Seis de cada diez andaluces destina más del 40% de sus ingresos a gastos fijos

El porcentaje de los habitantes de la comunidad que carece de colchón financiero se duplica en un año y ya alcanza el 19%

Una pareja de personas mayores acuden a la compra.
Una pareja de personas mayores acuden a la compra. / Eduardo Parra · Europa Press

Sevilla/Vivir al día. Y gracias. Esa es la realidad financiera de prácticamente seis de cada diez andaluces, según pone de manifiesto el estudio Percepción y hábitos de los españoles respecto al sector bancario, que elabora Nickel, el neobanco –que tiene IBAN español– que permite abrir una cuenta y tener una tarjeta de débito Mastercarf en estancos u oficinas de lotería.

En la cuarta edición de este estudio, a cuyos resultados en Andalucía. ha tenido acceso este periódico, el 57% de los encuestados en la comunidad destina, al menos, el 40% de su salario a sufragas gastos fijos. El trabajo también revela que los ahorros y el coste de la vida siguen siendo dos de las principales preocupaciones de los andaluces, especialmente en el contexto actual de creciente inflación e incertidumbre económica.

En concreto, el 27,7% de los encuestados afirma destinar más de la mitad de su sueldo solamente en gastos fijos, mientras que otro 29,2% necesita, al menos, el 40% de lo que gana. Estos datos contrastan con el escaso 13,3% que logra mantener estos gastos dentro del 20% de su salario.

El desafío de ahorrar

Con esta relación entre ingresos y gastos, ahorrar se ha vuelto un desafío: un 22,2% de los encuestados admite no tener ningún ahorro, más del doble que en 2024 (8,7%) y tres puntos porcentuales superior que la media nacional (19,1%). Este llamativo aumento refleja, según opina Mónica Correia, CEO de Nickel España, “cómo el aumento del coste de vida sigue limitando la capacidad de ahorro de los hogares, y evidencia la importancia de contar con soluciones accesibles que permitan a las personas gestionar mejor su dinero”.

Para hacer frente a la falta de liquidez y de ahorro, los andaluces optan por recortar gastos o buscar un segundo empleo. Así, lo desvela el estudio, que también muestra cómo los andaluces planean afrontar el incremento del coste de vida en 2025.

La mejor estrategia, para el 52,2% de los encuestados, es reducir el gasto en productos no esenciales, como ropa, tecnología y ocio. Un 34% optará por reutilizar productos o comprar de segunda mano; mientras que un 24,8% buscará formas de generar ingresos adicionales, ya sea consiguiendo un segundo empleo o invirtiendo en criptomonedas.

Además, un 15,1% considera pedir un préstamo o utilizar tarjetas de crédito para cubrir sus gastos, lo que refleja hasta qué punto la situación económica está obligando a algunos hogares a recurrir a otro tipo de financiación. En este sentido, los jóvenes entre 18 y 30 años son los más vulnerables: el 20% está dispuesto a endeudarse y un 55% a invertir en criptomonedas, cifras que superan en 5 y 30 puntos porcentuales, respectivamente, a la media andaluza. En este sentido, los jóvenes andaluces son los que más apuestan por las criptomonedas, siendo 24 puntos porcentuales mayor que la media de jóvenes en España (31%).

Pesimismo económico

A pesar de los esfuerzos por ajustar gastos y encontrar nuevas fuentes de ingresos, entre los andaluces parece predominar un sentimiento de pesimismo y resignación. Un 51% cree que su situación económica seguirá igual que en 2024, cuatro puntos más que el año pasado. Solo un 39% confía en que mejorará, mientras que un 10% teme que empeore.

El pesimismo es especialmente alto entre los mayores de 65 años, con un 82% convencido de que su situación económica se mantendrá igual y apenas un 18% con esperanzas de mejora.

El aumento del coste de vida no afecta a todos por igual, y las diferencias generacionales son cada vez más evidentes. Los jóvenes menores de 30 años son los más afectados en términos de bienestar emocional: un 30% reconoce que la preocupación por su situación financiera está afectando a su salud mental, una cifra muy superior a la de los mayores de 65 años, que se sitúa en un 18%.

Además, la dificultad para acceder a la vivienda es otra gran barrera para los más jóvenes. Un 30% de los encuestados en este rango de edad señala que su principal preocupación económica es no poder comprar o alquilar una casa, mientras que solo el 20% de los encuestados de entre 50 y 65 años considera esto un problema.

En contraste, y aunque los mayores de 65 años también enfrentan incertidumbre económica, su situación es muy diferente. Un 27% afirma que ha planificado bien sus ahorros y puede hacer frente a imprevistos, una cifra significativamente superior a la de los más jóvenes, donde solo el 5% se siente económicamente seguro.

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