El Hotel Balneario de Marmolejo reabre sus puertas con 101 años de historia

La historia de este hotel de Marmolejo se remonta a principios del siglo XX, cuando se construyó un imponente edificio para atender a una clientela exigente que buscaba aprovechar las aguas minero-medicinales de la localidad. Diseñado por el arquitecto Lorenzo Gallego Llamas, el complejo abrió sus puertas en 1923 y rápidamente se convirtió en un símbolo de lujo y prestigio para la comarca. El paso del tiempo terminó por escribir su historia, llena de periodos de cierre y reapertura, hasta la actualidad. Hoy, con 101 años a sus espaldas, continúa siendo un referente turístico para la zona.

Enamorado de su fachada y la esencia de sus paredes, José María Rey Bernal ha sido el auténtico visionario capaz de revivir este histórico hotel. “La gente tenía muchas ganas de que volviese a abrir el edificio, y finalmente lo hicimos el pasado 27 de marzo, Miércoles Santo”, comenta Rosario Blánquez, quien ejerce como jefa del departamento de recepción del mismo. Después de prácticamente un mes y medio a pleno rendimiento, desde el equipo directivo ya valoran los buenos resultados obtenidos. “Para llevar tres años cerrado, las expectativas que nos hemos encontrado han sido realmente buenas”.

Curiosamente, el hotel de Marmolejo ha pasado por numerosas transformaciones. Durante la Guerra Civil, por ejemplo, fue transformado en hospital militar, aunque lograría recuperar su función original ya en 1940. Las décadas siguientes fueron enlazadas con mejoras constantes en sus instalaciones, hasta que en 1992 terminó por desvincularse del balneario, pasando por varios propietarios. Para esta última reapertura se ha intentado modernizar el complejo con el debido respeto a la historicidad del edificio, que cuenta en su distribución con 30 habitaciones, un salón abierto, un restaurante y la zona de spa.

En cuanto al tipo de clientela que se acerca al Hotel Balneario, Blánquez hace sus cálculos como cara visible de la recepción: “Suelen ser mayores de 40 años que buscan tranquilidad, sobre todo desconectar de la rutina”. Y precisamente en esta búsqueda de la serenidad, uno de los servicios más demandados por el público es su spa, donde pueden realizarse más de 20 tratamientos diferentes. Así mismo lo aclaran en su propia página web: “seguimos comprometidos en ofrecer a nuestros huéspedes un entorno de relajación y bienestar”.

A pesar de su ubicación en plena campiña jiennense, el interés turístico por este rincón alejado de la capital parece reactivarse entre propios y extraños. “La gente quiere volver a pasar sus vacaciones de verano aquí, por lo que estamos teniendo muchas reservas de larga estancia”, apunta Blánquez. Sobre si las propiedades curativas siguen presentes en las aguas de Marmolejo, en el Hotel Balneario tienen claro que su propuesta va mucho más allá: sus puertas son un oasis para la paz.