"Velázquez era bastante soso"
Carlos del Amor | Periodista

LEAL A UN MEDIO. Carlos del Amor (Murcia, 1974) entra habitualmente en los salones de casa para contar de primera mano las noticias culturales en TVE, el medio de comunicación en el que empezó a tranbajar a finales del siglo pasado y allí sigue, siempre en cultura, igual comentando la gala de los Goya que una exposición en el Prado. Su sexta novela, Una dama desconocida (Espasa), es una obra insólita sobre la vida del pintor Diego Velázquez y su mujer, Juana Pacheco.
–Entrevistar a un entrevistador reconocido mete un poco de presión...
–Soy muy comprensivo. Además, me retroalimento y aprendo del rival.
–En Una dama desconocida recrea la vida de Velázquez y la disputa de la autoría de una obra. "Un espejo", según la editorial, "que refleja nuestras luchas contemporáneas con la memoria, la verdad y el legado". Un libro con hondura.
–A los que hacemos tele se nos pide hondura en las novelas, parece que no somos profundos. Ha sido un divertimento detectivesco que me ha servido para conocer muy bien a Velázquez y a su mujer, Juana, la gran protagonista.
–Intuye que la dama desconocida del cuadro es Juana Pacheco, esposa de Velázquez. ¿Tan insatisfecho quedó que no lo firmó?
–Firmaba muy poco, estaba por encima del bien y del mal, no trabajaba mucho y era bastante soso. Cuesta pensar que tengas novia desde muy joven, seas pintor y no la pintes...
–E hija de su maestro.
–Eso, a Velázquez le gustaba hacer méritos, con el maestro, con la corte...
–Hagamos arte-ficción. ¿Pudo ella pintar parte de la obra del insigne artista?
–Ella crece en un ambiente intelectual muy por encima del de Velázquez, en el taller coge pigmentos, mezcla, debe pintar y seguramente él necesitaba que le echaran una mano. Creo que ella pintó en los cuadros de él y como nadie lo puede negar, yo digo que sí.
–Como sevillano malaje, le agradezco que diga que el pintor era un tipo “aburridillo al que le faltaba rock and roll” que sólo destacó por "su incontestable obra".
–¿Usted es velazqueño?
–Claro.
–Me encanta la frase "Velázquez no tiene monstruos". Hay que tener alguno para pintar como él. No puede ser que te vayas a Italia, tengas una amante, un hijo y no haya 10 películas y 20 libros de eso. A lo largo de la historia se protegido a Velázquez, cualquier lunar de su biografía. Eso o de verdad era un coñazo de tío.
–Velázquez es el típico andaluz que sólo obtiene reconocimiento cuando llama la atención en Madrid, como Antonio Banderas o Sergio Ramos…
–Madrid tiene un foco, un imán. Una exposición allí sale en todos los medios; la misma va a Murcia y nada. Nos dicen que hay mucho centralismo en los informativos y es verdad, y eso que contamos historias de otros sitios. El peso de Madrid es excesivo, nos lo tenemos que hacer mirar.
–Después de tanta investigación, ¿ya tiene claro cuál es la respuesta a la pregunta Velaske, yo soi guapa?
–Hizo más bien a la imagen de Velázquez aquel personaje de la serie que los libros que escribamos sobre él. Y por acercar su figura a un público joven y hacerla atractiva. ¿Imagina que Velázquez hubiera sido así de cachondo? Me temo que no.
A Almodóvar le lanzas un melón, lo controla y te devuelve un balón; tiene una cultura amplísima y se moja"
–Como experto en el Prado, ¿qué obra del museo es imperdible y está perdidilla?
–Hay obras icónicas como Las Meninas, El Jardín de las Delicias, de Goya... Es precioso El paso de la laguna Estigia, de Joachim Patinir, te podrías perder en ese azul del mar.
–¿No le tienta recuperar el programa de los 80 Mirar un cuadro o es demasiado elevado para el espectador de hoy?
–Me tienta totalmente. Imagine ese programa con la tecnología de hoy, podrías vivir en ese cuadro. La televisión ha hecho mucho bien por el arte y por la cultura aunque se nos ponga como frívolos.
–La prensa cultural suele ser buenista. ¿Ha repartido mandobles en la tele?
–No mucho porque no hago crítica. Muchas veces se relajan los vínculos con los entrevistados y cuesta criticar. Si alguien es un borde, lo cuento para contextualizar. No me voy a callar. Pero podemos ser un poco buenistas, sí.
–¿Son más llorones los hosteleros o la-gente-de-la-cultura?
–La gente de la cultura no es que llore, expresa su opinión. El que no llora es un futbolista, como opine se le cae un contrato o un patrocinio. No estamos acostumbrados a que a alguien se le pregunte y responda. Eso pasa sólo en el mundo de la cultura y es digno de aplauso que lloren. Dicen que los Goya son una gala de reivindicaciones. Ya. Alguien tiene que hacerlo y está bien aprovechar ese altavoz. En el Balón de Oro no vas a escuchar a los tres finalistas: "Viva la sanidad pública", "Stop Desahucios" o "Me solidarizo con Ucrania".
–Sea franco: ¿cómo es Almodóvar en las distancias cortas?
–De los mejores entrevistados. A Almodóvar tú le lanzas un melón, lo controla y te devuelve un balón. Tiene una cultura amplísima. Le preguntas por sanidad, guerra, cine... Y él se moja. Es un genio al que hay que cuidar, reconocido mundialmente y ha hecho mucho por la cultura de este país.
–Su nombre en inglés, Charles of the Love, ¿podría ser un personaje de Juego de tronos o un cantante de grupo satánico?
–O de telenovela inglesa. De grupo satánico no, pero de heavy no me importaría porque lo fui de joven, tenía el pelo muy largo y me gusta mucho. Juego de tronos no la he visto. Si fuera un personaje, me gustaría de El lado oeste de la Casa Blanca.
–Me traslada un colega que hay que ver lo poco que se trabaja en los medios públicos que tiene usted tiempo para escribir un libro al año. Y que con Musk o con Milei esto no pasaría...
–Escribo uno cada dos años y medio. Y mientras su colega está durmiendo o tocándose los huevos por la mañana, yo escribo porque suelo trabajar para el telediario de la noche. Y cuando su colega está cenando con una cerveza tirado en el sofá, estoy aún haciendo la crónica del telediario de las 21:00. He aprendido a estirar el tiempo.
–Mi colega odia la cerveza... "Me duele el pecho de amor por ellos", así dedicó el Ondas a su mujer y dos hijos. En vez de murciano parece comparsista gaditano.
–Es de una canción de Arde Bogotá, pero sí me salió tipo comparsista. Cuando recoges un premio de esa entidad, te acuerdas de quienes te han aupado y también de tu familia...
–A quien le roba las horas.
–Eso, dígaselo también a su colega.
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