Repobladores de la Jaén vaciada: Volver a Aldeaquemada para ganar calidad de vida
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Cada fin de semana llegan personas de diferentes puntos de España para conocer más sobre un lugar único de la provincia de Jaén, que limita al norte con Ciudad de Real y lo habitan solo 463 personas, se trata de Aldeaquemada. La encargada de difundir el patrimonio histórico del municipio poblado desde la Prehistoria, su entorno de pinturas rupestres y naturaleza es María José Fernández. Con 25 años, tras terminar la carrera, decidió volver a sus raíces para dedicarse de lleno a su pueblo.
La población de Aldeaquemada, como ocurre en gran parte de la España vaciada ha disminuido con los años, especialmente a partir de los 60 cuando comenzó a decrecer notablemente. En aquel año alcanzó los 1569 habitantes, ahora no llega a un tercio de la de entonces. Sin embargo, muchos de los que se fueron, vuelven para ganar vida, dársela, y construir su futuro en el pueblo.
María José creció en las calles de Aldeaquemada, y cuando le llegó la adolescencia tuvo que irse para seguir formándose, primero en Baeza, y luego en Jaén capital y en Francia de Erasmus, donde estudió Historia y un máster de Turismo. A los 25 años, una oportunidad de empleo se le presentó en el Centro de Interpretación Pablo Olavide de su pueblo y no dudó en volver, desde entonces han pasado cuatro años.
Orgullosos de regresar
"Descubrí que me gustaba estar aquí, y cuando me dieron la oportunidad de seguir trabajando por mi pueblo decidí quedarme. Al final tengo cerca mi familia, me siento muy orgullosa de la decisión que tomé. La vida aquí es muy tranquila, quizás excesivamente, pero hay que destacar que hay una buena calidad de vida, incluso gente de fuera que viene le gusta esta tranquilidad, lo bien cuidado que está, que estás en plena naturaleza y si encima tienes la oportunidad de trabajar y no tener que marchar fuera es perfecto", explica María José.
Otro repoblador que volvió a su tierra después de 27 años es Ángel Alcaide. Con ocho años se fue a estudiar a un internado de Córdoba, de ahí marchó a Ciudad Real para realizar una formación en maestría industrial, y finalmente acabó en Madrid trabajando en la hostelería. "Mi mujer y yo estuvimos allí hasta que nació la niña", cuenta.
"Era muy estresantes, no creíamos que era un sitio adecuado para que se criara la niña y regresamos al pueblo, montamos un bar y empezamos a trabajar. Las raíces tiran mucho y yo soy de campo. Ahora mismo la calidad de vida es indiscutible, se tiene la ventaja que estás conectado al mundo, no es como antes que al vivir en un pueblo estabas más aislado", asegura Ángel.
La hija de Ángel, recorrió "sin quererlo" los mismos pasos que él. Decidió continuar su educación en Madrid estudiando guion. Allí, trabajó en varias empresas de televisión y tras tener a su hija volvió al pueblo para trabajar en la empresa familiar.
"Nosotros somos guías de montaña y arte rupestre, trabajamos con Medio Ambiente, con la consejería. Luego montamos un negocio de turismo rural y tenemos un hotel también pequeñito que se llama La Cimbarra", expresa Ángel.
El teletrabajo, una oportunidad para quedarse
Aldeaquemada, tiene todos los ingredientes para atraer familias jóvenes. Centro de salud, colegio, cuartel de la Guardia Civil, piscina, campo de fútbol, albergue, bares o parques. "Vamos a construir una escuela infantil. Hay una demanda de madres y padres que tienen niños pequeños. Esto les va a venir de maravilla, la inversión es de 100 mil euros y 25 mil para material y equipamiento. Para enero o febrero se va a construir y para septiembre queremos dejarlo terminado", explica el alcalde del municipio, Manuel Fernández.
"Ahora mismo tenemos una pequeña ludoteca provisional donde hay ocho niños con dos profesoras, tendrá capacidad para 15 niños, que esperemos llenarlo, a ver si la gente joven se anima a tenerlos", prosigue el alcalde.
Sin embargo, para arraigar población y formar una familia se necesita una mayor oferta de empleo, y no todo el mundo que se marcha a estudiar fuera encuentra posibilidades de asentarse en el pueblo que dejó. "Yo conozco a todos los chavales y es cierto que ven un poco difícil quedarse, casi todos chicos estudian y se preparan para la vida laboral, cuando acaban los estudios la posibilidad para quedarse es mínima. Yo creo que el problema está ahí, ahora como calidad de vida es una pasada", señala Ángel Alcaide.
Aún así, tras la pandemia y con el teletrabajo se está produciendo un fenómeno de personas que vuelven a pueblos pequeños para ganar en calidad de vida, desarrollarse en un entorno natural y alejado del estrés. "Ha vuelto gente, si te digo tres o cuatro parece poca cosa, pero en un pueblo así es bastante", cuenta Ángel. Además, el alcalde de Aldeaquemada explica que hace poco un joven de Málaga pasó por el pueblo, compró un solar y quiere construirse una casa allí. "Teletrabajando hay cuatro personas aproximadamente", añade Manuel Fernández.
Inversión para no dejar morir a estos municipios
Una demanda clara que hacen desde estos municipios es más atención e inversión, para que la gente que quiera regresar, o al menos quedarse, tenga la opción y no se vea obligada a desligarse de sus raíces mudándose a la ciudad o incluso fuera de la provincia.
"Hay que crear más oportunidades de empleo para que la gente joven se pueda quedar, y crear un futuro en Aldeaquemada. A raíz de la pandemia se ha demostrado que la gente siempre quiere volver al pueblo, porque es donde mejor se está. Es importante no dejar morir a los pueblos porque se puede construir un futuro, pero para eso necesitamos inversión, dotar al municipio de servicios e infraestructuras para generar empleo y que se pueda crear un futuro entre la población, crear oportunidades", explica María José Fernández.
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