"El Rey cumple, no hay mayor elogio"

ENROCADO EN LA CARTA MAGNA. Sólo quedan en pie dos de los siete padres de la Constitución y Miquel Roca (Burdeos, 1940) sigue en plena forma –Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón anda más renqueante por la edad– divulgando no sólo las bondades de la Carta Magna sino los valores de diálogo y consenso que demostraron las distintas formaciones en plena zozobra tras la muerte de Franco, nada que ver con la polarización actual. Político de Convergència y abogado de prestigio, don Miquel está casado con Anna Maria Sagarra, tiene tres hijos y disfruta saliendo al mar en El Puerto de la Selva (Gerona).

–Acláreme la duda: ¿Roca Junyent o Roca i Junyent?

–Como quiera. En Cataluña muy a menudo entre el primero y el segundo apellido se coloca esta "i".

–El día que usted nació a las afueras de Burdeos, los nazis bombardearon la ciudad francesa. Estaba usted predestinado a ser un hombre de diálogo y consenso.

–No lo creo. ¡Simplemente me salvé de una buena!

–Por la Escola Virtèlia de Barcelona pasaron Jordi Pujol, Federico Mayor Zaragoza, Ricardo Bofill, Luis Bassat, Pasqual Maragall y usted. ¿No había alumnos mediocres en esas aulas?

–El mérito de la Escuela era dejarnos ser lo que queríamos ser.

–Como uno de los siete padres de la Constitución, ¿qué tal nos ha salido el niño?

–Yo creo que muy bien. Pero el niño no puede prescindir del buen uso que hagamos de sus cualidades.

–En tono jocoso, ¿cómo pudieron ponerse de acuerdo siendo Manuel Fraga uno de ellos? No se le entendía nada...

–Fraga tuvo un excelente comportamiento. Fue positivo como todos los demás. No era un momento apropiado para rechazar ponerse de acuerdo.

–Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón es el otro padre de la Constitución que sigue vivo. ¿Mantienen el contacto? Está muy alejado de la vida pública.

–Es un gran amigo. Nos vemos y nos hablamos a menudo. Es un hombre de gran inteligencia y un excelente jurista.

–Su tocayo ha afirmado que usted es el mejor presidente que España nunca tuvo. ¿Qué opina?

–Fina ironía.

–¿Cómo calificaría en pocas palabras la labor del único ponente andaluz: José Pedro Pérez-Llorca?

–Extraordinaria. Puso mucho sentido de Estado en todas sus intervenciones. De ahí nació una gran amistad y un cariño que se mantiene a través de su familia.

–Una maldad, don Miquel. Para no haber ningún padre vasco de la Carta Magna salió bien parada Euskadi, ¿no?

–Yo creo que sí. En todo caso, guardo con mucho agradecimiento el reconocimiento que me otorgaron sus históricos como Irujo y Juan Ajuriaguerra.

–Debe sentarle fatal cuando alguien dice Régimen del 78 de manera despectiva.

–Fatal. Pobre y falaz. Como decía Antonio Machado: "¡Qué atrevida es la ignorancia!".

–¿Necesita la Constitución una revisión? ¿Qué habría retocado de haberla redactado hoy?

–Siempre es posible revisar; pero, sinceramente, no lo veo hoy posible si se quiere seguir siendo fiel al consenso que la hizo posible.

Sería bueno que todos nos reconociéramos en este proyecto colectivo y compartido que es España"

–Ha dicho: "Todos los buenos profesores de Oxford, de Harvard o de Yale hablan de la Transición española con una admiración profunda". Estaría bien que impartieran clases por estos lares nuestros.

–Nos cuesta mucho llegar a creer que somos capaces de hacer bien las cosas. Nuestra Transición es un ejemplo, todavía hoy.

–No es porque esté usted delante, pero en líneas generales podemos asegurar que un abismo de nivel intelectual entre los políticos de la Transición y los actuales, ¿no?

–Todos somos fruto de nuestra época.

–Muchos ciudadanos hoy se sienten un poco huérfanos políticamente, ¿es su caso?

–Yo no. Tengo muchos referentes a los que admiro y respeto.

–Diga un político español actual de centro puro y duro.

–¡Si lo digo, quizás no le hago ningún favor!

–Similitudes y diferencias entre el Operación Roca de 1986 y la irrupción de Albert Rivera a mediados de la década pasada.

–Nada que ver. Finalidades y programas distintos.

–Por cierto, Florentino Pérez fue el secretario general de aquel Partido Reformista. Imagino que entonces no hablarían de fútbol...

–Con Florentino es imposible no hablar, ni que sea por un momento, de fútbol y de "su" Madrid.

–¿Hemos perdido para siempre a ese empresariado catalán más pendiente de la “fabriqueta” que del rollo identitario?

–Hay mucho empresario catalán que pone toda su energía al servicio del crecimiento económico de la sociedad.

–¿Llegará el día en que el independentismo catalán y el resto de España hagan las paces?

–Sería bueno que todos nos reconociéramos como formando parte de este proyecto colectivo y compartido que es España.

–Defiende la reforma del Senado para que sea una Cámara de representación territorial auténtica. ¿No sale más a cuenta eliminarla?

–No. El Senado, seguramente con otra composición y función, es absolutamente necesario.

–Puntúe el reinado de Felipe VI tras una década.

–No hay que puntuar. El Rey cumple y esto es lo que le pedimos con sus funciones institucionales. Para mí no hay mejor elogio.

–Su despacho de abogados tiene una iniciativa para acercar el mundo del Derecho a los jóvenes estudiantes, ¿qué imagen tiene de las nuevas generaciones?

–Buena, pero tienen muchos y nuevos retos. Y esto requiere mucha formación. ¡Que no lo olviden!

–Por último: si necesito un abogado, don Miquel, ¿acudo al bufete de Garrigues Walker o al suyo?

–Es lo fantástico de la libertad: ¡poder elegir! Sobre todo cuando cualquiera de los dos le va a servir bien.