Comienzan las levantás de atún rojo en las almadrabas gaditanas con incertidumbre por la huelga de los inspectores

La plantilla de la Inspección de Pesca Marítima comenzó un paro indefinido el pasado 3 de marzo que mantiene en vilo al sector

Los inspectores de pesca de Cádiz culpan al Gobierno por el bloqueo en la campaña almadrabera: "Advertimos que esto podía pasar"

Almadraba de Barbate en plena labor en una campaña anterior
Almadraba de Barbate en plena labor en una campaña anterior / Germán Mesa

El atún rojo ya está aquí. La migración anual que lleva a estos peces de gran tamaño en travesía desde el Océano Atlántico hasta el Mar Mediterráneo para desovar supone la época fuerte de la actividad almadrabera en la costa gaditana. Un momento álgido para el sector pesquero que este año sin embargo llega plagado de incertidumbre. A pesar de que la huelga indefinida de los trabajadores de la Inspección de Pesca Marítima se mantiene, este lunes se han iniciado las primeras levantás de atún rojo en las almadrabas gaditanas, concretamente en Barbate y Conil.

Si la llegada de estos túnidos (Thunnus thynnus) siempre ha sido motivo de alegría en la costa de Cádiz por lo supone en cuanto a actividad económica, este año la cercanía de la fecha se ha vivido con cierta agonía. El pasado 3 de marzo los inspectores de pesca comenzaron una huelga indefinida ante el descontento de sus condiciones laborales y la falta de negociación del Ministerio. Aunque quedara más de un mes para la campaña del atún, una nueva posibilidad de huelga volvía a ensombrecer la llegada de los atunes. Desde entonces el sector no ha parado de presionar para que la situación estuviese solventada para estas fechas, pero el acuerdo aún no ha sido posible. Incluso los alcaldes de los municipios afectados se sumaron la semana pasada para aumentar la presión sobre el Ministerio de Agricultura y Pesca para que llegara a una resolución del conflicto laboral.

Este lunes se han producido las primeras levantás. Los servicios mínimos han posibilitado que se inicie la actividad en un sector clave para la economía de la zona. La almadraba de Conil, comercializada por Gadira, ha informado que en el primer día han capturado 129 ejemplares, mientras que en Barbate, con Petaca Chico en la gestión, se han levantado 70 ejemplares con 270 kilos de media. El sector lleva semanas trabajando en la preparación de la campaña con el calado de las redes, la puesta a punto de las embarcaciones y todo el proceso que supone este tipo de pesca artesanal que da trabajo a unas 500 personas de modo directo y se calcula que hasta 6.000 de modo indirecto. Además de la profesionales de la pesca, empresas conserveras, hostelería, distribuidores y otros segmentos auxiliares esperan con ansia la llegada del atún rojo, uno de los productos estrella de la gastronomía gaditana y de los más exportados hacia el mercado exterior. La parálisis de la campaña puede provocar daños incalculables a este motor llegado cada año desde las profundidades del océano.

De los 181 inspectores de pesca que conforman la plantilla del Ministerio de Agricultura y Pesca, nueve están destinados a la provincia gaditana. Menos de una decena de personas que son imprescindibles para la campaña almadrabrera que tienen que fiscalizar. Dos personas, una embarcada y otra en el puerto, son necesarias para la inspección de esta labor que se distribuye en cuatro almadrabas en la provincia gaditana: Barbate, Tarifa, Conil y Zahara de los Atunes. Se antoja complicado que con servicios mínimos se pueda completar satisfactoriamente esta campaña en la totalidad de los puertos implicados en esta técnica tradicional, de modo que un acuerdo en el conflicto laboral que se extiende ya un mes y medio es básico para su desarrollo.

Visión positiva desde la Federación

El presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras, José María Gallart, señaló ayer que aunque los inspectores siguen con la huelga tienen el compromiso de la Secretaría General de Pesca, dependiente del Ministerio, "de que no va a haber ningún problema, que articularán las medidas oportunas para cubrir las necesidades que las almadrabas necesitan para hacer la campaña". "Con los servicios mínimos y las medidas que el Ministerio considere oportunas, se garantizará la actividad", añadió ayer Gallart ante la incertidumbre del sector.

Gallart asegura que mantiene "un contacto diario y permanente con ellos por la importancia de la campaña", en relación a la Secretaría General de Pesca. Explicó que "el atún es un pescado de temporada, no se puede dejar de un día para otro, y lógicamente el Ministerio tiene que garantizar que esa actividad se pueda desarrollar en base a la legalidad vigente". Confía el presidente "en el compromiso del Ministerio para garantizar que la actividad se pueda desarrollar al 100% sin ningún problema".

Días atrás, la Junta de Andalucía había ofrecido sus inspectores para poder llevar a cabo la campaña de modo satisfactorio, sin embargo esa alternativa entra en conflicto con la legislación laboral y el derecho de huelga de los trabajadores de la Inspección de Pesca Marítima.

Cuotas de atún rojo de almadraba para 2025

La recuperación del atún rojo posibilitaría el aumento de la cuota de pesca para el sector de la almadraba, tal y como reclaman en los últimos años. Sin embargo, las cifras para esta campaña de 2025 mantienen las cifras del año anterior. Las cuatro almadrabas gaditanas se repartirán un total de 1.643,167 toneladas, distrubuidas de la siguiente manera: Barbate 454.124 toneladas, Zahara de los Atunes 426.325, Conil 413.264 y Tarifa 349.454 toneladas. La cuota para el total nacional de España en 2025 es de 6.783,67 toneladas.

Esta distrubución depende de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICAAT en sus siglas en inglés), que se ha dedicado a analizar y controlar las capturas para asegurar la supervivencia y recuperación de esta especie, lo que se ha ido logrando satisfactoriamente. Las almadrabas siempre han mantenido la sostenibilidad de su sistema de pesca y que son los primeros interesados en su recuperación. De hecho, el número de atunes ha crecido tanto que ha afectado a otras pesquerías de especies más pequeñas que encuentran menos capturas por el consumo alimenticio de estos túnidos que pueden superar los 400 kilos de peso.

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