La comercializadora de girasol Agropro cumple diez años con 60 millones acumulados de beneficio operativo

La ‘joint venture’ de Sovena, con plantas en Brenes y Andújar, y la cooperativa Acor se consolida como operadora principal del mercado del girasol con un 30% de las compras de pipa en España

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Miguel Costa, director general de Agropro
Miguel Costa, director general de Agropro / Juan Carlos Vázquez

Sevilla/Agropro, la ‘joint venture’ surgida de la unión de la cooperativa vallisoletana Acor y Sovena para comprar pipa de girasol a los agricultores y comercializar el aceite refinado a granel, acaba de cumplir su décimo año de vida. Y lo hace con unos datos que certifican su consolidación como operador principal de este mercado: en esta década ha comprado unas dos millones de toneladas de girasol, principalmente de origen español, y ha vendido 1,3 millones de toneladas de aceite, casi todo refinado.

La empresa, a día de hoy, compra aproximadamente el 30% de la cosecha de pipa del país (entre 200.000 y 250.000 toneladas) y copa el 10% del mercado de la semilla de siembra. A lo largo de este tiempo, el Ebitda (resultado operativo excluyendo intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) ha sido de 60 millones de euros, “que es un resultado bastante interesante para una empresa que no tiene activos propios”, afirma Miguel Costa, director general de Agroproducciones Oleaginosas.

En efecto, Agropro alquila las plantas de Acor en Olmedo y las de Sovena en Brenes y Andújar para molturar y refinar el aceite, y también para fabricar harina para pienso y aceite de colza, aunque en mucha menor medida.

En 2024, Agropro facturó por valor de 247 millones de euros, un 13% menos por, sobre todo, la caída del precio medio de venta de los aceites, pero incrementó el volumen comercializado un 8,3%, hasta 444.433 toneladas de producto. A nivel nacional la empresa trabaja con más de 1.000 operadores, entre agricultores, cooperativas e intermediarios. En Andalucía son 450 Agricultores, 25 distribuidores, y 25 cooperativas, que cubren una superficie de 80.000 hectáreas.

“En Andalucía, trabaja con 500 operadores y el 60% de la producción es alto oleico”

Nuestra comunidad está especializada en girasol alto oleico, con un 60-65% de la producción (frente al 30-35% del conjunto de España), y esto es gracias a que Agropro fomenta una “prima mínima” para dar estabilidad a unos precios que suelen oscilar más que los del girasol clásico. A esta garantía, según se afirma desde Agropro, contribuye la alianza con Syngenta, que ha introducido en la región una variedad de oleico que iguala en cantidad de producción a la del clásico por su calidad.

De todas las ventas de Agropro, un 30% aproximadamente corresponden al oleico, que “ha ido creciendo en los últimos años”, afirma Costa, sobre todo desde que en 2014 se convirtiera en un sustituto ideal para el aceite de palma en los productos alimentarios. Sin embargo, en los últimos tiempos, “como la prima ha estado muy alta, ha habido clientes que han empezado a mirar alternativas”. Entre ellas está el aceite de colza, que incluso se ha empezado a ver en botella en algunos países de Europa. En España no tiene apenas presencia por el fraude de los años 80, aunque “los clientes industriales sí que la están utilizando”.

Muchos obstáculos para el incremento de la producción de girasol

Costa ve posibilidades de crecimiento en el girasol tanto en Andalucía como en España. “Hay interés de los agricultores, tras circunstancias como la guerra de Ucrania (este país y Rusia copan el 50% del mercado mundial) y se han incrementado las hectáreas. El problema ha sido la producción. Hemos tenido tres años de sequía tremenda y en la última campaña lo que ha impactado más han sido las lluvias”, que dañan la planta y elevan la acidez de la pipa justo cuando se está cosechando.

“Agropro aboga por recuperar la ayuda asociada para que España sea más autosuficiente”

Pero no solo ha sido eso. “El incremento de cultivos anuales como el olivo han quitado hectáreas al girasol, sobre todo en Andalucía, y también los paneles solares. A ello se le añade el tema de las ayudas. En la última revisión de la PAC se le ha quitado la ayuda asociada al girasol. Hemos intentado que entre dentro de los cultivos protéicos (que sí la tienen) pero se considera una oleaginosa, aunque tenga proteína”.

“Tenemos una industria que está ahí, que es fuerte, que paga a los agricultores y que quiere más producción. Tiene que importar. Y con todo lo que está pasando a nivel mundial, con los aranceles, con guerras, cuanto más dependemos del exterior más expuestos estamos a efectos externos que no controlamos”, concluye Costa, que afirma que la defensa de una producción de consumo masivo como la del girasol debe ser estratégica para las administraciones.

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