Family Biscuits, la fábrica de galletas de Jaén que exporta sus productos al resto del mundo
JAÉN INTERNACIONAL
La firma de repostería jiennense presume de ser la única empresa de estas características en el sur de España, con cerca de 200 trabajadores en su plantilla
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A las doce del mediodía el aire arrastra el aroma dulce de las galletas recién hechas junto a la Ronda de Marroquíes. El apetito se abre entre las aulas universitarias que reciben a través de sus ventanas este olor tan característico ya en su entorno. También en la gran explanada que ocupa el centro comercial Jaén Plaza se aprecian las notas propias de una fragancia que bien podría degustarse en el aire. Y en su incesante actividad, la fábrica galletera Family Biscuits permanece ajena a este rosario de sensaciones que muchos calificarían de gourmet.
Seguramente, cuando Félix Gullón se hizo con el timón de esta empresa hace algo más de cuatro años, nunca pensó que terminaría cosechando un perfume notorio para el deleite de sus vecinos jiennenses. En realidad, se trata de un olor que cuenta ya con cerca de medio siglo en la capital, cuando la familia Cuétara iniciase las bases de esta antigua fábrica de galletas allá por los años 60. Desde entonces, mucho ha cambiado su funcionamiento hasta llegar a ser la referencia que hoy supone. “Somos la única fábrica galletera que existe en Andalucía”, apunta María Santana, directora de comunicación y marketing de la firma.
- La adquisición de sus instalaciones por parte de Cerealto Siro Foods marcó un nuevo devenir en la trayectoria de este edificio. Tras muchas idas y venidas, y ante las continuas pérdidas obtenidas, esta fábrica estuvo prácticamente al borde de la desaparición. “En febrero cumplimos cuatro años desde que tomamos las riendas”. Su marido y director, Félix Gullón, es la cuarta generación de una familia galletera oriunda de Aguilar de Campoo, en Palencia. “Decidimos embarcarnos en un proyecto en solitario adquiriendo esta propiedad en venta de Cerealto”.
Así nació Family Biscuits, una firma que rescataba la esencia de lo perdido para renovarla en su mejor versión. “Su nombre se manejaba bien en el mercado, pero al ser una marca nueva había que hacerse hueco poco a poco”, comenta Santana. Su camino hasta la actualidad, de hecho, ha pasado por innumerables dificultades que han ido fortaleciendo al equipo humano que conforma su plantilla: desde un ERTE de seis meses, la subida de la materia prima, la crisis de la COVID-19 o incluso las temidas huelgas de transportistas. Hoy, alrededor de 200 personas componen la plantilla de Family Biscuits en Jaén.
Garantía de calidad y compromiso con el aceite de oliva
No obstante, el proceso de adaptación ha sido largo y complejo, tal y como cuenta María Santana. “Al principio nos encontramos con unas instalaciones obsoletas, incluso con viviendas de antiguos trabajadores que terminamos convirtiendo en oficinas”. Su cadena de producción pasa por todo un rito controlado en el que se aseguran de que los estándares de calidad son los exigidos. “Disponemos de un pequeño laboratorio de control de calidad, además de todo un equipo de financieros, comerciales y responsables de administración para que todo esté en orden”.
Igualmente, el estudio de mercado es una de las máximas a la hora de efectuar la exportación de su producto. “No se consume el mismo tipo de galleta en todo el territorio nacional: en el sur gusta más el sabor dulce, mientras que en el norte se demanda algo menos”. A pesar de que en España las marcas de galletas están muy arraigadas en el imaginario colectivo, la firma jiennense ha conseguido abrirse hueco y romper las fronteras hasta el punto de alcanzar la presencia internacional en lugares tan remotos como Argelia, Irak o Israel.
El consumo de repostería es tan dispar en el mapa, que a veces se requiere de una propuesta específica para cada país. “En el norte de Europa, por ejemplo, gusta más la avena; frente al norte de África, donde se consumen más las galletas María”, explica Santana. Es por ello que en sus amplias gamas de producto encontramos sugerencias basadas en el aceite de oliva, como María del Sur, o variantes más enfocadas a otro tipo de públicos: es el caso de TostaKids, Natur Fun Avena o Digestive, entre otras.
De momento, esta fábrica encabezada por Gullón trabaja a pleno rendimiento para superar las expectativas de facturación conseguidas en los últimos años. “Queremos dirigirnos en próximos proyectos hacia las galletas sanas, con tres o cuatro ingredientes, así como menos aditivos y conservantes”, avanza su directora de marketing. Todo ello, además, bajo un plan de sostenibilidad y respeto medioambiental que no pasa desapercibido para sus trabajadores. “Intentamos tener cero desperdicios, con un packaging completamente ecológico”. Lo que es evidente es que, tanto a la hora del desayuno como en la merienda, Jaén está presente en los paladares de gran parte del mundo.
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