Sergio Jiménez: un árbitro jiennense en la élite del waterpolo nacional e internacional
Tras el foco deportivo
El colegiado, premiado recientemente por la Federación Española de Natación tras más de dos décadas de labor arbitral, sigue en la brecha
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Jaén cuenta con excelentes abanderados en diferentes disciplinas deportivas. Entre ellos destaca Sergio Jiménez, árbitro jiennense que acumula una trayectoria brillante de casi dos décadas en la élite del waterpolo nacional, y puede presumir de arbitrar a nivel internacional en un deporte en el que España es una potencia mundial.
Del CN Jaén como nadador y jugador a la faceta arbitral
La llegada de Sergio Jiménez al arbitraje no fue por vocación. Como dice el refrán "antes que fraile fue cocinero". "Fui nadador del Club Natación Jaén desde los nueve años, llegué a ser campeón de Andalucía en estilo espalda y participé en Campeonatos de España. A los 18 años, cuando empecé a estudiar Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones, los entrenos de competición se complicaron por la falta de tiempo. Como el club tenía una sección de waterpolo, empecé a competir con ellos de forma federada en la Liga Andaluza durante dos años", explica el protagonista. En esa época se apuntó a un curso de arbitraje que cambió su perspectiva. "Me gustó y decidí parar mi trayectoria como jugador para iniciarme en el mundillo arbitral con 20 años", rememora.
Sergio Jiménez recuerda la dificultad de esos comienzos, en los que pasó de disfrutar junto a sus amigos del CN Jaén a arbitrarlos. "Fue una situación compleja porque empecé a arbitrar a los que habían sido mis compañeros e incluso a mi hermano. Ellos querían ganar siempre y yo hacer bien mi labor. Fue duro desvincularme del club en apenas unos meses porque tenía muchos lazos", indica.
2006-2016: una década de evolución hasta alcanzar la internacionalidad
Poco a poco, el colegiado jiennense fue progresando a nivel andaluz hasta que en 2005 consiguió pasar las pruebas de árbitro nacional. "La de 2006 fue mi primera temporada como árbitro nacional y supuso un punto de inflexión en mi carrera", argumenta. A partir de ese momento, experimentó un cambio notable, en el que comenzó a desplazarse a arbitrar partidos por toda España, lo que le dio un plus de calidad a su arbitraje. En España, los árbitros nacionales se dividen en tres categorías: en la A está el Top 25, en la B del 25 al 50 y en la C, el resto. "Lo que más me costó en aquella época fue subir de categoría porque hay muy pocos ascensos", comenta. Tras seis temporadas, Sergio Jiménez logró subir a la B y en un año ascendió a la categoría A. "Me dieron la confianza desde el Comité, era joven y cumplía con el perfil de futurible árbitro internacional. Me beneficié de sistema de tutorización con el apoyo de Juan Carlos Corominas, que me ayudó muchísimo a progresar".
Sergio Jiménez alcanzó la categoría A en 2012, lo que le permitió arbitrar en la División de Honor masculina y femenina. Desde entonces suma 12 temporadas en la máxima división e incluso durante varios años ha finalizado en el Top 10 de la clasificación interna de los colegiados. Su carrera dio un paso más en 2016 cuando alcanzó la internacionalidad. "Conseguí aprobar ese examen. Me enriqueció mucho viajar y conocer cómo se arbitra en el extranjero y gestionar partidos de waterpolo con delegados federativos que no conoces", subraya. "Sabía que tenía posibilidades porque era menor de 40 años y me lo tomé como un reto. Fui el expediente número 1 de esa promoción, en la que fui el único español elegido. Tenía que responder a la confianza de la Federación Española", incide.
Asentado entre la flor y nata del arbitraje en España y a nivel mundial
Desde esa fecha, Sergio Jiménez es un habitual cada verano en competiciones internacionales de selecciones y también ha arbitrado encuentros de la Champions League a nivel de clubes. De sus actuaciones en ese tipo de campeonatos se queda con dos logros: el partido por el bronce que pitó el pasado verano en el Mundial cadete masculino y la final de los Juegos del Mediterráneo de 2022 en Orán (Argelia) entre Serbia y Montenegro. "Los torneos internacionales son una lotería. Las designaciones dependen de muchos factores, incluido que la selección de tu país avance rondas o no. Suele ser una experiencia bonita aunque a veces también te trae sinsabores", reconoce.
A sus 46 años, Sergio Jiménez sigue siendo un apasionado del waterpolo y del arbitraje. Una actividad que compagina desde hace cinco años con su profesión de profesor de instituto, gracias a los beneficios que le otorga el sistema de reconocimiento de alto rendimiento de la Junta de Andalucía. "Gracias a ello, estoy reconocido como árbitro de alto rendimiento, lo que me permite disponer de los días libres que necesite para poder combinar mi faceta de árbitro con mi actividad docente".
Medalla de bronce a los servicios distinguidos por la FEN
En la actualidad, Sergio Jiménez no se plantea retos ni a corto ni a largo plazo. Valora las ventajas a nivel de medios que disponen los colegiados en una etapa en la que hay muchos más partidos televisados y en streaming y un mayor contacto en el mundillo arbitral que cuando él empezaba. En ese sentido, es consciente de la dificultad de asistir a unos Juegos Olímpicos. "Lo veo muy complicado porque sólo va uno por país y España los tiene muy buenos. Mi objetivo es seguir estando en el Top 10 a nivel nacional, tener buenas actuaciones cada fin de semana y que la Federación siga confiando en mí como árbitro internacional", explica.
Recientemente premiado por la Federación Española de Natación (FEN) con la medalla de bronce a los servicios distinguidos, Sergio Jiménez subraya que este tipo de galardones le instan a seguir adelante. "Me hacen ver que estoy en la brecha y son una motivación para seguir trabajando. Soy joven y que quedan todavía ocho o diez años en la cresta de la ola". Un reconocimiento que se suma al sobresaliente historial de un jiennense en entre la flor y nata del waterpolo nacional e internacional.
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