Ana María Morales, una escritora jiennense que brinda la luz de sus relatos a quienes no pueden leerlos
CULTURA
Su libro 'A.MOR... Al desnudo' ofrece una literatura inclusiva en la que cualquier lector tenga acceso a sus historias, tanto a través de la tinta como en su versión en braille, entre otros formatos
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Escribir para que los demás puedan leer, sin importar sus circunstancias. Ese es el principal objetivo de Ana María Morales, autora de 'A.MOR… Al desnudo'. Su libro, una antología de microrrelatos, constituye todo un formato pionero dentro de la literatura más inclusiva: sus 37 relatos se encuentran impresos en tinta, legibles en braille e incluso accesibles de manera audible. Su iniciativa siembra, ante todo, una semilla en las bibliotecas y el sector editorial que puede que más pronto que tarde acabe por contagiar a muchos más escritores comprometidos con la causa.
Pregunta.A simple vista, podría decirse que el concepto de este libro es multiforme, pero ¿qué es exactamente 'A.MOR... Al desnudo'?
Respuesta.Esta obra se compone de varios relatos y se caracteriza por su formato inclusivo, porque está expuesto en distintas formas para poder ser leído: tiene braille, audio, PDF para quienes tengan disminución visual y así puedan ampliarlo, y, por último, tinta. Está por tanto en todos los formatos necesarios para abarcar la mayoría de colectivos. Siempre he dicho que es un libro vivo para todos y principalmente que cualquier persona que quiera leer un libro lo tenga al alcance.
P.¿En qué momento nace ese interés por emplear una literatura orientada hacia la inclusión?
R.Estuve varios años trabajando en un proyecto en Ilunion, que es una empresa colaboradora con la ONCE y que tiene muchos empleados con discapacidad. Yo trabajé con ellos y para mí fue una experiencia muy enriquecedora. Daba igual qué tipo de discapacidad tenían: visual, física, psíquica, cognitiva… porque todos éramos un equipo. Justo en el arranque del proyecto me operé de un tumor cerebral y entonces te das cuenta que un día estás aquí y otro allí. Al final, dentro de nuestras diferencias, somos todos iguales. Estuve unos meses de baja a raíz de mi operación y comencé con esta idea.
P.Se gestó en un momento clave...
R.Yo escribía, pero nunca llegué a nada más allá de algún curso de escritura. Primero pensé en hacer una página web y subir los relatos, pero al final lo reorienté hacia un libro. Como había estado tan cercana con mis compañeros yo planteaba que todos ellos tuvieran igual acceso. El braille lo incluí por esa necesidad de las personas con discapacidad visual a la hora de encontrar este tipo de formatos con cierta dificultad. De hecho, es el único libro que tiene braille y tinta. Cuando lo presentaba en las bibliotecas de Madrid siempre decía lo mismo: “Espero que sea el primero pero no el último”.
P.¿Cualquiera puede transcribir un escrito en braille o son necesarias determinadas herramientas especializadas para ello?
R.Todos mis relatos me los adaptó Ilunion precisamente, o la ONCE. Si tienes una impresora braille, que yo la tengo, puedes hacerlo realmente. El idioma es el mismo, en realidad, pues al final es conocer cómo se componen las letras de nuestro abecedario en un nuevo formato. Mis relatos nuevos yo misma los he tratado de pasar a braille, y aunque no sé leer braille hay personas que son capaces de hacerlo con los ojos y no con los dedos. En definitiva, es una tecnología que no todo el mundo dispone de ellas, por lo que hay que pasar sí o sí por estos organismos que te ayuden.
P.¿Qué tipo de temáticas puede encontrarse un lector que se acerque a esta antología movido por la curiosidad?
R.Ahora voy a hacer una serie de encuentros literarios donde voy a llevar ‘A.MOR… Al desnudo’ y otros relatos inéditos. En este libro yo juego mucho con las palabras y los dobles sentidos con sorpresa. Siempre insisto a que se esperen hasta el final, sin desvelar mucho más. Desde temática erótica, hasta contenidos más sensibles como la demencia senil o el alzhéimer. También hay algunos más graciosos, pero no me encasillo en ningún género en concreto. En cuanto a los relatos nuevos tocan temas como el suicidio juvenil y el maltrato, un proyecto que se está gestando en un posible segundo libro más enfocado hacia un tema crudo, dentro de la sensibilidad.
P.Se puede decir que Ana, como autora, es toda una persona consciente de estas realidades sociales.
R.Sí, siempre. En cualquier sitio vemos esos detalles tanto bonitos como malos. Cualquier cosa es una discapacidad y cualquier otra no lo es, depende también como tú lo aceptes y afrontes. Mi 'Alzhéimer' es un relato que a día de hoy me sigue emocionando. Es muy emotivo y tierno a la vez, porque por desgracia es una enfermedad que está a la orden del día y podemos verla desde muchas ópticas.
P.El camino de esta iniciativa empieza a abrirse paso en un nuevo proyecto, ¿cómo se plantea?
R.Para darle difusión a mi segundo libro, que lo más probable es que salga en el mes de enero, la idea es realizar varios encuentros literarios donde llevaré ‘A.MOR… al desnudo’ y algunos relatos nuevos en diferentes formatos. Habrá marcapáginas, por ejemplo, con QR, relatos en braille y tinta… Lo que pretendo es trasladar con el hilo conductor del microrrelato esa inclusividad que busco en todo momento. Es tan fácil como un QR, por lo que si yo lo he podido hacer con mis herramientas, imagina una editorial. Cuando presentaba mi libro siempre decía que lo más importante era dar a conocer esta posibilidad para animar también a los escritores a que estas herramientas estén al alcance de todos en las bibliotecas y acercarlo al mundo. Tengo ya algún encuentro en un instituto con cerca de 80 alumnos en los que intentaremos animarlos a que participen.
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