La única profesora invidente en Jaén se queda sin ayuda personal: "Pienso en el próximo curso y digo, ¿cómo lo hago?"

Educación

Decenas de docentes invidentes en España reclaman los mismos derechos para poder dar clases ante la supresión de las ayudas de la ONCE

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Sara Jiménez dando clases.
Sara Jiménez dando clases.

Sara Jiménez empezó a dar clases hace un año en el IES Santa Teresa de Jaén y, ahora después, de conseguir su puesto de trabajo teme, no poder continuar dando clases como hasta ahora. Jiménez, desde muy pequeña ha sorteado las barreras que la vida le ha puesto, nació con ceguera congénita, una condición que no le frenó a desarrollarse para ser lo más independiente posible. Estudió primero Magisterio en la Universidad de Córdoba, después Trabajo Social en la Universidad de Jaén, posteriormente hizo el Master de Profesorado y estudió la oposición para sacarse una plaza. Desde que comenzó a impartir clases cuenta con una persona de apoyo gracias a las ayudas de medio humano que les aporta la ONCE, sin embargo, la organización les ha comunicado que ya no contarán más con ella para el próximo curso.

La decisión afecta a todos los docentes afiliados a la ONCE de España. "En mi caso esta ayuda me sirve para corregir exámenes, para entrar conmigo en el aula porque no tengo nada de restos visuales, para controlar que no cojan el móvil o se copien en los exámenes". "Yo acabo de aterrizar y claro este primer curso me estoy salvando con esta ayuda, pero pienso en el próximo curso y digo dios mío, ¿cómo lo hago?", expresa Jiménez.

Desde la organización nacional señalan que actualmente esta ayuda la reciben 40 docentes invidentes en España de los 170 que hay. Añaden, que desde el año 2015 hay una ley que indica que la Administración pública debe dotar al profesorado de las ayudas que requieren para ejercer su trabajo docente. "Se ha decidido suprimirla porque va en contra del principio de complementariedad porque hemos renovado nuestra normativa de prestaciones y se ha considerado que una obligación de la Administración pública, no la debe suplir la ONCE. Nosotros seguimos apoyando con toda la tecnología accesible" explica la directora técnica de prestaciones de la ONCE, María José Sánchez.

Los docentes afectados ya se están movilizando y han creado plataformas y grupos a través de las redes sociales para que no se queden desamparados ante esta medida. Sara Jiménez apunta que en Andalucía son alrededor de 20 personas los que han conseguido unirse para intentar encontrar una solución. "La ONCE nos aclara que sea la Administración la que nos adapte el puesto de trabajo, que lo solicitemos quizás por prevención de riesgos laborales, pero de aquí a que lo hagan nos podemos tirar años y si es que lo conseguimos", expresa Jiménez.

Sara Jiménez en su despacho.
Sara Jiménez en su despacho.

El apoyo de Sara Jiménez le ayuda a desarrollar su trabajo con normalidad. Solamente necesita seis horas a la semana. Le acompaña en la hora de clase o en la preparación de material más visual. El resto de horas está sola y puede continuar trabajando sin impedimentos. "Este apoyo es necesario para poder llevar un desarrollo completo de mi trabajo porque sin esta persona que me apoya, yo no podría desarrollar mis clases con normalidad ya que a la hora de vigilar un examen necesito alguien que controle. Y sobre todo, a la hora de corregir, son en los dos puntos donde más necesito ayuda", cuenta la docente.

Exámenes adaptados, pero puestos de trabajo no

La ONCE expresa que al igual que hay centros que ya dan apoyo humano con su propio personal cualificado a las personas ciegas que lo puedan necesitar, es una solución que la Administración puede aplicar en otros centros. "Las administraciones públicas deben buscar soluciones concretas a problemas concretos", apunta Sánchez. Mientras tanto, los meses transcurren y los docentes denuncian que no les aportan una solución clara y "se pasan la pelota de unos a otros".

"Tenemos derecho a tener un puesto de trabajo digno y adaptado, entre otras cosas, porque hay una normativa que indica que los puestos de trabajo tienen que estar adaptados. Además nosotros hemos opositado por unos puestos, las plazas por las que nosotros entramos en la oposición son plazas para personas con discapacidad, que esto es lo más divertido, a mí me adaptan el examen de oposición y no me adaptan en el puesto de trabajo", lamenta Jiménez.

Desde la organización afirman que se han puesto en contacto con las administraciones autonómicas de forma global para ponerse a su disposición para resolver los problemas técnicos e informarles de la supresión de estas ayudas. "Ellos no te dan una respuesta. Porque ellos entienden que la ONCE es quien cubre esa necesidad. Que no digo que no sea la Junta quien la tenga que cubrir. Que la Junta la cubra, pero que sea uno u otro", expresa la docente.

Sara Jiménez cuenta que la solución que le han ofrecido, incluso desde la Administración, a algunos compañeros es la incapacidad, pero ella esa opción no la contempla. "Mi cabeza no lo contempla. A mí me pagan para trabajar como a todo el mundo. Desarrollaría mi puesto de trabajo como pudiera, no voy a dejar de trabajar porque me quiten esta ayuda. Como yo deje de trabajar ya, imagínate", cuenta.

Desde pequeña ha aprendido a sortear todo tipo de barreras y ahora no va a ser menos, aunque confiesa, no ha sido fácil porque la sociedad no está preparada para trabajar con personas con discapacidad. "Yo siempre he sido la diferente entre mis compañeros del colegio, del instituto, de la universidad. Obstáculos hay muchos, pero esto ya ha sido...Si yo lucho y tengo frutos, a mí no me importa, llevo toda la vida haciéndolo. Lo que pasa es que últimamente con esta situación siento que lucho y no tengo frutos, hasta el punto de tener ansiedad y esto me está afectando a mi vida personal. Porque digo, dios mío, llega junio y esto no tiene solución", lamenta.

El apoyo de la ONCE en la etapa educativa

La ONCE, tal y como cuenta la organización y Jiménez fomentan la educación. Cuentan con profesores de apoyo, desde que son pequeños, los visitan dos veces por semana y trabajan con los compañeros, con los profesores y la familia. Les enseñan braille, cuentan también un instituto fitotécnico, que es donde le explican toda la parte tecnológica y de aplicaciones móviles. Y cuentan con técnicos de rehabilitación básica, que son los que enseñan orientación y movilidad.

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