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"Conexión a Tierra", un videopodcast de Endesa para reconectar con el campo
Ya dijo Ferrán Adriá que la gastronomía “es poner tu personalidad en lo que haces y ese sentimiento la convierte en algo distinto”. Este concepto es aún más capital en Andalucía y una ciudad como Sevilla, una urbe en la que la dualidad está a la orden del día y, más aún, con la figura emergente de los foodies, protagonistas absolutos de unas redes sociales que han llegado para quedarse y romper todos los estereotipos del sector culinario.
Este fue el eje central de la mesa de debate, moderada por Magdalena Trillo, y titulada El fenómeno foodie en las redes sociales: los influencers gastronómicos, un evento que tuvo lugar el pasado miércoles en la Fundación Cajasol. Organizado por Diario de Sevilla, los allí presentes pudieron debatir y exponer sus ideas con los expertos en dicho campo Daniel del Toro, Chef y comunicador gastronómico; Juan Antonio Aguayo, creador del canal de comunicación especializado Guía sevillana; Juan Turanza, Responsable de comunicación y Relaciones Institucionales de la Asociación de Hosteleros de Sevilla; Julia Solís, creadora de Pimienta y sal; y Pepe Monforte, periodista gastronómico y creador de la web Cosas de comé.
La contienda idearia comenzó con el dilema del idioma, ya que los entendidos en materia culinaria no le acaban de coger el “gusto” al término foodie. Según Daniel del Toro y Pepe Monforte deberían primar otros apelativos como “disfrutón”, “tripeo” o “tapatólogo”, éste último un concepto muy utilizado por el creador de la web Cosas de comé. Por su parte, Juan Turanza aseguró que “el hecho de importar palabras no tiene mucho sentido con el castellano tan maravilloso que nos enriquece, pero todo lo que sea sinónimo de disfrutar con la comida debe tener cabida en nuestro sentir”. Por último, Julia Solís opinó que “habría sido más bonito tener un concepto más español. El término foodie engloba todo lo relacionado con la gastronomía, algo que no debería ser así y se debería delimitar más el concepto”.
El arte culinario tiene muchas ramas y llevaría a equívocos querer englobarlo todo en un sólo término. Entre fogones y fuera de ellos hay chefs, cocineros, ayudantes, camareros, personas que elaboran recetas, empresarios y, como dice Daniel del Toro, “aquellos a los que les gusta la gastronomía”, una definición que podría delimitar lo que es un foodie.
En este sentido, el “aderezo” marketiniano estuvo marcado por las palabras de Juan Antonio Aguayo asegurando que “hay dos vertientes: los editores de vídeo, que son personas de 20 a 30 años con un nivel adquisitivo medio que lo hacen por diversión, y los comunicadores gastronómicos, que sí saben de gastronomía, elaboran mucho mas su discurso y hablan de lo que está bien o mal hecho. Todo tiene sus pros y contras, pero lo bonito es que estos dos perfiles convivan”.
Tras un breve repaso por sus vidas profesionales, que anteriormente habían tenido más o menos conexión con la cocina, los expertos comunicadores quisieron generalizar más allá de lo que puede o no ser un foodie. Para Daniel del Toro lo primordial es “dar a conocer lo que tenemos. En Andalucía no solo comemos pescaíto y gazpacho. La gente tiene que conocer y para enriquecer ese conocimiento hay que tener buenos comunicadores para exportar y contar al mundo las muchas virtudes que ostentamos”. A este argumento, Julia Solís apuntó que, más allá de los significados y la profesión, “la comida debe recordarnos y deleitarnos con buenos momentos”.
No hay mayor verdad en la frase “ya no buscamos noticias, ellas nos encuentran”. Las redes sociales se han convertido en la piedra angular de cualquier comunicador. Se trata ya de una realidad que ha llegado para quedarse. La falta de tiempo y el estrés de la vida diaria hacen que las personas busquen en 3 segundos visuales lo que antes se paraban a leer detenidamente sobre el papel. Ahora bien, ¿a quién se quiere más a papá o a mamá? Esta es una pregunta que intentaron responder los expertos. Julia Solís afirmó que “ahora mismo Tik Tok está hecho más para la gente más joven e Instagram abarca un campo mucho más amplio. Aun así, lo primordial es tener afición y entusiasmo, sea cual sea la red social que se utilice”.
Juan Antonio Aguayo, gloria de muchos sevillanos y amantes del buen comer más allá de las fronteras capitalinas, vuelca sus esfuerzos en Instagram, pero sin dejar de lado la apuesta por Tik Tok ya que, desde un primer momento, entendió “su lenguaje y es una red social muy agradecida que te permite subir mucho contenido y tener así visibilidad y viralidad”. Aun así apostilló que “es una red social muy peligrosa, que alberga gente maligna que solo va a hacer daño”.
Más allá de las redes sociales, Juan Turanza comentó que “se han explosionado los modelos de consumo. Han cambiado por completo las formas en las que una empresa se muestra al mundo. Somos marcas porque exponemos lo privado y más aún cuando el teléfono se ha convertido en nuestra guía, algo impensable hace 15 años”.
Daniel del Toro quise hilar su opinión a esta última intervención asegurando que “eso no es más que lo que hacemos todos. El turismo gastronómico está a la orden del día en cualquier ciudad que visitemos”. Por su parte, Pepe Monforte, fiel amante de lo clásico y contrario a que “el aguacate sea la manteca del siglo XXI” explicó que “hay un cambio en el comunicador, y no sólo en el gastronómico. Ahora nos sumergirnos en pantallas que son periódicos para observar la selva de información en la que vivimos. Por ello, el comunicador siempre tiene que tener como referencia el criterio y no perderlo nunca”.
Partamos de la base de que la transparencia es el aceite de oliva de cualquier buen comunicador. Aun así, aquellos que leen estas líneas se habrán preguntado qué hay detrás de una buena o mala crítica. A veces está la realidad de premiar el sabor y en otras ocasiones, sin embargo, la cartera. A este punto crítico se quisieron referir los expertos. Daniel del Toro comentó que pagar por una publicidad “es algo que llevamos haciendo desde siempre. No es todo tan bonito”. De todas formas, del Toro avisó que, con o sin don dinero de por medio, “no todo el mundo sabe”.
“La hostelería siempre debe seguir con su identidad para así poder exportarla”
Juan Antonio Aguayo advirtió que “hay creadores de contenidos que no le hacen bien a al profesión”. Para el impulsor de Guia Sevillana hay que ir siempre por derecho y “decir cuando es un contenido publicitario o colaboración. De esta manera no se generan dudas en el seguidor”.
La realidad, como espetó Daniel del Toro, es que “el criterio es individual. Lo importante aquí es que nos guste una cosa diferente a cada uno”, algo a lo que se sumó Julia Solís: “El gusto depende de la persona y esa preferencia no puede hacer mala o buena una información. Es difícil diferenciar muchas veces entre lo que es real y lo que no. Por lo que no puede faltar nunca la sinceridad en un contenido, partiendo de la base de que no todo siempre puede ser maravilloso”.
“Antes el camarero era respetado y ahora la no cualificación está a la orden del día”
Para cerrar esta tormenta de ideas, que no brainstorming, Pepe Monforte quiso dar su opinión aportando su creencia de que “las redes sociales son pasajeras. No sólo existe Instagram o Tik Tok, también interesan las visitas a la web”.
Si algo tienen los sevillanos es que son muy recelosos de lo suyo, una cuestión que no casa muy bien con la turistificación que vive la ciudad y, en general, Andalucía. Para Juan Antonio Aguayo la tradición es primordial no perderla: “sé que el andaluz es muy crítico y no quiere que le toquen su bar. Por ello es el momento de defenderla”.
Más centrado en la hostelería, Juan Turanza explicó que “el sector se ha dado cuenta de que en las redes hay que estar, no se puede elegir otro camino, ya que el usuario te coloca en ellas. Para los negocios debe ser una manera de darse a valer y dejarse conocer”.
“El fenómeno foodie es una oportunidad para muchos bares y restaurantes”
Estética, autenticidad... son atributos que debemos exportar al turista. Daniel del Toro dio como clave cuidar lo nuestro, “hay que tratar bien nuestro producto y lo que ofrece Andalucía, contar nuestra verdad en los platos y hacerlo en segundos, que es lo que dura la atención del cliente. Lo visual y la inmediatez están a la orden del día”.
Al igual que las redes sociales el turismo ha llegado para quedarse y es parte fundamental de la economía de esta región. Por ello Julia Solis también se unió a esa idea de “buscar lo auténtico y cuidar lo estético, aunque a veces parezca que no es primordial”.
¿Y las reservas? A esta pregunta Juan Turanza quiso responder en nombre de la hostelería y aliviar un poco las críticas que el sector recibe: “hay que la cantidad de personas se ha multiplicado y eso para el empresario es difícil de gestionar. Las personas ahora demandan día y hora, por Lo que es inevitable no buscar soluciones y adaptarse a los nuevos tiempos”.
Se puede decir que el respeto por esta profesión legendaria se ha ido perdiendo con el paso de los años. Esta cuestión también se quiso debatir. Juan Antonio Aguayo opinó que antes el camarero “era respetado y ahora la no cualificación está a la orden del día”. Por su parte, Juan Turanza aseguró que “no se le da el valor necesario a la hostelería y más en una tierra en la que tenemos grandes escuelas de hostelería”.
¿Tener buen servicio es sinónimo de pagar más? Esta es una pregunta que puede tener detractores en ambos bandos de la respuesta. Para Pepe Monforte aseguró que si queremos un buen servicio “hay que pagarlo y nos tenemos que acostumbrar, porque el hostelero también quiere calidad de vida. Para ello hay que contratar a más profesionales y suben los costos de las empresas. Por tanto, hay que subir los precios para volver a tener lo que teníamos: una buena calidad en el servicio”.
“El comunicador siempre tiene que tener como referencia el criterio y no perderlo nunca”
Para finalizar con el debate los ponentes quisieron dejar sus últimas pinceladas a modo de reflexión. Juan Antonio Aguayo finalizó comentando que “en los próximos años la vertiente foodie disminuirá, porque es una profesión que debe gustarte para que no aburra. Los que sobrevivan se acoplarán a los críticos de toda la vida”.
Juan Turanza expuso que “Las sinergias entre comunicadores y el sector vienen para quedarse y el empresario no debe tener miedo y es fundamental saber gestionarlas de manera correcta”.
“Es fundamental que el empresario sepa gestionar de manera correcta las RR.SS.”
Julia Solís cerró su intervención argumentando la parte positiva de las redes sociales explicando que “hay que poner en valor el trabajo que hay detrás del fenómeno foodie. Este trabajo es una oportunidad para muchos restaurantes y bares, además de ser una gran forma de dar entretenimiento a muchísima gente”.
Pepe Monforte apuntó que “este fenómeno ha hecho que la gastronomía este mucho más presente y Sevilla debe vivirla y querer más a sus producto. En definitiva, menos pan bao y más molletes”.
Por último, Daniel del Toro cerro este evento en Fundación Cajasol aseverando que “la vida es sencilla. La labor que se hace no es para criticarlo. Las redes hay que entenderlas y la hostelería siempre debe seguir con su identidad para así poder exportarla. No pasa nada si vienen turistas porque es un bendito problema, siempre y cuando reivindiquemos nuestra identidad”.
Santiago Nicolini, chef de Al punto Catering, llevó a cabo una selección de aperitivos que fue llamado ‘Taller de las 3B’ (bueno, bonito y barato), de cara a las próximas fiestas navideñas. Ante los presentes, el afamado cocinero deleitó a los presentes con su arte culinario, un arte que se vio reflejado en manjares como el tartar de salchichón, todo un placer para los paladares más exigentes.
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