14 de abril en el año 1954, cuando una tripulación compuesta por 13 hombres a bordo de un ballenero y contratados por un empresario español, consiguen alcanzar y capturar una ballena tras un disparo mortal realizado por el arponero Manuel Rico (natural de Castellón) en aguas del mar Atlántico, muy cerca de Gibraltar.

Después de su captura, el enorme cetáceo fue descargado en el puerto de Algeciras con la ayuda de una grúa llevada expresamente desde Gibraltar, grúa que volcó debido al peso del animal y que hubo que recomponer hasta conseguir cargar a la ballena "en el mayor camión del mundo", como así aseguraba su futura publicidad.

El empresario tuvo la ocurrencia de embalsamarla y convertirla en atracción de feria, para así sacarle unos buenos cuartos en aquella hambrienta España de posguerra. La ballena fue bautizada con el nombre de "Moby Dick", en honor a la famosa novela de Herman Melville publicada en 1851, empezando así una gira por toda España.

El enorme cetáceo viajó por aquellas toscas carreteras españolas para comenzar así una lucrativa gira, siendo exhibida por primera vez el 13 de junio de 1954 en una carpa en Madrid; allí estuvo varios días, continuando después su espectáculo por numerosas capitales del territorio español. Barcelona, Zaragoza, Burgos, Zamora y Gerona fueron algunas de las ciudades visitadas, para más tarde (ya en el año 1955) acercarse a tierras andaluzas, visitando Granada el día 26 de febrero, Córdoba el día 7 de marzo y, solo unos días más tarde, detenerse en la ciudad de Jaén, estando expuesta en el mismísimo parque de la Victoria cerca de la antigua plaza de Las Batallas. 

Imagínense el revuelo y el interés que suscitó tal evento, cuando la mayoría de los ciudadanos que ni tan siquiera habían tenido la oportunidad de contemplar el mar, ahora tenían la posibilidad de ver una auténtica ballena en nuestra ciudad.

Publicidad del ejemplar en ruta.
Publicidad del ejemplar en ruta.

Una hembra de 20 metros de largo

Según pregonaban los encargados de esta gira (anunciada con la mayor espectacularidad mediática posible) se trababa de un ejemplar hembra de 20 metros de largo y 60 toneladas de peso en su estado natural, afirmando que era "el animal más grande del mundo". Así lo anunciaban sus carteles donde se indicaba también que, previo pago de 2 pesetas, cualquier jiennense tendría la oportunidad de poder admirarla.

A día de hoy nuestros mayores todavía recuerdan cómo siendo zagales nos visitó aquel peculiar animal, destacando sobre todo su intenso mal olor y recordando también los numerosos pequeños carteles que rodeaban su cuerpo putrefacto, indicando el lugar donde se encontraban sus ojos, aletas y el resto de datos del cetáceo.

Pero no todo fue éxito y expectación, también surgieron muchas críticas a consecuencia de permitir traer semejante animal de tan grandes dimensiones a Jaén, ya que por culpa de su enorme camión y su gran peso, se produjo la rotura de varias tuberías y baldosas en su camino.

Complicado transporte de la ballena que se "paseó por Jaén" en los años 50

Pero lo más criticado fue el fuerte hedor que emanaba del animal y que iba en aumento día tras día, haciendo casi irrespirable la atmósfera a su alrededor; ya que fue imposible, por parte de los responsables, ocultar su nauseabundo olor a pesar de la cantidad de formol y productos químicos que utilizaron en un cadáver en descomposición que llevaba más de un año muerto.

Ese hedor impregnó todo el parque de la Victoria y alrededores, haciendo impracticable el paseo y dando lugar a numeros chistes entre la población jienense que comentaba entre risas y bromas que hasta la diosa helénica alada del Monumento a las Batallas se tapaba la nariz porque no podía soportar el mal olor existente. Los mismos mayores que recuerdan cómo una noche unos chavales se colaron en el parque para robar la gran lona azul que la cubría y así poderla ver gratis.

Historia muy peculiar de un Jaén antiguo que recuerdan y cuentan nuestros mayores.

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