Agua contaminada: Las nueve poblaciones de Andalucía con más alto nivel de nitratos

MEDIO AMBIENTE

En los Chopos, en Castillo de Locubín, se cuantifican hasta 64,6 valores de nitrato, cuando el límite permitido es de 50 miligramos por litro. El núcleo cuenta con una población de 46 personas

La agricultura y las macrogranjas afectan el agua disponible para el consumo de 200.000 personas de 171 municipios en España, 37% de las aguas subterráneas y un 11% de las superficies superaron los límites permitidos

Camión cisterna subiendo hasta la aldea de Los Chopos para garantizar el suministro este pasado verano.

En la Sierra Sur, una pedanía perteneciente a Castillo de Locubín, Los Chopos, registra los más altos niveles de contaminación de nitratos de la provincia. El que fuera lugar de peregrinación para los devotos del "Santo Manuel" o "El Señor", como también lo denominaban los creyentes en sus manos sanadoras, es noticia ahora no por el poder sanador que ofrecía este hijo ilustre y el hoyo de pan y aceite con el que obsequiaba a sus visitas. Todo lo contrario, Los Chopos se sitúa entre los niveles más altos de contaminación por los efectos perniciosos, precisamente, de los tratamientos de la agricultura. El agua ya no es pura, por más que nos encontremos en uno de los epicentros de la Ruta de los Milagros.

De hecho, Los Chopos está entre los diez lugares más contaminados de Andalucía por esta sustancia ligada a las explotaciones agrícolas y ganaderas. Con una población censada de 46 personas, en los análisis de agua registrados obtiene más de 64. Entre las poblaciones más contaminadas se encuentra El Poleo, perteneciente a Priego de Córdoba (con análisis que llegaron a 488) y Humilladero, en Málaga, con casi 130. Así lo indica un informe de Ecologistas en Acción basado en el análisis de agua tanto de superficie como subterráneas realizados por distintos Ministerios, entre ellos el de Sanidad.

Los diez lugares más contaminados por nitratos de Andalucía.

"La gestión del agua es nefasta"

"La contaminación se mantendrá, pero por el tipo de terreno. En estos dos años de sequía, con los abonos tan caros, no se han utilizado y, sin embargo, sale esta tasa. Las prácticas aquí no son diferentes a otros sitos, pero el tipo de terreno hace mucho", explica David Romero, con una finca y una vivienda rural en la zona. De hecho, asegura que hay una fuente, a 900 metros de altitud, de la que brotaba agua, incluso en lo peor de la sequía, porque la tierra es muy poco porosa. En la zona ya hay una ganadería residual, pero sostiene que las explotaciones ganaderas en otras zonas de la Sierra Sur sí que acaban con los acuíferos, "los revientan". En cualquier caso, es muy crítico con la gestión del agua por parte del Ayuntamiento de Castillo de Locubín. "El pozo no es suficiente para suministrar a todas las viviendas de la zona, además se pierde agua... en el camino. Los distintos equipos de gobierno no han solucionado el problema", detalla.

De igual forma, subraya la cantidad de pozos ilegales y el conflicto larvado existente con la gestión del agua. "Llevamos veinte años apostando por el turismo rural y todo son impedimentos, parece que haya un empeño en que nadie progrese aquí. Esto hace que los extranjeros que tienen vivienda en esta zona se plantean marcharse".

"Paco, Dioni y Germán ahí os dejo el agua". Mensaje que recibían los habitantes en su Whatsapp este pasado verano.

Camiones cisterna y garrafas de agua en verano

Castillo de Locubín, como municipio, no tiene un problema con el agua, entre otras cosas, porque el nacimiento del Río San Juan riega las ricas huertas castilleras y garantiza un abastecimiento para consumo humano de calidad. El problema se focaliza en esta pedanía de Los Chopos y el alcalde de Castillo de Locubín, Cristóbal Rodríguez, reconoce los problemas que sufren los habitantes de esta aldea. "En la propia cueva o mina donde se capta el agua para Los Chopos radica la contaminación por nitratos. Además, cuando llueve menos, con menos caudal, el índice de nitratos se dispara en este nacimiento", aclara.

En este sentido, los propios controles del Ayuntamiento detectaron esos altos índices que se pusieron en conocimiento del Ministerio de Sanidad. "Este verano subimos camiones de agua potable, para limpiar platos, regar e incluso palés con garrafas de agua para consumo humano que se repartieron entre los vecinos de forma gratuita. También, en determinados, periodos se sube agua al depósito para mantener el suministro", concreta.

Ante las quejas de pozos ilegales en la zona, sostiene que no es competencia del Ayuntamiento investigar estos hechos y apunta bien a la propia Junta de Andalucía o la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para que investiguen estas ilegalidades. No obstante, reconoce que, ante los problemas de suministro, cambiaron la red y sí detectaron pinchazos ilegales, "bien para llenar piscinas o para regar los tomates". Ante la persistencia de los problemas de sequía y las propias características del depósito, se ha optado por construir un nuevo pozo para Los Chopos. "Está presupuestado y la solicitud ya la tiene Minas, esperamos que en un par de meses se pueda acometer. Hemos encontrado un pozo, en suelo municipal, situado en una antigua cantera. Tendrá un coste aproximado de 60.000 euros, pero con él se acabarán los problemas", concluye.

Un problema que afecta a 200.000 personas de 171 municipios en España

En concreto, la contaminación difusa producida por nitratos procedentes de la agricultura intensiva de regadío y las macrogranjas afecta al agua disponible para el consumo de más de 200.000 personas de 171 municipios españoles, con especial gravedad en lo que se denomina la España vaciada, este es el análisis realizado en un informe de Ecologistas en Acción (EeA), que recoge datos del periodo 2020-2022, en el que se detalla que en ese último año un 37% de las aguas subterráneas y un 11% de las superficies superaron los límites permitidos de este contaminante de 50 mg/l (miligramos por litro).

En el informe publicado se detalla, además, que el valor límite máximo de 50 mg/l de nitratos en el agua de consumo humano permitido por la legislación europea y española, no es lo suficientemente precautorio y debiera de reducirse para proteger la salud humana de manera más eficaz, haciendo responsables económicos a los causantes de la contaminación, de acuerdo con el principio de quien contamina paga. Una legislación europea, que como tantas otras "autóctonas", son difíciles de llevar a la práctica.

Zonas de especial atención de nitratos en la provincia.

Graves efectos en la salud

El coordinador del Área del Agua de EeA, Koldo Hernández, encargado de presentar este estudio, insistió en que las poblaciones afectadas pertenecen en su mayoría a zonas rurales, las cuales "están perdiendo muchos derechos, incluyendo el de un agua potable de calidad". "Resulta inadmisible" que se permita el porcentaje de nitratos, dada su implicación en el desarrollo de cánceres y siendo el límite permitido para los ecosistemas fluviales la mitad que el permitido para el agua de boca, indicó en rueda de prensa.

Dolor de cabeza, mareos, cansancio, vómitos, aceleración del latido cardíaco, pérdida de coordinación muscular y coloración azul de la piel son algunos efectos adversos del consumo prolongado de agua con exceso de nitratos, que también "está asociado a malformaciones congénitas" y se deben a la metahemoglobinemia, una forma de hemoglobina que no puede transportar oxígeno y puede impedir su llegada a los tejidos, según recoge Efe.

Para Hernández, en realidad "los datos deberían ser más escandalosos" ya que "un 40 % del territorio no se analiza" y el 60 % restante sólo una vez anualmente, "lo que no quiere decir que el resto del año no pueda superar la cantidad permitida". "El agua pública de calidad es un derecho" que la administraciones públicas deben asegurar, ha recordado, ya que "el agua embotellada, que en muchas ocasiones también sale de abastecimientos públicos, no es la solución".

La organización ecologista ha exigido la reducción del uso de abonos nitrogenados, al menos el 20 %, de acuerdo con la conocida 'Estrategia de la granja a la mesa' de la UE, y el freno a la expansión de la ganadería intensiva tanto a nivel nacional como autonómico.

"Contaminar sale gratis y vivir de una forma saludable cuesta dinero", ha resumido Hernández, quien ha instado a las instituciones públicas a poner una solución a este problema que incluya el pago de sobrecostes de la potabilización del agua por parte de los responsables económicos causantes de la contaminación.

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