Santa Ana y su Virgen Niña bordan con letras de oro un 10 de junio histórico en Torredelcampo

CRÓNICA

Los torrecampeños inundaron las calles de la localidad para acompañar a su Alcaldesa Perpetua en una jornada extraordinaria para la memoria de los cofrades y devotos

Santa Ana, patrona de Torredelcampo, recibe el bastón como Alcaldesa Perpetua ante miles de fieles, en imágenes

Torredelcampo celebra el 220 aniversario de su declaración como villa reconociendo a vecinos ejemplares

Las calles engalanadas por los vecinos recibieron a la patrona torrecampeña.
Las calles engalanadas por los vecinos recibieron a la patrona torrecampeña. / A.C.B.
Antonio Cañada

11 de junio 2024 - 16:55

Si es cierto aquello de que las abuelas se desviven por sus nietos, en Torredelcampo se vive un amor recíproco entre la patrona y los torrecampeños. Es un vínculo casi inherente a la sangre, una herencia construida durante siglos y que sustenta el carácter de sus vecinos y vecinas. El amor que profesa este pueblo a Santa Ana y la Virgen Niña supera cualquier expectativa y este 10 de junio se hacía historia con letras de oro que quedarán grabadas a fuego en la memoria de quienes no quisieron perder su cita con la Abuela. Poco antes de las ocho de la tarde y ante una plaza desmedida y abarrotada de gente, como un relicario de plata que aguarda para irradiar su perfume, la patrona torrecampeña efectuaba su salida para presidir el majestuoso altar con el que sería nombrada Alcaldesa Perpetua de la villa.

La estampa, con la pétrea fachada de la iglesia parroquial y la arboleda flanqueando el podio, aunaba la fuerza y la gallardía de un escenario ideal para este acontecimiento extraordinario. Nada tuvo que envidiar a las grandes coronaciones canónicas de fuera de la provincia ni hubo que echar en falta un solo detalle durante el transcurso del acto. La solemne misa presidida por el obispo diocesano, Sebastián Chico, y concelebrada por más de una docena de sacerdotes venidos desde distintos puntos, ofreció a los presentes una singular puesta en escena. Sin duda, el momento álgido tuvo lugar con la lectura del acta aprobada en pleno y la entrega del bastón de mando por parte del alcalde de la localidad, Javier Chica.

Altar preparado para la solemne misa presidida por el obispo.
Altar preparado para la solemne misa presidida por el obispo. / Diócesis de Jaén

Una traca de fuegos artificiales y la entonación del himno a Santa Ana conjugaron uno de los instantes de mayor belleza durante la solemnidad del acto, que se alargó hasta entradas las diez de la noche para organizar el extenso cortejo conformado por las cofradías y hermandades invitadas. Desde Andújar, Porcuna, Jamilena y hasta Cuenca no quisieron perderse el nombramiento de la Alcaldesa a perpetuidad de Torredelcampo. El desfile procesional, encabezado por la banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús Nazareno del municipio, se extendía en varios kilómetros con un acompañamiento que no dejaba a nadie indiferente. Y apenas salían los anderos al margen izquierdo llegaba la primera de las lluvias de pétalos que se sucederían a lo largo de toda la procesión.

Las lluvias de pétalos se sucedieron durante toda la procesión.
Las lluvias de pétalos se sucedieron durante toda la procesión. / A.C.B.

La Abuela, siempre en olor de multitudes

Caían pétalos de los balcones y se lanzaban vivas de las aceras en una sucesión de acontecimientos que rozaba la vorágine en plena noche. Hasta algunos aleluyas cayeron desde las ventanas a las manos del obispo clamando la coronación de la Virgen Niña, anécdota que marcó las sonrisas de los sacerdotes acompañantes. Bajo un cielo de más de 3.000 flores de papel Santa Ana discurrió en compañía de miles de devotos para recalar en todas y cada una de las casas que quisieron ofrendarle su amor de la mejor manera: desde rezos por colombianas hasta una lluvia torrencial de pétalos prácticamente coreografiada con la marcha "Siempre la Esperanza". Porque precisamente de esperanza hablaban las miradas de todos y cada uno de los que se perdían entre las regias bambalinas de plata de su palio.

A pesar de las altas horas de la noche, tampoco el paso por el parque municipal supuso un disgregante, donde el coro Camino Viejo quiso poner su propio broche de oro a esta salida extraordinaria de magnífica respuesta por parte de los vecinos. Bajo una embovedada arboleda y con el rumor de las fuentes acompasando los ritmos de la banda musical hasta la Plaza de España, los cirios comenzaron a entregarse al cansancio del reloj. Ya con la medianoche como fiel testigo y en un último repique de campanas, la recién nombrada Alcaldesa Perpetua de la villa hizo su entrada triunfal en el templo con los resquicios de una primavera lanzada desde el balcón del Ayuntamiento y una retahíla de vítores capaces de enmudecer el alma.

Santa Ana a su paso por el parque municipal Blas Fernández.
Santa Ana a su paso por el parque municipal Blas Fernández. / A.C.B.

Así, la Virgen Niña volvió a sonreír a su pueblo desde los brazos de su madre ante la atenta mirada de una plaza contenida. El bastón de mando, prendido en las faldas de Santa Ana, parece haber estado ahí siempre en un justo reconocimiento de la que es el auténtico baluarte de los torrecampeños. Quedará ahora la memoria de lo vivido hasta el mes de julio, cuando de manera extraordinaria la cofradía visite el camposanto en una invitación para recordar a aquellos que ya partieron al encuentro de la Abuela. Porque en el jardín del cielo seguro se vivieron ayer también momentos de felicidad.

stats