La internacionalización de las constructoras españolas
Ernesto Mesa Vázquez
La actividad empresarial continuó desarrollándose durante 2012 en un contexto desfavorable para el sector de la construcción, marcado tanto por la contracción de la inversión pública como por la restricción de crédito del sistema financiero y la parálisis del sector inmobiliario. En esta situación, las empresas españolas del sector han seguido potenciando su estrategia de negocio a través de la búsqueda de nuevos mercados en el exterior.
Los resultados de esta estrategia de internacionalización son contundentes: en el supuesto de un cese absoluto de la demanda, las constructoras españolas tendrían proyectos pendientes de ejecutar en el exterior para veinte meses de trabajo, mientras que en territorio nacional la actividad sólo podría continuar apenas cuatro meses. Según datos ofrecidos por la patronal del sector (Seopan), la cartera de obras pendientes del grupo formado por las seis principales constructoras españolas cotizadas (Acciona, ACS, FCC, Sacyr, Ferrovial y OHL) superaba los 90.000 millones de euros en noviembre de 2012, concentrando más de un 80% del valor de los proyectos fuera del territorio nacional. Las constructoras españolas consiguieron, sólo en este último año, contratos en el exterior por más de 24.000 millones de euros, según el Ministerio de Fomento, de los que el 60% correspondieron a proyectos de obra tradicional (carreteras, puertos, etc.) y el restante a concesiones para la explotación de otro tipo de infraestructuras.
Precisamente, a finales de año la titular del Ministerio de Fomento se reunía con las autoridades libias ofreciendo la experiencia de las empresas españolas para la reconstrucción del país, en el marco de desarrollo de un ambicioso programa de modernización nacional que incluye también planes para la construcción de viviendas. Esta expectativa de diversificación de la proyección internacional de las constructoras españolas se refuerza con la adjudicación de proyectos urbanísticos en Argelia, mediante la fórmula del partenariado público-privado, para la construcción de 50.000 viviendas sociales antes de 2014.
Algunos de los proyectos cerrados en el último trimestre del año son ilustrativos de la intensa actividad internacional de las principales constructoras: Acciona Infraestructura obtuvo licitaciones en Ecuador para construir estaciones de metro en Quito por un importe de 50,6 millones de euros; ACS reforzó su posición en EE.UU. adjudicándose un contrato de obras en el metro de Nueva York por un importe de 737 millones de euros; FCC consiguió los permisos para la construcción de una carretera en Panamá, lo que supondrá un proyecto de 93 millones de euros. Por su parte, Ferrovial consolidó su actividad en Reino Unido con la construcción de una planta de tratamiento de residuos y su posterior explotación por un plazo de 15 años. En Chile, OHL Industrial desarrollará un complejo para la trituración, transporte, curado ácido y apilado de óxidos de cobre, proyecto que adjudica la Corporación Nacional del Cobre por un importe de unos 71,3 millones de euros. Finalmente, Sacyr Vallehermoso toma posiciones en el continente africano y construirá en la capital de Togo un terminal de contenedores en el puerto de Lomé, lo que supondrá una desembolso de 108 millones de euros.
El éxito de la estrategia de internacionalización de las constructoras españolas se ha reflejado en la inclusión de siete de ellas (ACS, FCC, Ferrovial, Acciona, OHL, Sacyr Vallehermoso y San José) en el listado de las 50 principales constructoras de Europa, elaborado por Deloitte. España se posiciona, así, como el segundo país con mayor número de empresas en el ránking, después de Reino Unido que tiene a trece compañías. Además, la diferencia en volumen de negocio de este grupo de empresas españolas con las competidoras francesas se ha estrechado gracias a su mayor actividad internacional, sobre todo en países emergentes, comprometiendo la supremacía en Europa de las compañías galas. Si bien son tres empresas francesas las que lideran el ránking de facturación (Vinci, con 36.956 millones de facturación en 2011, Bouygues y Eiffage), ACS ha creado un grupo, tras la integración de la alemana Hochtief, que con 35.000 millones de facturación anual amenaza el liderazgo europeo de la francesa Vinci.
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