El cuarto de siglo de Alejandra Rubio llega en su mejor momento

El 2024 ha significado un antes y un después en la vida de Alejandra Rubio. La hija de Terelu Campos ha cumplido 25 años justo cuando atraviesa un dulce momento a nivel personal y profesional. La colaboradora de Vamos a ver ha experimentado numerosos cambios en el último año. La joven mantiene una relación consolidada con Carlo Costanzia, el padre de su hijo.

Alejandra y Carlo han vivido un año muy intenso con una relación que ha batido récords de precocidad. A los meses de conocerse salía a la luz el embarazo de la joven. Un bebé que llegaba por sorpresa y que ha inundado de felicidad su hogar. “Fue una sorpresa”, declaraba en una entrevista.

La maternidad llamaba a la puerta de Alejandra con tan solo 24 años y después de unos meses de noviazgo con el hijo de Mar Flores. Por aquel entonces, el actor de Toy Boy pasaba por una situación judicial controvertida debido a un delito de estafa. Carlo estaba cumpliendo una condena en régimen abierto que le impedía pasar las noches junto a su novia. El joven portaba una pulsera telemática para controlar sus movimientos y tenía que dormir en un centro de reinserción social.

Alejandra ha hablado de las dificultades con las que se ha topado debido a la condena por estafa del actor. La nieta de María Teresa Campos ha pasado sola las noches de embarazo y también los primeros meses de vida de su hijo. “La gente opina mucho y no sabe lo que Carlo ha pasado durante este tiempo. Él dormía fuera de casa, de hecho, he pasado el embarazo durmiendo sola e igual cuando nació nuestro hijo, y ahora vamos a estar todos juntos”, ha expresado la joven en Vamos a ver.

Unas declaraciones que ha ratificado estos días tras su reciente viaje a Turín para conocer a la familia de Carlo. “Ya tiene la libertad y puede hacer vida normal. Ya se ha acabado, lo ha cumplido, ya puede estar con nosotros siempre y estoy contenta”, ha manifestado en el citado programa de Telecinco.

Sin duda, un ejercicio de madurez para una pareja que ha tenido que convivir con la sombra de sospecha desde un primer momento. Un año después, el cielo se ha despejado y la pareja disfruta de su romance y del fruto de su amor. Carlo encara una nueva vida junto al apoyo incondicional de Alejandra. El joven italiano ha optado por alejarse de los focos e iniciar un nuevo negocio: la apertura de una barbería y centro de tatuajes.

Por su parte, Alejandra sigue enfocada en su carrera televisiva, un mundo que conoce a la perfección por tradición familiar. Trabaja como colaboradora en Vamos a ver y en otros formatos de Mediaset como Supervivientes, donde su madre acaba de cerrar su concurso, o La isla de las tentaciones. Alejandra siente devoción por su madre, tal y como ha demostrado en sus intervenciones en Supervivientes, dejando claro que para ella es la gran triunfadora del reality.

Un amor que es mutuo. Terelu bebe los vientos por su hija, de la que ha destacado su papel de madre, un instinto que ha sorprendido a toda la familia. “No veas cómo se maneja”, le ha dicho Terelu a Gala en Supervivientes en referencia a los cuidados y la atención que le presta al bebé.