Jaén es la tercera provincia con menos mujeres guardias civiles de España

Hay trabajos en España a los que las mujeres directamente no podían acceder hace menos de cincuenta años, aunque ahora parezca que queda lejano. Este 2024 se cumplen 36 años desde que un Real Decreto en 1988 permitió el acceso de las mujeres en las mismas condiciones que los hombres a la Guardia Civil.

Si bien es cierto que el número ha ido incrementando progresivamente en los últimos años, el porcentaje de incorporaciones aún es bajo, ya que otros cuerpos policiales, tanto la Policía Nacional como las autonómicas y las locales, tienen unos índices aún superiores.

Jaén es la tercera provincia con menos mujeres en plantilla de toda España, según los datos publicados por la dirección general de la Guardia Civil. El porcentaje de mujeres guardias civiles en la provincia jiennense se encuentra en el 4,5 por ciento, sólo por delante de Ceuta y Sevilla, y muy por debajo de otros territorios donde llega al 14 por ciento, y de la media nacional, que es del 9,57% (78.191 efectivos, 7.479 son mujeres), cifra que ya de por sí es muy inferior a la que presentan otros cuerpos policiales en España y en el resto de Europa.

La responsable de Igualdad de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Jaén, Rocío Torres, explica a este medio que este bajo ingreso de mujeres que hay en la Guardia Civil en comparación con otros cuerpos policiales se debe a las condiciones laborales que disponen, las cuales no permiten conciliar la vida familiar con la laboral.

A lo largo de estos 36 años de historia el porcentaje acumulado de plantilla de mujeres ha ido incrementando paulatinamente, los primeros años fueron bastante estables, no superando el porcentaje del 10% de presencia en cada nueva promoción hasta el año 2006. A partir del año 2020 el incremento fue considerable con ingresos superiores al 20%. En otros cuerpos la presencia femenina es superior.

Sin embargo, la Benemérita apunta que no es posible hacer una comparación entre la evolución de presencia femenina al resto de Cuerpos ya que tanto el volumen de componentes totales como los años de incorporación de mujeres a los mismos difieren considerablemente.

Para intentar fomentar la incorporación de mujeres guardias civiles al cuerpo, Torres indica que es necesario potenciar la promoción profesional, facilitar en turnos de trabajo para poder tener una conciliación más llevadera y reorganizar unidades con más plantillas de personal. “Hay turnos de servicio en los cuales tienes que desplazarte, por ejemplo, para realizar un cacheo hasta otro puesto de la demarcación e incluso fuera de ella al no disponer de componente femenino para poder realizarlo”, cuenta la responsable de Igualdad de la AUGC.

Sólo una oficial

Atendiendo a las diferentes escalas, la mayoría de las mujeres destinadas en la provincia de Jaén tienen el empleo de Guardia Civil, hay dos cabos, una en Marmolejo y otra en Villacarrillo y una oficial capitán en Beas de Segura. En especialidad Fiscal en la capital hay una sargento, otra sargento en Bedmar y otra en Baeza, una guardia civil en la especialidad de Cinológico, una en la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil (USECIC), cuatro en la Unidades Orgánica de Policía Judicial de Comandancia (UOPJ) y dos en la especialidad de Tráfico Atestados. En total son 1.160 hombres y 63 mujeres. Ante estas cifras, Torres cree que aún hay creencias que por el simple hecho de ser mujer las encasillan para realizar trabajos administrativos.

Protocolo de acoso sexual

“Nuestras últimas peticiones son para mejorar el protocolo de acoso sexual, éste no permite a la víctima ir acompañada de la persona de su elección, tiene que ser un guardia civil. El protocolo que existe no es garantista para las víctimas, a las que se les marea con entrevistas para dejarlo en nada. Queremos un protocolo como el de la AGE. Con medidas organizativas, cautelares y tiempos de resolución iguales”, expresa la responsable de Igualdad de la AUGC. “Queda mucho por mejorar, no se puede dar visibilidad a las mujeres un día al año y después olvidar que, éstas como en el resto de la sociedad llevan la carga mental y de cuidados en casa”, concluye Torres.