Mónica Rueda: referente del hockey provincial en los Juegos de Atlanta 96 y Atenas 2004
Relatos olímpicos jiennenses
La jugadora de Alcalá la Real fue pionera en alcanzar la selección nacional
Vivió dos experiencias olímpicas y contribuyó a la aparición de nuevos talentos como Mª Ángeles Ruiz y Carmen Cano
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España disputa esta tarde (20:00 horas) ante Bélgica los cuartos de final de la competición femenina de hockey en los Juegos Olímpicos de París 2024. Muy pendiente de su actuación estará la siguiente protagonista de esta sección en Jaén Hoy. Ella es Mónica Rueda, pionera del hockey provincial, olímpica en Atlanta 96 y Atenas 2004 y referente desde Alcalá la Real para toda una generación de deportistas que posteriormente también vivieron el sueño olímpico como Mª Ángeles Ruiz o Carmen Cano.
El periplo de Mónica Rueda (Jaén, 1976) en el mundo del hockey arrancó a los 12 años. Poco antes, su familia se afincó en Alcala la Real. En el Colegio SAFA, de la mano de su profesor Juan Jiménez y de su esposa, se enamoró de este deporte. "Reunió a un grupo de clase y empezó a enseñarnos a jugar. Nos conquistó con sus propuestas y poco a poco aquella semilla fue creciendo en el pueblo. Hubo campeonatos escolares, se fundó el Club de Hockey Alcalá, se formaron técnicos como Custodio López y yo fui escalando a categorías superiores. Siendo infantil jugaba con el equipo cadete, luego juvenil y hasta el sénior, clasificándonos habitualmente a Campeonatos de Andalucía y de España", rememora Mónica Rueda sobre aquella etapa.
Reclutada para el CAR de Madrid con apenas 16 años
Tras los Juegos de Barcelona, Mónica Rueda fue reclutada para el CAR de Madrid con apenas 16 años. "Venía de ser máxima goleadora en el Campeonato de España juvenil. Allí me vieron varios seleccionadores y se fijaron en mí. Después de la cita olímpica de Barcelona, varias jugadores se retiraron y desde la Federación se realizó un trabajo de búsqueda de nuevos talentos", recuerda.
De esa manera, Mónica Rueda arrancó el ciclo olímpico hacia Atlanta 96. "Tenía 16 añitos y ni siquiera había visto el hockey en los Juegos de Barcelona. Lo veía como algo muy lejano. Estaba muy ilusionada y motivada con mi llegada a Madrid, pero no tenía ni idea de lo que era el alto rendimiento. Al principio lo pasé mal porque entraba en un equipo que se estaba renovando, pero que acababa de ser campeón olímpico", explica. "Trabajé mucho durante los dos primeros años, fui convocada para todos los campeonatos por la sub 18, la sub 21 y la absoluta. Contaron conmigo desde muy pronto", añade.
"Cuando me convocaron para el CAR de Madrid tenía 16 añitos y ni siquiera había visto el hockey en los Juegos de Barcelona"
En esos cuatro años de preparación, España rozó la gloria en Amstelveen en el Europeo de 1995. Mónica Rueda y sus compañeras se colgaron la medalla de plata, tras caer solamente ante la todopoderosa anfitriona. "Ese campeonato fue uno de los más emocionantes e impactantes que he jugado, a parte de los Juegos, por ser en Holanda con un ambiente increíble", especifica. Poco a poco, pese a ser la benjamina del equipo, se fue asentando en la selección. "Fue duro. En aquel momento solo había dos cambios y era díficil jugar. Cuando salía del banquillo tenía mucho nerviosismo y presión. Pero también es cierto que tenía mucha confianza en mí misma. A Atlanta viajarían 16 jugadoras y a cuatro de nosotras nos dijeron que iríamos dos de las cuatro. Cuando confirmaron mi presencia no me lo podía creer. Fue algo muy emocionante, me permitió quitarme una mochila y empezar a disfrutar del juego", señala.
La benjamina de la selección en Atlanta 96
Sobre Atlanta 96, experiencia que vivió siendo la más joven del equipo español de hockey con 20 años, tiene muchas imágenes guardadas en la memoria. "La maleta de ropa, la llegada al aeropuerto con la delegación española, coincidir con deportistas mucho más conocidos que nosotras, el viaje, la llegada a la Villa Olímpica...todo es muy emocionante", nos cuenta. En lo deportivo, España defendía el oro olímpico de Barcelona y en la cita estadounidense no pudo brillar. Las Red Sticks no pudieron sumar ninguna victoria: un empate y seis derrotas fue su balance. "Estábamos muy preparadas y teníamos un equipazo, pero a nivel mental no estábamos bien. Había distancia entre las que quedaban de Barcelona 92 y las que veníamos nuevas. Teníamos al mismo seleccionador, al mismo staff técnico y a un psicólogo, pero cuando las cosas empezaron a no ir bien no fuimos capaces de unirnos. Acusamos la presión de ser favoritas y perdimos casi todos los partidos por escasa diferencia".
Mónica Rueda no estuvo entre las citadas para Sidney 2000, pero regresó con fuerza al combinado nacional de cara a Atenas 2004. En ese ciclo, el equipo español repitió subcampeonato europeo, en la cita celebrada en Barcelona en 2003. "Yo seguí entrenando en la Blume, pero la selección suele ir cambiando. Siempre hay un bloque fijo de 10 o 12 jugadoras y el resto depende más del gusto del entrenador. El seleccionador de esa época empezó a ponerme arriba, fuera de mi posición habitual. Aún así seguí trabajando y entrenando y tras un nuevo cambio en el cuerpo técnico de la selección conseguí hacerme con un puesto como titular. Con 24 años ya era una jugadora más determinante y fui más protagonista", subraya.
Atenas 2004: mentalizada para disfrutar
Atenas 2004 fue su segunda cita olímpica. "La disfruté mucho más. En Atlanta no pudimos desfilar en la inauguración porque jugábamos a la mañana siguiente e hicimos nuestro desfile particular en la Villa. En Atenas sí que lo viví y fue la pera. Iba mentalizada y sabía que esos momentos no se pueden olvidar. Grabé con la cámara cada momento y recuerdo como reíamos de la felicidad y llorábamos de la emoción", indica.En cuanto a la competición, España volvió a pinchar. Todos sus encuentros acabaron con derrota y finalizaron en la décima posición. "No íbamos igual de preparadas que para Atlanta. Había aspectos que quizás no habíamos entrenado lo suficiente. Veíamos además que varios equipos eran claramente superiores a nosotras. Yo iba con la idea de disfrutar esos Juegos fuera y dentro del campo".
"La experiencia de Atenas 2004 la disfruté muchísimo más. Iba mentalizada y sabía que esos momentos no se pueden olvidar"
Pasados los Juegos, Mónica Rueda decidió retirarse de la selección por decisión propia. "Había preparado ya tres ciclos y tenía claro que hasta ahí. Hace 20 años, a esa edad éramos ya veteranas. Ahora quizás nos hemos dado cuenta que nos podemos exprimir más. Además, a nivel laboral, aunque entonces se empezaba a ser profesional, también tenía esa presión de ponerme a trabajar tras finalizar mis estudios de INEF. Decidió seguir jugando a nivel de club, pero a otro ritmo".
Poco después, pasó un año de vuelta en Alcalá la Real para dirigir el Centro de Tecnificación provincial. "Me ofrecieron ese trabajo que siempre he dicho que era el trabajo de mi vida. Sin embargo me pilló en un momento en el que dejaba el deporte de alto rendimiento y me tocaba cambiar mi estilo de vida. Me costó muchísimo ponerme a trabajar y me pilló psicológicamente débil. Me quería volver a Madrid, pero ese punto de entrenar a niños y niñas fue lo que más me conectaba con mi pasado y de allí salieron grandísimos talentos como Mª Ángeles Ruiz o Carmen Cano". Después regresó a Madrid, dónde ejerce la docencia y sigue disfrutando del hockey y de su familia. De hecho, ve a la selección femenina actual "un equipo joven, con bastante proyección. Pueden dar la sorpresa y con un poco de fortuna se pueden meter en semifinales que sería un gran éxito". Habla una voz autorizada, que vivió en primera persona la experiencia olímpica por partida doble.
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