El señor Aldama

Las claves

El empresario, que ha provocado directa o indirectamente la imputación de personas cercanas al presidente, tiene en vilo al Gobierno

El presunto comisionista y uno de los principales investigados en el caso Koldo Víctor de Aldama.
El presunto comisionista y uno de los principales investigados en el caso Koldo Víctor de Aldama. / Miquel A. Borràs (Efe)

08 de diciembre 2024 - 07:00

VÍCTOR González de Aldama, empresario, es hoy el hombre que tiene en vilo al Gobierno. De forma indirecta o indirecta ha provocado la imputación de personas cercanas, política y personalmente, al presidente del Gobierno, y dice tener las pruebas que, de ser ciertas, podrían provocar la caída de Pedro Sánchez.

Propietario de la empresa Soluciones de Gestión, presidió el Club de Fútbol de Zamora, y logró que, a través de patrocinios mexicanos, saneara sus cuentas y rindiera más en lo deportivo. En uno de sus frecuentes viajes a México coincidió con el entonces ministro de Fomento José Luis Ábalos, que se encontraba de visita de trabajo junto a su amigo y asesor Koldo García. Así empezó una relación muy fructífera para todos ellos.

Tiene fama Aldama de ser hombre de trato cercano, extrovertido, que hace amigos con facilidad y utiliza con inteligencia sus contactos para hacer negocios que abarcan infinitas ramas. Conoce a personas influyentes en media docena de países sudamericanos y mantiene relaciones con miembros del FBI y de los cuerpos y fuerzas de seguridad españolas, fundamentalmente en la Guardia Civil, pero también en la Policía Nacional. Su hermano Rubén es Policía Nacional y trabajó como escolta de José Luis Ábalos cuando era ministro.

Todas esas circunstancias, contactos y amigos por medio mundo, perspicacia para los negocios y para sortear los problemas legales que impedían rematar esos negocios, son las que han convertido en Victor de Aldama en el hombre que centra hoy el interés informativo y el consiguiente debate político. Sobre todo después de que compareciera ante un juez por su presunta implicación en una estafa relacionada con adjudicaciones ilegales de distribución de hidrocarburos y fuese condenado a prisión incondicional. Cuando se cumplía un mes de su ingreso en prisión, pidió una nueva declaración, esta vez voluntaria. No era difícil adivinar que, para sortear la cárcel –donde decía haber recibido amenazas de muerte– había decidido “tirar de la manta”.

Un abogado que se mueve en las alturas

Contrató como abogado a uno de los profesionales más conocidos de Madrid, Juan Antonio Choclán, fiscal con importante bufete de abogados, penalista que ha tenido como clientes al ex presidente del Banco Popular Ángel Ron, a Cristiano Ronaldo e Imanol Arias en sus problemas con Hacienda, a Rita Barberá, Francisco Correa y Corina Larsen entre otros. Los abogados y jueces madrileños destacan el importante papel que jugó en la inhabilitación de Baltasar Garzón.

Experto penalista que en su minuta hace valer su experiencia –no todo el mundo está en condiciones de contratarle– ha dirigido con inteligencia la declaración de Aldama ante el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, al que prometió darle las pruebas que demostrarían que lo que había contado era cierto. Moreno determinó que Aldama no estaba obligado a regresar a prisión, aunque con medidas cautelares para impedir que pudiera destruir pruebas o salir de España.

Desde entonces, ha presentado ante el juez docenas de documentos. A los que se han incorporado los que ha recogido la UCO de la Guardia civil, que actúa como Policía judicial. Entre ellos destacan las transcripciones de conversaciones telefónicas mantenidas por Aldama y los mensajes intercambiados con los personajes de las diferentes tramas en las que puede estar implicado.

La última prueba relevante la publicó el viernes el diario digital Voz Populi, una carta de José Luis Abalos escrita hace cinco años, cuando era ministro de Transportes. Dirigida al entonces presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, al que nunca reconoció Maduro pero sí la mayoría de los países de la UE entre ellos España. En la misiva, Ábalos presenta a Víctor Aldama como el enlace del Gobierno de España con el Gobierno de Venezuela.

Ábalos ha desmentido al periódico que la firma sea suya, a lo que ha respondido Aldama que el papel es troquelado, sóolo lo puede emitir la Casa de la Moneda y también es auténtico el sello del ministerio.

Aldama, además de ser enlace ante Guaidó, se cuidó de mantener relaciones con Maduro, que nunca reconoció a Guaidó. Son excelentes las relaciones con el brazo derecho de Maduro, Delcy Rodríguez, por lo que fue Aldama quien preparó el viaje de Delcy a Madrid, polémico porque la UE había prohibido a la vicepresidenta venezolana pisar territorio europeo; y polémico también porque no se sabe qué contenían las maletas que transportaba el avión de Delcy. Aldama subió con Ábalos al avión para negociar con ella la salida de España y darle explicaciones de por qué no podía ser recibida por Pedro Sánchez como le habían prometido.

Puertas que se abren

No hay ningún capítulo en el llamado caso Ábalos o caso Koldo, ni siquiera en el caso Begoña, en el que no esté presente Víctor González de Aldama.

Su empresa Soluciones de Gestión se encargó de gestionar la compra de mascarillas en China durante la pandemia, operación muy cuestionada por el precio desorbitado de las mascarillas y por las comisiones que se pagaron por la transacción, como se descubrió posteriormente. Estaba en San Petersburgo cuando Begoña Gómez viajó en una reunión convocada por la Organización Mundial de Turismo, y allí mantuvo Aldama una reunión con la mujer del presidente y con el entonces CEO de Globalia, Javier Hidalgo, en la que hablaron no sólo del patrocinio de los masters de la Complutense sino también de la deuda del Gobierno de Venezuela con Globalia, que Aldama intentaba resolver. La mano de Aldama también estuvo en el acuerdo del rescate de Air Europa, la marca más importante de Globalia, por el Gobierno de Sánchez.

Desde el primer momento que salió el nombre de Aldama en las informaciones periodísticas y en los informes de la UCO, desde Moncloa se puso todo el interés en marcar distancias con el empresario. Con tanto empeño que Aldama se sintió mal tratado después de que, en su consideración, él había hecho grandes favores al Gobierno.

No dudó en iniciar una serie de movimientos para intentar demostrar que no solo mantenía excepcionales contactos con Ábalos, sino que conocía el presidente del Gobierno. Sánchez negó conocerle y le faltó tiempo al empresario para filtrar una fotografía en la que se le veía sentado justo detrás de Pedro Sánchez en un acto de partido. Sánchez dijo que él no controlaba con quién se hacía fotos, y al poco aparecía una nueva foto en Ferraz la noche de las elecciones, cuando es sabido que en las noches electorales en las sedes de los partidos es muy reducido el número de personas que acceden a la zona donde se encuentran los presidentes. Sólo los dirigentes del partido, familiares del candidato y amigos íntimos.

Aldama asegura que cuenta con más fotografías, entre ellas la celebración del cumpleaños de Ábalos, a la que acudió Sánchez con su mujer… y Aldama, que había puesto a disposición del ministro uno de sus restaurantes.

No hay operación vinculada con la presunta corrupción del PSOE en la que no aparezca Ábalos. Las cifras de comisiones que ha pagado es inconmensurable, todas ellas negadas por los supuestos recibidores. Está demostrado que pagó un chalé a Ábalos en Sotogrande a través de un alquiler ficticio con opción a compra, así como el pago del alquiler de un lujoso apartamento a una amante de Ábalos en la Torre de Madrid. En su segunda declaración se ha referido al regalo a Ábalos de un piso en la Castellana, por valor de casi 2 millones de euros, también con una ficticia operación de alquiler con opción a compra. Abalos nunca vivió en ese piso, lo que deja en entredicho la información de Aldama.

La Justicia sigue su ritmo, los medios informativos también, a pesar de la estrategia de defensa del Gobierno de insistir en que es víctima de una operación de acoso y derribo por parte de un número destacado de jueces y de periodistas.

El problema es que Víctor González de Aldama está decidido a tirar la manta. Hay datos que parecen falsos… pero en otros cuenta con soportes incuestionables.

Sus amigos, los que le conocen bien, afirman que a veces se deja llevar por los deseos más que por hechos, y que es un punto fantasioso… Pero que es un hombre con unos contactos inauditos en muy altas esferas dentro y fuera de España. Y que costaba creer que tuviera acceso a despachos de máximo nivel en muy distintos sectores sociales, no sólo los políticos y empresariales… y que sin embargo se le abrían las puertas de todos ellos.

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