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Desde su fundación en 1944 en Ponferrada, Endesa ha recorrido un camino de transformación y crecimiento que le posiciona hoy como una de las empresas energéticas líderes en España. Con un firme compromiso por contribuir al desarrollo económico y social del país, Endesa celebra su 80 aniversario recordando su trayectoria e impacto en Andalucía, una región clave en su historia. Desde los primeros proyectos de generación térmica hasta la reciente transición hacia energías renovables, Andalucía ha sido un pilar fundamental en el crecimiento de Endesa y en su papel de liderazgo en la transición energética y la descarbonización.
José Bogas, consejero delegado de Endesa, refleja esta evolución con una visión histórica y de futuro. “Endesa ha sido y sigue siendo una compañía orientada a servir a nuestra sociedad. Desde nuestro origen en Ponferrada hace ocho décadas, hemos construido una compañía que tiene la confianza de más de 12 millones de clientes”, afirma. Con este propósito, la empresa se ha adaptado a los cambios del sector y ha impulsado nuevas iniciativas que le han permitido consolidarse en el mercado energético español.
La historia de Endesa comenzó con la necesidad de ampliar la generación térmica para reducir la dependencia de la energía hidroeléctrica. En sus primeras décadas, la compañía no solo construyó instalaciones en el norte de España, sino que también llevó innovaciones a Andalucía, donde instaló una central térmica flotante sobre un buque, en Huelva, capaz de movilizarse para abastecer áreas con necesidades energéticas críticas. A partir de entonces, Andalucía sería una región crucial en el desarrollo de Endesa, construyendo infraestructuras clave como la central térmica Litoral en Carboneras (Almería), y ampliando su presencia mediante la adquisición de Sevillana de Electricidad.
Bogas recuerda este espíritu de superación y expansión: “Endesa nace desde el impulso público para ayudar a reconstruir y desarrollar un país. Nunca nos conformamos con poner una central o dos, nuestros directivos siempre han pujado por engrandecer a la compañía entrando en nuevos segmentos de negocio, en nuevas zonas de España primero y del mundo después, en constante compromiso con las personas y los ecosistemas con los que nos relacionamos”. Esta perspectiva fue especialmente relevante durante los años de crisis del petróleo, que afectaron gravemente al sector energético, pero que Endesa logró enfrentar gracias a su visión de crecimiento a largo plazo.
Durante su trayectoria, Endesa también ha sido pionera en España en la implementación de políticas de sostenibilidad. Desde los años 90, la empresa comenzó a incorporar tecnologías menos contaminantes, como el lavado de carbón para reducir el contenido de azufre, nuevas técnicas de depuración de residuos y el desarrollo de proyectos de ciclo combinado, como el llevado a cabo en Cádiz. Estos esfuerzos iniciales fueron el preludio de la transición que vive hoy la compañía hacia un modelo energético basado en fuentes renovables, incluyendo parques eólicos y fotovoltaicos en Andalucía.
En palabras de Bogas: “Nacimos, nos desarrollamos y seguimos creciendo con el objetivo de facilitar el desarrollo social y económico del país sobre la base de la electrificación. Un uso generalizado de la electricidad que, si era crucial en 1944 y las décadas posteriores, lo es aún más hoy en un momento de transición energética en el que la electricidad producida con fuentes limpias es un vector de desarrollo económico e industrial crítico”. Esta transición es uno de los pilares de Endesa en la actualidad, especialmente en Andalucía, donde la empresa continúa invirtiendo en proyectos de energía renovable y en la digitalización de su red de distribución.
Endesa trabaja para liderar la transición energética y contribuir al bienestar de las generaciones futuras
La integración de Sevillana de Electricidad en Endesa a final de la década de los 90 consolidó la presencia de la empresa en Andalucía, donde había desplegado importantes infraestructuras de generación como la central térmica de Litoral, que erigió en plena crisis del petróleo, con el objetivo de utilizar carbón importado para diversificar las fuentes energéticas. A lo largo de los años, esta planta y otras instalaciones de Endesa en la región han sido fundamentales para garantizar el suministro eléctrico en Andalucía y han sentado las bases para un servicio de calidad.
Al recordar estos hitos, Bogas destaca el papel de la compañía en el desarrollo regional: “Nuestra compañía ha desarrollado, sobre la base del carbón que hoy ya hemos abandonado en la Península Ibérica, amplias zonas rurales de España. Hoy lo seguimos haciendo con renovables y con la industria que éstas atraen. También hemos sido un actor clave en la construcción de la red de distribución eléctrica, donde somos el primer operador de España para facilitar un suministro eléctrico competitivo y de calidad”.
Con el grupo Enel como principal accionista desde 2009, Endesa ha afrontado con éxito los desafíos del mercado libre, manteniendo su liderazgo en el sector energético español. Su historia de servicio y compromiso con la sociedad sigue intacta, y su vocación se fortalece al mirar hacia los retos que plantea la transición energética. “Mantenemos firme nuestra vocación de servicio con la sociedad española, somos uno de los principales inversores industriales de este país, una compañía tractora de la economía como hemos venido siendo en estas décadas. Sobre estas bases, y una firme apuesta por ser una empresa cada vez más sostenible y merecedora de la confianza de nuestros clientes, queremos seguir los siguientes 80 años”, asegura Bogas.
Con alrededor de 9.000 empleados y prestando servicio a más de 12 millones de clientes, Endesa encara su próximo capítulo comprometida con un modelo de desarrollo descarbonizado y con el bienestar de las comunidades a las que sirve. “Tenemos un gran futuro por delante y volver por un momento a nuestros orígenes nos refuerza en el convencimiento que nos sigue guiando. Ser una empresa clave para el desarrollo de España, servir a nuestros clientes y al conjunto de la sociedad, y mantener los vínculos con los lugares que nos han visto nacer y que han sido fundamentales para ser lo que somos hoy”, concluye José Bogas, consejero delegado de Endesa.
Desde su fundación en 1894, la Compañía Sevillana de Electricidad fue pionera en la electrificación de Andalucía. La instalación de su primera central en la calle Arjona de Sevilla en 1896 marcó el inicio de una historia de crecimiento constante, en la que destacó por absorber empresas locales y extender el suministro eléctrico a municipios de toda la región. Su expansión incluyó hitos como la integración de Mengemor en 1951 o Hidroeléctrica del Chorro en 1967 y la construcción de importantes centrales hidráulicas en el Guadalquivir, como Cordobilla y Tranco de Beas, o Pampaneira en Granada, además de una red de plantas térmicas como Cristóbal Colón en Huelva. Durante las décadas de los sesenta y setenta, Sevillana se consolidó como una pieza fundamental en la red nacional al conectar Andalucía con el sistema eléctrico del territorio español y al construir centrales de bombeo como Guillena y participar en la construcción de Almaraz. Este impulso permitió afrontar una demanda energética en rápido crecimiento y posicionó a la compañía como un referente el sector energético que acompañaba al desarrollo económico y social de la comunidad andaluza.
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