El beso imborrable del Jaén Paraíso Interior FS a la Copa de España

Fútbol sala

El Jaén Paraíso Interior FS se despidió amarga e injustamente de la Copa de España.

Hay algo que nadie le podrá quitar al Jaén Paraíso Interior FS. ¿Sabéis esa escena de dos enamorados que se besan apasionadamente bajo la lluvia, sin importarles calarse hasta los huesos, pues nada más importa más allá de ese beso? Pues algo así ha ocurrido con Jaén en la Copa de España de Cartagena. Porque podrán haber apeado al equipo de aquella manera, hay cosas contra las que no se puede competir. Pero lo que no han podido es ocultar que el amarillo es el color del fútbol sala nacional.

Llovieron las decisiones adversas sobre Jaén. Ni las repeticiones evitaron el esperpento. Y aunque escoció, las lágrimas de tristeza en las gradas de Cartagonova tardaron segundos en transformarse en gotas de orgullo. Y es que aunque 'lloviese', aunque los jiennenses se empaparon ayer de derrota, seguían abrazados a su equipo a sabiendas de que quien lo da todo nunca pierde. Se había ganado por las calles históricas de una ciudad que redescubre su grandeza romana. Se ganó en una fan zone (la mejor que uno recuerde) que poco ha tenido que envidiar a los templos del techno de Berlín. Y se ganó Jaén, a base de sacrificio y buen fútbol sala, el corazón de aquellos hinchas que todavía no se hubiesen adherido a su fe.

Pues en la derrota es cuando deben haberse borrado los restos de ateos a la religión amarilla en territorio jiennense. Este equipo ha demostrado en Cartagena que es capaz de luchar contra lo terrenal, que es lo que tiene enfrente sobre la pista, y también contra todo aquello que no está en su mano. Sólo la lotería de los penaltis, fruto de la ineptitud de los que se suponen jueces, fue capaz de echar al Jaén Paraíso Interior FS en lo deportivo de la Copa.

Y especifico aquello de deportivo porque se puede apear a un equipo de un torneo como lo han hecho con el de Dani Rodríguez, pero no se puede borrar la hermandad creada entre los hinchas de Jaén y los de Manzanares. Tampoco se puede eliminar la huella dejada por miles de aficionados que han llenado de risas las terrazas de Cartagena durante todo el fin de semana. Ni los rugidos de las paredes de un pabellón que hasta la fecha no había visto tanta emoción sobre sus asientos.

Porque fuera llueve. Truenan críticas, diluvian aplausos jiennenses y salen de la cueva charcuteros enmohecidos tras años de espera. Y, mientras, bajo el agua, el Jaén Paraíso Interior FS se besa con la Copa de España pues sabe que, por mucho que pase, siempre será suya.

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