EN LINEA
José Manuel Serrano
Una guerrillera contra la Junta
Tribunales
La Audiencia Provincial de Huelva decidirá este miércoles si, finalmente, el atropello mortal de la reportera gráfica onubense Alicia Rodríguez en Marmolejo hace dos años se juzga como homicidio o como asesinato. Sólo hay una persona investigada por los hechos, Manuel Q. S., vecino marmolejeño de 37 años y pareja de la víctima. En julio, la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Huelva calificó los hechos como homicidio imprudente a pesar de que el peritaje de la Guardia Civil había descartado que el atropello fuera accidental. Tanto la familia de Alicia, que ejerce la acusación particular, como el Ayuntamiento de Huelva y la Junta de Andalucía, personados como acusación popular, recurrieron la decisión ante la Audiencia Provincial onubense, que, para pronunciarse al respecto, ha convocado ahora a todas las partes, incluida la Fiscalía, que está de acuerdo con la jueza.
La decisión no es baladí. Entre un delito y otro hay, como mínimo, una diferencia de once años entre rejas. De acuerdo al artículo 142 del Código Penal, el homicidio imprudente se castiga con penas de uno a cuatro años de prisión, mientras que, según el 139, las condenas por asesinato van de quince a veinticinco años en la cárcel, sin contar posibles agravantes.
Los hechos que se investigan tuvieron lugar entre el 11 y el 12 de junio de 2021. El 11, viernes, Manuel Q. S. acabó su jornada laboral sobre las 14:30 e inauguró el fin de semana con una larga fiesta a la cual se unió Alicia y que, entre cervezas y copas, se prolongó hasta la cena, tras la cual ambos siguieron la juerga en una discoteca de verano del pueblo junto a varios amigos hasta que el local echó el cierre, sobre las dos de la madrugada.
Lo que pasó durante los minutos siguientes hasta que Alicia fue atropellada aún es una incógnita. Aproximadamente a las 3:30, Manuel llamó al 112 y pidió a una ambulancia para atender a una mujer que, según indicó, había sufrido un accidente en el paraje de La Fuente del Conejito, a las afueras de Marmolejo y muy cerca del cementerio municipal. De acuerdo al informe forense, al que ha tenido acceso Jaén Hoy, el Centro Coordinador de Emergencias alertó a la Guardia Civil y al servicio de Urgencias del centro de salud marmolejeño sobre las 3:50. Los agentes encontraron a una mujer, Alicia, bajo el coche del propio Manuel. No había nadie más en la escena del suceso. Cuando los guardias civiles le preguntaron qué había ocurrido, no supo explicarlo. Los servicios sanitarios llegaron al lugar de los hechos en torno a las 4:15. Después de confirmar la muerte violenta de Alicia, activaron el protocolo judicial. Los agentes detuvieron a un agresivo Manuel como sospechoso de haber atropellado a la reportera.
El 14 de junio, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Andújar, competente en Violencia sobre la Mujer, decretó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza para Manuel por haber cometido, presuntamente, un delito de homicidio doloso o asesinato. El caso pasó al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Huelva, dado que las investigaciones por presunta violencia de género se llevan a cabo en la ciudad de la víctima. Al día siguiente, la Delegación del Gobierno de España contra la Violencia de Género confirmó que el caso se investigaba como delito machista. Un año después, el 15 de junio de 2022, el Juzgado onubense concedió la libertad provisional sin fianza a Manuel Q. S. a petición de su abogado, solicitud a la que también se adhirió la Fiscalía. Seis meses antes, se había denegado la misma petición del letrado defensor. El pasado julio, la decisión de la jueza de calificar los hechos no como asesinato, sino como homicidio imprudente, se convirtió en el último capítulo que, por el momento, se ha escrito sobre el caso. Pero será hasta este miércoles.
En noviembre de 2021, un equipo de reconstrucción de accidentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil concluyó que hubo "intencionalidad clara" de Manuel Q. S. a la hora de atropellar a Alicia la noche de marras. En el informe pericial fruto de la reconstrucción de los hechos, al que también ha tenido acceso este medio, se destaca, por un lado, que el investigado "debió percibir, por el sentido del tacto, en un orden que no se puede determinar, la vibración de la suspensión y de la dirección (volante) del vehículo al intentar avanzar y pasar con el neumático anterior derecho sobre las extremidades inferiores de la víctima", y por otro, que la oposición que ejercía el cuerpo de Alicia "le obligó a variar la posición de los pies sobre los pedales de conducción" con "perseverancia y destreza" para "evitar que el vehículo se calara" y efectuar un "movimiento secuencial lento de avance-retroceso-avance", esto es, "no desistiendo en su propósito a pesar de la resistencia al avance que le supuso el cuerpo de la víctima, prolongando voluntariamente la secuencia cronológica de su desarrollo y sin que se hubiera producido ningún fallo en los sistemas de seguridad activa del vehículo”.
Al margen de ello, las dos expertas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Huelva que entrevistaron a Manuel en febrero de 2022, reflejaron semanas después, en un informe del 16 de marzo basado en su conversación y en otro estudio de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Jaén, que "las capacidades cognitivas y sensoriales" del entonces arrestado "no estaban gravemente afectadas entre las 2:00 y las 3:30 horas, aproximadamente, del 12 de junio de 2021”, a pesar de que las pruebas toxicológicas que se le hicieron aquella madrugada, sobre las 6:00, en el consultorio de Marmolejo revelaron una alta tasa de alcohol en sangre y restos de MDA y MDMA. Las forenses, que lamentan en el informe que la entrevista al investigado no se hiciera justo después del atropello, resaltan que, "aun estando bajo los efectos del alcohol", Manuel fue capaz de llamar al 112 con el móvil, "mantener una conversación con la operadora y dar respuesta adecuada a las preguntas”, y que, además, conservaba “la orientación espacial, la capacidad de conversación, cierta capacidad temporal, la psicomotricidad y la memoria de detalles" cuando llegaron los guardias civiles al lugar de los hechos. En otras palabras: era perfectamente consciente de lo que hacía.
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