Trump da marcha atrás y apunta a nuevos aranceles sobre la tecnología tras un breve respiro al sector
"Los aranceles entrarán en vigor en un futuro cercano, porque, al igual que hicimos con el acero, los automóviles y el aluminio, lo haremos con los semiconductores, los chips y muchos otros productos, y eso ocurrirá muy pronto", comenta Trump
Trump exime a los teléfonos, los ordenadores y los chips de los aranceles recíprocos

Sevilla/Lo que parecía una tregua para las grandes empresas tecnológicas acabó siendo solo una pausa momentánea. El pasado viernes por la noche, la Administración Trump sorprendía al mundo al dejar fuera de una nueva subida arancelaria a productos clave como smartphones, ordenadores, chips y discos duros. Incluso se salvaban de los gravámenes las máquinas utilizadas para fabricar semiconductores, según un documento discreto de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
La noticia fue recibida con alivio por compañías como Apple, cuya cadena de producción depende en gran medida de China, especialmente de las plantas de Foxconn. Con un 80% de sus iPhones ensamblados en territorio chino, la firma californiana respiraba tranquila... aunque por poco tiempo.
Apenas dos días después, varios altos cargos del Gobierno estadounidense salieron al paso para matizar el alcance de la medida. Lo que inicialmente se vendió como una exención arancelaria, terminó rebajándose a una prórroga temporal. Y lo que es más: los semiconductores, discos duros y otros componentes volverán a estar en el punto de mira.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, advirtió en entrevistas a medios como CNN y NBC que “en el próximo mes o dos” podrían entrar en vigor nuevos aranceles sobre los semiconductores. En la misma línea se expresó Kevin Hassett, responsable del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, quien subrayó la importancia estratégica de los chips en el ámbito de la defensa, sugiriendo que su exclusión de la subida arancelaria sería solo temporal.
El representante comercial Jamieson Greer dio una vuelta más al discurso, asegurando que los productos tecnológicos como los chips no quedan exentos de aranceles, sino que simplemente se les aplicará un “régimen distinto”. Una fórmula ambigua que no tranquiliza a las empresas, especialmente tras las declaraciones del propio Donald Trump, que volvió a cargar contra China y defendió la necesidad de imponer barreras comerciales por motivos de “seguridad nacional”.
En una publicación en su red social Truth, el expresidente estadounidense aseguró que nadie quedará libre de rendir cuentas por los desequilibrios comerciales y las “barreras injustas” impuestas por otros países. “Estados Unidos no puede seguir siendo rehén de otros. Necesitamos fabricar en casa”, escribió Trump, insistiendo en su discurso de reindustrialización del país.
Coste elevado para las tecnológicas
Sin embargo, según un informe reciente de Morgan Stanley, este impulso para trasladar la producción de vuelta a suelo estadounidense supondría una inversión millonaria y no siempre viable. Muchas empresas, apuntan los analistas, podrían optar por mantener sus estructuras en el extranjero y asumir el coste de los aranceles antes que embarcarse en una compleja reconfiguración industrial.
En definitiva, lo que empezó como un alivio ha acabado generando más incertidumbre. Silicon Valley se encuentra ahora en una encrucijada, pendiente de decisiones que pueden sacudir su modelo de negocio global. El giro de guion ha sido rápido, pero las consecuencias pueden ser profundas.
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