Jaén, el oasis del lince ibérico. Así se ha salvado la especie en el territorio donde más abundan

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El felino estuvo a punto de desaparecer en 2002, y ahora se ha logrado tener ocho veces más población en territorios como Sierra Morena

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Jaén, el oasis del lince ibérico. Así se ha salvado la especie en el territorio donde más abundan

El rey de la fauna, el cabeza de su territorio. El lince ibérico (Lynx pardinus) ha pasado de, en 2002, estar al borde de la desaparición a reinar ahora en territorios como Sierra Morena, donde cada vez hay más probabilidades de avistar entre los árboles sus majestuosas orejas puntiagudas o su pelaje atigrado de tonos parduzcos, moteado de manchas negras. Aunque la población sigue aumentando, todavía se encuentra en peligro de extinción, y ha saltado el escalón de la categoría 'crítica'.

En 2002 cuando se decidió hacer un censo el lince ibérico estaba a punto de desaparecer. En toda la península Ibérica, había en ese momento menos de 100 ejemplares entre el Parque Nacional de Doñana y la Sierra de Andújar Cardeña (60). Dos décadas más tarde, gracias al programa Programa de Conservación Ex-situ con proyectos como Life+Iberlince y según el censo de 2022, hay 1.105 adultos y 563 cachorros.

Jaén puede presumir de ser el territorio con más población de este felino, según explica la delegada territorial de Medio Ambiente y Economía Azul, María José Lara, a este medio. En 2022 en Sierra Morena había un total de 502 linces ibéricos. Y, ¿por qué la provincia es oasis para este animal? El director del Parque Natural Sierra de Andújar, Antonio Marín, lo cuenta. En este paraje llevan décadas observando, ayudando y cuidando del animal para que salga del peligro. Una labor persistente y tediosa en la que se han realizado diferentes procesos.

Sierra Morena, un hábitat propicio

"En esta zona había conejo, al haber fincas bastante grandes y tener pocas incidencias, estaban muy adaptados al territorio y era muy viable esta población aquí. Primero, las conexiones con zonas factibles eran propicias, cerca de Andújar, toda la zona que llega a la Carolina, Baños de Encina y Vilches. Aquí, es un hábitat bastante propicio y además tiene su alimentación, por lo que se mantiene esa población en este territorio", cuenta Antonio Marín.

Las principales causas del declive del lince ibérico en el pasado fueron, precisamente, la disminución de las poblaciones de conejo, la destrucción del hábitat y la mortalidad no natural. El colapso de las poblaciones de conejo provocaron un gran descenso de la capacidad de carga del medio en la mayor parte del rango de distribución histórico del lince ibérico, es decir, en un área donde antes había condiciones para que viviesen diez linces, podría hacerlo como mucho uno.

El proceso hasta llegar donde se encuentra hoy, ha sido una tarea ardua. Cuando se realizó el estudio en 2002 se constató que solo quedaban poblaciones de lince ibérico en Andújar, Cardeña y Doñana, y que en el resto de territorios habían prácticamente desaparecido. Eran por tanto, las dos únicas poblaciones viables, y a partir de ahí, se hicieron diferentes trabajos de alimentación suplementaria, sobre todo con conejos, con vivares y con mejora de vegetación.

"Se fue recuperando poco a poco esta población, hasta que llegó también un momento en el que se vio que había como un cuello de botella genético y empezó también el programa de cría en cautividad para ver la viabilidad de la especie, porque conlleva que los mismos individuos no sean viables si son muy endogámicos", apunta el director del Parque Natural de Andújar. Por ello, se juntaron linces de Doñana y Sierra Morena.

El mayor logro en Jaén, explica Lara, es que la población cada vez es más estable y el lince ocupa más lugares de la provincia. "Antes se encontraban solo en la zona de Andújar, Cardeña, ahora se están extendiendo a la zona de Guadalmellato, Marmolejo, Guarrizas, Vilches, Linares, La Carolina, también hay datos de Pegalajar y Alcaudete donde hay áreas reproductoras con presencia estable".

Las principales tareas que realizan ahora, además de la vigilancia mediante monitorización y fototrampeo, son las enfocadas a las mejoras de hábitat para los conejos. Se acotan zonas o se realiza una repoblación del animal que sirve de alimento al lince. Cuando surgen atropellos también acuden al lugar para atender al animal o levantar el cadáver.

Lince Ibérico.
Lince Ibérico. / Sergiojoes Freepick.

El segundo felino más amenazado del mundo y su recuperación

A día de hoy, el lince ibérico ha pasado a segunda posición como el felino más amenazado del mundo después de que fuese catalogado hace 20 años por la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza, como el primero. Los más de mil linces que hay en 2023 se logró, primero, desarrollando un programa con trabajos en el campo (In-situ); y después, se trabajó fuera de su hábitat, es decir, se crearon lugares específicos para la cría en cautividad (Ex-situ).

Cerca de La Carolina está uno de los cuatro centros de recuperación del ahora rey de Sierra Morena. "Tienen una zona de campeo, donde se le controla a cada individuo, cuando llega la época de celo se les une y se les controla. Además, se les monitorea 24 horas cuando tienen el parto, después un poquito menos", explica Marín.

Todos los felinos se encuentran bajo videovigilancia y tienen una campaña de seguimiento en la época más dura, cuando nacen. Si hay algún problema, pueden rechazar la madre o los mismos cachorros pueden pelearse entre ello. Por ello, vigilan constantemente para poder actuar lo antes posible, aunque intentan ser lo menos invasivos posible.

La principal causa de muerte son las carreteras

Las carreteras son un punto negro para el lince ibérico y su conservación. "La mayoría de la mortalidad de este animal se produce por atropello, alrededor de un 60 por ciento. A la altura de Vilches, en el kilómetro 4,5 de la A-312, se han instalado paneles de neuromarketing, avisando a los conductores para que bajen la velocidad y que hay peligro de colisión con linces. Hay también instaladas barreras virtuales que emiten luces y sonidos que hacen que los linces cuando se vayan a acercar a la carretera se alejen", expresa la delegada de Medio Ambiente, María José Lara.

La línea ahora mismo es de población de lince ibérico es ascendente. Y el experto, Antonio Marín, es optimista y cree en la ampliación de esta especie tan característica de la región. Cada día hay más concienciación, aunque las carreteras es una asignatura pendiente a la que ya se están aplicando medidas.

"Todavía nos queda un tramo, digamos, que hemos salvado un poquito, como si estuviéramos en la UCI y no han bajado a planta. Estamos con cautela, porque cualquier cuestión nos puede hacer retroceder y lo que queremos es que nos den el alta", señala el director del Parque Natural de Andújar.

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