Pedro Medina: recuerdos olímpicos de un tirador seis décadas después

Tras el foco deportivo

El deportista loperano participó en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964 y fue uno de los destacados del tiro nacional

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Pedro Medina, tirador loperano, presenten en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964.
Pedro Medina, tirador loperano, presenten en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. / Cedida.

Pedro Medina Casado (Lopera, 1941) es uno de los deportistas jiennenses que ha tenido el honor de participar en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo en Tokio 1964, en la disciplina de tiro olímpico, en la prueba de carabina pequeño calibre, posición tendida, 50 metros. Seis décadas después recibe a Jaén Hoy en su casa, acompañado de su esposa y fiel escudera Pepa, para desempolvar esos recuerdos olímpicos y repasar su destacada trayectoria deportiva.

Hijo de maestros, nació en Lopera y fue el mayor de seis hermanos. Su familia se trasladó a Jaén capital para facilitarles los estudios y a los 12 años empezó a conocer el tiro gracias a un regalo de Reyes: una carabina de aire comprimido. Con 17 años, en marzo de 1959, participó en unas pruebas organizadas por la Organización Juvenil Española (OJE). La habilidad de Pedro Medina llamó la atención del jefe del equipo provincial, Martín Ochoa, que decidió incorporarlo para cubrir una vacante. "En el primer Campeonato al que fui, quedé octavo de un centenar. Después, me incluyeron en un grupo en el que nos facilitaban armas mejores. Todos los años nos reuníamos a nivel regional y luego a nivel nacional. Nos pagaban los viajes y Jaén tenía fama porque había un campo de tiro y se tiraba con antiguas armas de guerra. Al año siguiente, batí el récord de España en Barcelona", recuerda Pedro Medina sobre sus inicios y su medalla de oro en el Nacional de 1960, tras haber sido previamente campeón de Andalucía.

Pedro Medina repasa su trayectoria deportiva para Jaén Hoy.
Pedro Medina repasa su trayectoria deportiva para Jaén Hoy. / Jesús S. Tudela

Destacado tirador surgido de la cantera jiennense

En esa época, compatibilizó sus éxitos en el mundo del tiro olímpico con sus estudios de perito industrial en Jaén. A partir de 1962, el exolímpico José Manuel Andoin empezó a entrenar a los jóvenes tiradores de carabina. Pedro Medina fue quinto y sexto en las pruebas olímpicas en el Campeonato de España y logró un puesto en el equipo nacional, al que representó en diferentes encuentros internacionales. La Sociedad Nacional de Tiro de Jaén se hizo con un nombre en España gracias al buen hacer de tiradores como el propio Pedro Medina y sus compañeros jiennenses Joaquín de la Torre y Francisco Morales.

De cara a la clasificación para los Juegos de Tokio, Pedro Medina se encontró con un problema académico. "Me pusieron unos exámenes que no me permitían asistir a las pruebas previas a la cita olímpica, en las que se peleaba por conseguir la mínima. El presidente de la Federación de Tiro en Jaén movió sus hilos con el Gobernador y con el director de la Escuela de Peritos Industriales y me los cambiaron", señala. Eso le llevó a conseguir la marca necesaria para lograr el billete olímpico en los torneos celebrados en las ciudades suizas de Zürich y Lucerna.

Un jamón, la solemnidad nipona y la competición olímpica en Saitama

Antes de rememorar su experiencia olímpica en la capital nipona, el tirador loperano nos cuenta una anécdota inolvidable del viaje. "La expedición española salía de Madrid. La noche previa me alojé en casa de mi abuela y de mi tío que vivían en la capital. En aquella época no se podía pasar por el área aérea rusa por lo que tuvimos que hacer varias escalas. En esa etapa de la posguerra había mucha preocupación y mi abuela compró un jamón, que deshuesaron y lonchearon para mí. Cuando íbamos sobrevolando el Mar Mediterráneo pregunté a las azafatas por comida y me dijeron que sólo había pan a bordo. En aquel momento pasé a los anales de aquellos Juegos. Hablé con el presidente de la Federación Española de Tiro, le comenté el tema del jamón, nos trajeron bollos de pan y empecé a hacer bocadillos para todos los pasajeros, entre los que estaba el médico de Franco, Vicente Gil, que era el Presidente de la Federación Española de Boxeo", explica.

Recorte del periódico 'Ya', con la expedición española en los momentos previos a viajar hasta Tokio.
Recorte del periódico 'Ya', con la expedición española en los momentos previos a viajar hasta Tokio. / Cedida.

Ya en tierras japonesas, Pedro Medina resalta el ambiente, la solemnidad y el respeto por los valores olímpicos que vivió en Tokio, tanto durante el desfile como durante la competición. "Suspendieron las clases en los colegios para que los niños y niñas fueran a los pabellones. Para recibir a los deportistas olímpicos nos entregaban manualidades hechas por ellos", incide.

Pedro Medina, durante el desfile en Tokio 1964.
Pedro Medina, durante el desfile en Tokio 1964. / Cedida.

La selección española de tiro se presentó en Tokio 1964 con el catalán Juan Thomas, en la modalidad de arma corta de velocidad; el militar madrileño afincado en Zaragoza, Juan García en la especialidad de pistola libre; y Pedro Medina en carabina. El 16 de octubre le llegó el turno al jiennense en el campo de tiro de Saitama. Terminó en la 62ª posición entre 73 tiradores, tras sumar 579 puntos en las seis rondas disputadas (96,98,97,97, 96 y 95), finalizando a 18 puntos del campeón olímpico, el húngaro húngaro László Hammerl. "Fue un orgullo poder participar en la mayor competición deportiva del mundo", subraya.

Retirada provisional y regreso a la competición a nivel internacional

Tras los Juegos Olímpicos de Tokio, ingresó en la Residencia Joaquín Blume de Barcelona, donde estuvo becado por la Delegación Nacional de Deportes durante dos años y medio, en los que compartió habituación, entre otros, con deportistas como el tenista Manuel Orantes. Allí, siguió entrenando, completó estudios de aparejador e inició su preparación para la siguiente cita olímpica de México 1968. Sin embargo, en 1967 regresó a Jaén para trabajar de manera profesional y la imposibilidad de asistir a las concentraciones le llevaron a renunciar.

En 1974, casado, con tres hijos y el apoyo de su esposa Pepa, Pedro Medina volvió a competir. Precisamente Pepa se convirtió en un pilar para el equipo. "Los compañeros no ponían pegas porque sabían que ella no estorbaba. Nos ayudaba en todo lo que podía, nos cosía, nos animaba y formábamos un tándem muy bueno", indica.

Pedro Medina, junto al resto de la expedición española en el Campeonato de Europa de 1975 en Rumanía.
Pedro Medina, junto al resto de la expedición española en el Campeonato de Europa de 1975 en Rumanía. / Cedida.

Pedro Medina no pudo repetir presencia en los Juegos Olímpicos, pero sí regresó a los Campeonatos del Mundo, finalizando en la 26ª posición en el Mundial de Thun (Suiza). Al año siguiente, participó en su único Campeonato de Europa, el celebrado en Bucarest (Rumanía) y en los Juegos Mediterráneos de Argel, dónde logró un brillante sexto puesto. No llegó a clasificarse para Montreal 1976, pero sí estuvo presente en su tercer y último Mundial en Seúl (Coreal del Sur) en 1978.

Pedro Medina repasa su hemeroteca personal, con Tokio 1964 muy presente.
Pedro Medina repasa su hemeroteca personal, con Tokio 1964 muy presente. / Jesús S. Tudela

En 1980, se retiró definitivamente. Ejerció en el Ayuntamiento de Jaén y como profesional liberal hasta su jubilación en 2010. Desde entonces, disfruta de su familia y de sus aficiones. A sus 83 años, mantiene ágil la memoria para recordar, seis décadas después, a través de su inmensa hemeroteca aquella aventura japonesa y su legado en el tiro olímpico español.

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