Manuel Pancorbo: un torrecampeño en la élite olímpica del 1.500 y 5.000

Relatos olímpicos jiennenses

El atleta de Torredelcampo vivió la experiencia olímpica en Barcelona 1992 y Atlanta 1996

Disputó la icónica final del 1.500 metros en la que Fermín Cacho se alzó con la medalla de oro en Montjuic

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Manuel Pancorbo, en el estadio olímpico de Barcelona. / RFEA.

El atletismo, deporte rey de los Juegos Olímpicos, arrancó ayer con buenas noticias para la delegación española en París 2024: las medallas de plata de María Pérez, y de bronce de Álvaro Martín en los 20 kilómetros marcha. Hoy arrancan las pruebas en el Stade de France. Entre ellas, una de las disciplinas por antonomasia para el atletismo patrio: el 1.500 metros. Precisamente en ella tuvimos a un jiennense como protagonista en la cita olímpica más recordada en el tartán: Manuel Pancorbo en Barcelona 92.

Antes de ese momento inolvidable en su excelsa carrera deportiva, Manuel Pancorbo fue creciendo como atleta en el Club Polideportivo Zeus, primero de la mano de Marcos Gutiérrez y, sobre todo, a las órdenes de José de Dios. Poco a poco, se fue haciendo un nombre en el mediofondo nacional, como uno de los herederos de leyendas de la distancia como José Manuel Abascal o José Luis González. En 1989 fichó por la Asociación Atlética Moratalaz, el mítico Larios, y se mudó a Madrid para continuar ese crecimiento. En esos tres años previos al evento olímpico se consolidó entre los más destacados a nivel nacional e internacional y Pancorbo fue seleccionado para participar en Barcelona 92 gracias a su marca de 3:34.37, 2ª del año en España, 6ª en Europa y 15ª del mundo.

Barcelona 92: la ilusión de unos JJOO en casa

Sin embargo, la ilusión olímpica se empezó a encender mucho antes que la llama del pebetero en Barcelona. "Desde que concedieron los Juegos a Barcelona nos empezamos a ilusionar y entusiasmar con poder estar en unos Juegos en casa. Desde dos años antes participé en eventos de promoción y reportajes y vimos como la cita olímpica supuso un cambio brutal para la ciudad. Yo no había participado nunca y es sin duda la gran ilusión de cualquier deportista", rememora Manolo Pancorbo a Jaén Hoy.

El atleta torrecampeño recuerda que esa temporada, con el objetivo olímpico entre ceja y ceja, realizó diferentes concentraciones en Segovia, incluida la de unos días antes de su participación. "Nosotros llegamos a Barcelona a última hora. Estuvimos entrenando hasta tres días antes de nuestra competición en Segovia, dónde yo habitualmente entrenaba durante el verano por su climatología y buenas instalaciones. Alternamos esa preparación con los mítines internacionales de cada año. En Niza (Francia) logré la mejor marca de la temporada y el billete a los Juegos, pero también corrí en Oslo o Estocolmo para llegar en la mejor forma posible", indica.

Ya en Barcelona, Manolo Pancorbo guarda en la memoria muchas imágenes. "La Villa Olímpica era espectacular, pero climatización tenía poca. Tuvimos que dormir con la ventana abierta mientras muchos deportistas festejaban sus actuaciones. Eso se unió a que mi primera ronda fue por la mañana y entre el nerviosismo y el ruido no dormí nada. Menos mal que cuando empecé a calentar cayó una nube de agua y me activé". En esa primera ronda, Manolo Pancorbo logró el pase a semifinales tras ser sexto en la cuarta serie (3:37.52). "A partir de ahí fue todo ilusión. Yo había competido ya en estadios con 50.000 o 60.000 espectadores en los Grand Prix, pero lo que me sorprendió y descolocó fue que toda la gente de la organización nos llamase por nuestro nombre", señala sobre su debut olímpico.

Manuel Pancorbo y Fermín Cacho, en los momentos previos a la final de 1.500 de 1992. / Cedida.

En la primera semifinal fue cuarto con 3:39.52. Por delante tuvo a estrellas como Morcelli, El-Basir o Chesire, pero superó a otros top como Herold, Di Napoli, Zorko o Stenzel. Una clasificación que le permitió acceder a una final que se mantiene inalterable en el imaginario olímpico español: la del oro de Fermín Cacho en esos 1.500 metros el 8 de agosto de 1992. En esa carrera inolvidable para el atletismo español, un jiennense se codeó con la élite y finalizó en undécima posición. "Después de la semifinal me veía con muchísimas fuerzas y con muchas posibilidades de hacerlo muy bien, pero en esa carrera percibió que una cosa eran mis sensaciones y otra las fuerzas. Fue 11º en una carrera mítica para el atletismo y el deporte español. Tuve la suerte de estar allí", comenta.

Con la perspectiva que da el tiempo, 32 años después, Manuel Pancorbo reconoce que "todo se ve de forma diferente. En ese momento prefería haber estado en la pelea por las medallas. No me fui frustrado, ni cabreado porque tenía buena capacidad para analizar lo que había pasado y me fallaron las fuerzas. Estoy orgulloso de lo que hice y de haberlo podido disfrutar, como lo hago cada vez que se recuerda. Además, tuve la suerte de ser recibido de forma espectacular en mi pueblo y son momentos muy bonitos".

Paso al 5.000, segunda experiencia olímpica en Atlanta y éxitos internacionales

De cara al siguiente ciclo olímpico, Manuel Pancorbo continuó en el 1.500 dos años más, en los que fue undécimo de nuevo en el Mundial de Stuttgart 93 y sexto en el Europeo de Helsinki, en el que Cacho e Isaac Viciosa firmaron un doblete español. La irrupción de esos atletas le llevó a valorar el cambio de distancia al 5.000 metros. "Vi que referentes como el alemán Baumann, con condiciones parecidas a las mías, ya lo habían hecho y busqué adaptarme a una distancia superior". Pese a unos problemas en el pubis, volvió a repetir experiencia olímpica en Atlanta 96, aunque no llegó en sus mejores condiciones físicas.

En la ciudad estadounidense, Manuel Pancorbo no pudo pasar a la final del 5.000 metros. Finalizó 14º en su semifinal y no pudo acceder a la final, finalizando en 29ª posición. "Fueron unos Juegos diferentes, en otro continente. La ilusión era la misma pero las vivencias no tuvieron nada que ver con Barcelona 92". subraya.

Pancorbo, en el desfile inaugural de Atlanta, junto a Abel Antón, Anacleto Jiménez, Marisa Martínez y Mónica Pont. / Cedida.

Tras sus segundos Juegos, el atleta torrecampeño firmó sus mejores resultados. En 1997 logró el récord de Europa de 3.000 metros y en 1998, fue plata en el Europeo de Pista Cubierta de Valencia y al aire libre en Budapest. "La prueba que más me gustaba era el 1.500, al 5.000 no terminé de adaptarme y seguramente la que mejor se me daba era el 3.000. Aquel récord de Europa lo recuerda como si fuera ayer. Fue una carrera espectacular, con todos los gallos, y ese día fluí. En cuanto a las medallas en los 3.000 metros del Europeo en pista cubierta de Valencia pude haber ganado, pero en el 5.000 de Budapest hice todo lo posible para ganar pero fue imposible porque Viciosa era mejor. Súper feliz por aquella medalla de plata".

De cara a la siguiente cita olímpica, la de Sidney 2000, Manuel Pancorbo volvió a clasificarse. Sin embargo, decidió renunciar porque no se veía con posibilidades de firmar una buena actuación. "En la última competición previa, en Andújar, le comuniqué mi decisión al seleccionador. No le quitaba plaza a nadie, pero me gustaba ser honesto conmigo mismo y con el deporte. Cuando sabes que físicamente has hecho todo lo posible, pero no te aproximas a tu mejor marca y no llegas en buena forma, consideré que había que dar un paso al lado". Fue el paso previo a su retirada definitiva en 2001, tras una trayectoria brillante que le sitúa como el mejor atleta de la historia en la provincia de Jaén.

Miembro de una generación irrepetible del mediofondo y fondo español

Manuel Pancorbo formó parte durante la década de los 80 y 90 de una generación de atletas españoles que será muy difícil que se vuelva a repetir. "Para mí fue una suerte. Fuimos grandes rivales, pero luego se convirtieron en grandes amigos. Fermín Cacho, Isaac Viciosa, Enrique Molina, Anacleto Jiménez, Reyes Estévez, Martín Fiz, Abel Antón, Diego García...disfrutamos mucho en competiciones oficiales y mítines. Nos consideraban los africanos del sur de Europa a nivel internacional", remarca.

Ahora, verá los Juegos desde casa y en cuanto a las posibilidades nacionales en sus pruebas, ve "difícil el acceso a las medallas" para Meechal, Fontes y García Romo en el 1.500. "Están en un nivel bueno, pero rondar las medallas es muy complicado", incide. En cuanto al 5.000 metros, Thierry Ndikumwenayo "tiene una marca espectacular pero hay otros diez o doce atletas con ese nivel de marca. Ojalá tenga suerte y pueda conseguir meterse entre los primeros". Pase lo que pase, lo seguirá muy de cerca "Me gusta desde el desfile inagural hasta la clausura. Me encanta el atletismo, por supuesto, la gimnasia, natación, baloncesto...es una época especial y me he programado las vacaciones para que me coincidan", nos cuenta mientras se despide un torrecampeño que accedió a la elite olímpica del mediofondo y del fondo internacional.

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