Puñalada mortal en Peal de Becerro: “Me dijo que había matado a uno y que me echase yo las culpas”

Tribunales

Jesús en su declaración mientras su primo José lo observa sentado a su espalda.

“Justicia para Álvaro”. Es un lema surgido del dolor por el asesinato de, Álvaro Soto, un joven de Peal de Becerro al que le arrebataron la vida a sus 29 años, en 2022, cuando trabajaba como portero en un pub de la localidad. La tragedia conmovió al municipio y le hizo manifestarse para pedir que la muerte de su vecino no quedase impune. Ese mismo lema ha sido protagonista este lunes, a la entrada a la Audiencia Provincial de Jaén, en cuya sala de vistas ha dado comienzo el juicio contra el único acusado por asesinato: José A. M. La Fiscalía solicita para él un castigo de 20 años entre rejas.

José no ha pronunciado palabra en toda la mañana y apenas ha gesticulado mientras se leía el escrito de acusación. El del Ministerio Fiscal y el abogado de la familia de Álvaro, que ejerce la acusación particular, coinciden: el 17 de julio de hace dos años, el acusado se encontraba junto a sus dos hermanos y un primo, Jesús, en un parque de la localidad haciendo ‘botellón’. Posteriormente se trasladaron a un pub del que los echaron porque el hermano mayor, Francisco, “debía dinero y llevaba un garrote” (en palabras de Jesús) y acabaron llegando a otro establecimiento cercano, en el que trabajaba Álvaro. Según la acusación, José y Jesús entraron en el pub y, viendo que los dos hermanos se retrasaban, salieron a por ellos.

Álvaro no les había dejado pasar por su estado embriaguez, fruto de lo cual comenzó una trifulca en la que José le dio una bofetada al portero y Jesús le golpeó con el altavoz portátil que llevaba en la mano. Álvaro no se defendió y les pidió que se fueran. Ante los reproches de varias personas, José habría hecho gestos para indicar que la cosa no iba a ir a mayores. Sin embargo, una vez que el portero dio por zanjado el asunto, el acusado, supuestamente, volvió sobre sus pasos y le asestó a la víctima una puñalada entre las costillas.

Según la versión de la acusación, el navajazo “fue sorpresivo y premeditado”. “Al final la habéis liado los dos”, increparon testigos presenciales a José y a Jesús, de acuerdo a la versión del fiscal. Antes de que se iniciara el juicio, Jesús ha aceptado la condena que el Ministerio Público pedía para él: una multa de 600 euros (10 euros diarios durante dos meses) por un delito leve de maltrato de obra sin lesiones. El abogado defensor de José, que ha pedido que su cliente no declare hasta el final del proceso, ha puesto en duda la mayoría de los hechos relatados, lo cual ha provocado gestos de disconformidad y lágrimas entre un gran número de familiares y amigos de Álvaro que se encontraban presentes en la sala. El juez, de hecho, ha amenazado con expulsar a una mujer y ha prohibido que se exhibiera cualquier tipo de mensaje desde el público.

Ha declarado contra su primo

Posteriormente ha declarado el propio Jesús, ya como testigo, y ha afirmado que hasta ahora no había contado la verdad “por miedo”. “Su familia me quería hacer cosas. Me dijeron que como dijese esto…” , ha explicado Jesús, quien, además, ha acusado a tres de sus primos de haberle presionado para que él aceptase la autoría de la puñalada mortal: “Me dijeron que tenía que decir que había sido yo. Me quitaron el móvil y me quiso dar la navaja. También quisieron que me cambiase la ropa con él”, ha declarado antes de afirmar que su primo José le dijo textualmente: “¡He matado a uno, échate las culpas, que eres menor y sales antes!”

Por último, ha explicado que, después de que José asestara el navajazo que acabó con la vida de Álvaro, ambos primos huyeron hasta la casa de un tío del propio José y sus hermanos, donde el acusado “se cambió de ropa porque tenía manchas de sangre”.

Contradicciones en los relatos

El inicio de la investigación del caso estuvo marcado por las contradicciones en los relatos de José y Jesús y su nula intención de colaborar con la Justicia, según reflejó en sus autos de ingreso en prisión del 19 de julio de aquel año la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cazorla, unos documentos a los que ha podido tener acceso Jaén Hoy.

En primer lugar, el propio Jesús afirmó que fue José quien propinó el navajazo a la víctima, aunque apuntó que no vio cómo lo hizo. Se trató, según la jueza, de una declaración “farragosa y plagada de errores y rectificaciones que no hacen sino ensombrecer y provocar dudas sobre lo sucedido”, si bien señaló que esas incongruencias podrían ser fruto de la presión a la que se habría visto sometido por parte de José y varios familiares, quienes, aunque en un primer momento le relacionaron con los hechos, posteriormente, ya en sede judicial, indicaron que no tenían ni idea de lo que había ocurrido.

José, por su parte, negó la versión de Jesús e incriminó a este, pero la magistrada destacó su escasa predisposición a colaborar no sólo durante su testimonio, sino ya con anterioridad, la misma noche de los hechos, cuando se quitó la ropa que llevaba -que no quiso entregar a la Guardia Civil- y se duchó “con clara intención de ocultar indicios de su participación en el homicidio”. Además, los dos -por entonces- investigados dieron distintas versiones sobre dónde se encontraba la navaja con la que se apuñaló a Álvaro, tras lo cual, según la jueza, hubo una intención de “frustrar de forma evidente” la investigación.

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