Fátima Rodríguez González-Chaves: “Imputar a las empresas es un vestigio medieval”

Abogada experta en Derecho Penal

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Fátima Rodríguez González-Chaves.
Arantxa Cala

25 de enero 2025 - 04:59

Fátima Rodríguez González-Chaves nació en Madrid, estudió en el colegio Montealto y es licenciada en Psicología y doctora en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Estuvo trabajando en una boutique jurídica antes de entrar en Lupicinio International Law Firm, donde dirige el Área Penal. Es profesora en la Universidad Villanueva de Madrid y en el Máster de Estudios Garrigues. Tiene dos hijos, "que lo son todo para mí". Le encanta jugar al golf, hacer yoga, leer, jugar a la canasta, escribir, viajar por el mundo y le apasiona el mar. Tiene además una fuerte vinculación con Jerez de la Frontera, que asegura que lleva en su ADN, "porque me siento jerezana y también mis hijos. Me siento mucho más jerezana que bilbaína, mi padre es de Bilbao". Toda la familia por parte de madre es de Jerez, ciudad que visita a menudo. "Gracias a mis abuelos, a mi abuela Pepa Chaves, en gran parte, soy quien soy hoy. Ella ha sido un ejemplo de vida. De esas mujeres que tuvieron nueve hijos, se dedicaron a ellos, pero podrían haber hecho lo que les diera la gana porque tenían una inteligencia fuera de lo normal, generosas y profundamente espirituales. Mi abuelo era González y mi abuela Chaves. Yo he unido los apellidos precisamente por ese vínculo con ellos".

-Lleno hasta la bandera. Así fue la presentación en Madrid de su libro 'La conducta postdelictual de la persona jurídica como causa de exclusión de la responsabilidad penal' (Aranzadi). ¿Por qué este tema?

-Sí. La verdad es que fue espectacular. Un acto simpatiquísimo y también muy cercano para los que no hablaban en la jerga jurídica que tenemos nosotros. Y respecto al libro, pues mira, tú sabes que a las personas jurídicas, o sea, es decir, a las empresas, últimamente se las está imputando, a las empresas del IBEX 35. El último ejemplo que tenemos es el del BBVA, que está imputado por un delito de revelación de secretos, de cohecho y de otras cosas. Pues yo, que soy penalista, dándole vueltas al tema desde hace muchos años, para poder ser responsable de un delito, tú tienes que tener dolo, o sea, voluntad de hacer algo. Y yo lo que veía es que una persona jurídica, que es un ente ficticio, no puede tener voluntad. Y cómo habían sido capaces de construir legislativamente eso para introducirlo en el Código Penal. Y como no me quedaba más remedio que aceptarlo, empecé a estudiar mucho para ver cuáles podían ser los remedios jurídico-penales para que en vez de ser, pues si la persona jurídica, si la empresa, colabora y tiene una respuesta positiva cuando se descubre que ha hecho un delito, pues que se le exima de la culpa. Y es que, la persona jurídica por sí misma no puede delinquir. Siempre necesita un tercero, a una persona física, para poder llevar a cabo el delito. Lo que pasa es que a la persona jurídica se la imputa por no haber tenido, no haber supervisado y controlado las acciones de las personas que hay dentro de la empresa. Pero lo que yo digo es, hay que condenar a la persona física que ha cometido el delito porque imputando a la persona jurídica lo único que estás haciendo es generar una responsabilidad colectiva. Si a una persona jurídica le metes una multa de mil millones de euros, tienes que despedir a todo el mundo que trabaja ahí. Entonces pagan terceras personas físicas inocentes, que es donde yo quiero llegar. O sea, creo que hay otros cauces y remedios extra procesales, y procesales tendría que haberlos, para poder llegar a no hacer daño reputacional ni económico a la persona jurídica.

-Usted dice que cuando esto sucede es como volver al pasado.

-Sí. Es la responsabilidad colectiva del Derecho Medieval, que tú cometías un delito y toda tu familia pagaba por lo que habías hecho. Se está volviendo a eso, o sea, estamos retrotrayéndonos en el tiempo. Yo lo que veo es que hay que copiar a los ganadores, a los angloamericanos y a los franceses que ya han implementado en sus jurisdicciones remedios procesales y extra procesales para que a la persona jurídica se le pueda excluir de la pena. Vamos a buscar remedios que encajan, además. Que no es sólo lo que yo digo, sino que ha habido un estudio jurídico-penal del tema. Ya hay artículos del Código Penal, como el 262 o el 288 bis, que simplemente con la colaboración de la persona física ya se exonera de la pena. Creo que la tendencia del Código Penal es a copiar lo que se hace con la persona jurídica lo que se hace con la física. O eso debiera ser.

-¿Se está solucionando en parte?

-Yo creo que sí. Manuel Marchena y Antonio del Moral, magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo; y Esteban Mestre, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Alcalá de Henares, presidente del tribunal de mi tesis doctoral, que es este libro, y que estuvieron en la presentación en Madrid, estaban absolutamente de acuerdo con mi tesis y la apoyaban profundamente y ellos esperan que haya un cambio. Tardará, por supuesto, pero creen que la tendencia será a lo que propongo.

-Las tesis la leyó usted en junio, ya le han publicado el libro, que además está teniendo una calurosa bienvenida.

-Sí. El Colegio de Abogados de Madrid el otro día estaba a reventar. Había gente de pie. El juez Marchena dijo que nunca había visto el salón de actos tan lleno como ese día. O sea, que debe despertar algún tipo de curiosidad todo esto. Yo creo que sí, que vamos en buena dirección.

-Usted es responsable de las áreas Penal, Cumplimiento Normativo, Comercio Internacional y Sanciones Internacionales de Lupicinio International Law Firm. ¿Qué tiene de peculiar este despacho?

-Lupicinio nació en el año 80 y fue fundado por mi padre. Somos un despacho multidisciplinar. Yo soy la socia del Área Penal, pero realmente nosotros tenemos mucha visión internacional. Trabajamos con muchos países, tanto europeos como internacionales, como Irán, Cuba, Venezuela, Rusia... Trabajamos con jurisdicciones complicadas porque nos dedicamos a una cosa que se llama las sanciones internacionales y yo te diría que somos los números uno en España en temas de sanciones. Pero bueno, hacemos de todo y somos 50 abogados, pero luego es verdad que tenemos una red que le llamamos clúster y somos muchísimos más, o sea, llegamos a los miles de abogados. Tenemos una red muy importante.

-Se adaptan además a las situaciones económicas de los clientes.

-Tengo clientes que son muy buenos porque tienen mucho dinero y hay clientes que, pues que son más humildes, pero no por ello no van a tener asistencia jurídica. Entonces, tratamos de adaptarnos siempre un poco a las necesidades del cliente dependiendo de la situación en la que esté. Tratamos de ayudar. A mí me cuesta mucho decir que no a los clientes, mucho. Es gente que está sufriendo, sobre todo en el ámbito penal.

-¿Qué le atrajo del mundo del Derecho?

-Bueno, yo soy psicóloga, licenciada en Psicología, y a mí el ser humano y la Filosofía me encantan. Mi maestro, Cobo del Rosal, decía que el Derecho Penal es la cirugía del Derecho, es lo más profundo y lo más delicado del Derecho. Y a mí, como me encanta el estudio del ser humano, en Penal afecta mucho la psicología, la forma de pensar. Lombroso ya decía que los estafadores tienen unas características, los asesinos otras, y eso a mí me gusta mucho. Estoy muy vinculada a la psicología por eso, por mi profesión. Es verdad que estamos en constante evolución por mejorar, pero que al final, las bases del Derecho siguen siendo la Filosofía y el Derecho Romano, y a mí eso me parece impresionante.

-También pertenece a Women in a Legal World.

-Sí, pertenezco a su junta directiva y dirijo la comisión de Compliance. Y en esa asociación lo que tratamos es de que las mujeres tengamos, que suena a tópico, pero es la realidad, las mismas posibilidades que los hombres. Porque en el mundo profesional de los abogados, llegar a altos cargos es difícil. Las mujeres tenemos esa, algunas no todas, pero algunas tenemos esa segunda profesión de ser madre, y a veces es incompatible con poder ser una asociada de un despacho o una directora. Lo que peleamos es que nosotras tenemos la misma capacidad e incluso más que los hombres, y somos una asociación de mil mujeres que va creciendo exponencialmente mes a mes. La Reina Letizia es nuestra presidenta de honor.

-¿El principal objetivo siempre es la conciliación?

-Eso y que se rompa ese techo de cristal que tenemos las mujeres para llegar a esos altos cargos. Cuando veo a los chicos jóvenes que siguen en la oficina a las siete y media, les digo que se vayan. A mí me gusta que la gente tenga tiempo libre para hacer lo que les apetece. La vida pasa muy rápido, de verdad. Mi despacho en temas de conciliación es superconocido. Y si tú mañana llamaras a cualquier joven, te lo diría. La conciliación es muy importante. Yo es que digo siempre que el estrés es igual a cáncer. La gente tiene que vivir un poco tranquila y para eso tiene que tener tiempo para sí mismo. Vamos, yo lo veo fundamental.

-¿Queda mucho por hacer?

-Por supuesto. Mucho, mucho, mucho. Pero las nuevas generaciones vienen con la lección bastante mejor aprendida. Pero hay que seguir peleando. O sea, si esta asociación desapareciera, creo que haríamos mucho menos ruido y que nos retrotraeríamos otra vez. Creo que es importante seguir peleando

-¿Qué proyectos tiene a la vista?

-Yo, que soy una persona que no para, siempre pensando, pues estoy metida en grupos de investigación, y ahora pues se me está ocurriendo también investigar sobre la Nueva Ley whistleblower porque hay muchos problemas con cómo se tiene que hacer en el canal de denuncias, cómo tiene que llevarse a cabo, y me gustaría seguir ahondando en ello. Y bueno, pues seguir trabajando, seguir siendo pues una persona como lo que soy, que es entregada a mi trabajo, a mi familia y a mis amigos. Y sin olvidar que tengo que estar muy pegada al suelo, porque hoy estás celebrando la repercusión que ha tenido la publicación del libro, pero la vida sigue, la vida continúa, pasa todo muy rápido. A la gente se le olvida y hay que seguir teniendo una excelencia académica y profesional para que te sigan contratando y confiando en ti. No hay que separarse nunca del suelo.

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