VERICUETOS
Raúl Cueto
El discurso del Rey
Una burbuja de optimismo y adrenalina, roja y que adelanta por la izquierda. Ese es el resumen del 41 Congreso Federal del PSOE que este domingo clausuró Pedro Sánchez con una única intervención ante los delegados acreditados, invitados, prensa y personal de intendencia (unas 7.000 personas según la organización). Si el viernes los ánimos estaban bastante decaidos, el trabajo en las comisiones de debate, los diálogos entre los primeros espadas en el Ágora (Montero, Zapatero, Albares, Anne Hidalgo...) durante el sábado fueron calentando el ambiente. Hasta llegar al colofón final del domingo en el que no faltó ni un detalle para cambiar la cara de un PSOE débil y deprimido ante las circunstancias judiciales del entorno de Pedro Sánchez y del Gobierno tras las explosivas declaraciones de Víctor de Aldama y la abrupta salida del líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato.
El objetivo está claro: hay que ganar las elecciones autonómicas, municipales y generales de 2027 y para eso, Pedro Sánchez pasó a la ofensiva y arengando a sus militantes (“y a todos los españoles”, según dijo) con un tono mitinero que se había perdido por el camino de las últimas dificultades, de la DANA a los tribunales: “Aquí no se viene sólo a soñar con una utopía, sino a hacerla realidad. Tenemos una sola obligación: volver a ganar las elecciones autonómicas, municipales y generales en 2027 para culminar una década de avances sociales”.
Una afirmación que tenía particular sentido porque ahora se abren los congresos regionales, que se celebrarán antes del 31 de marzo, y es el momento de renovar o mantener los liderazgos, sobre todo en los territorios en los que no gobiernan los socialistas.
El mensaje se repetía varias veces durante su larga intervención: el optimismo es el camino frente al “odio de los odiadores profesionales” que son los que, a su juicio, están atacando a su familia, a él mismo y a todos los socialistas como ha sucedido con las sedes que se han vandalizado en varios lugares de España, según relató. “Me siento con más ganas, más ilusión y más fuerza” ha dicho tras haber reflexionado qué pasos dar tras llevar diez años al frente del PSOE. “Este es un Gobierno limpio que ha sido acosado y atacado con bulos por por tierra, mar y aire”, ha sido su respuesta.
Y en este contexto, el presidente del Gobierno anunció la creación de una empresa pública de vivienda para construir y gestionar por todo el Estado, así como la prohibición de que las viviendas residenciales puedan convertirse en turísticas en las zonas tensionadas. Hay que tener en cuenta que las competencias en política de vivienda son de las comunidades autónomas, lo que significa que esta empresa pública supone un reto directo a las políticas que están haciendo los gobiernos regionales en manos del PP. Y también el camino de cómo quiere gestionar los próximos años. Apenas ha hecho una referencia a “los apoyos parlamentarios” que necesita para sacar adelante sus políticas pero ha incidido en varias ocasiones en el poder que tiene el Boletín Oficial del Estado, BOE, para plantar cara a las políticas “de la ultraderecha y a su rehén de la derecha” . ¿Una prueba de que está dispuesto a gobernar por decreto?
Pedro Sánchez sale de este 41 congreso con el aval y el apoyo de los suyos en un encuentro en el que no ha habido críticas, apenas un 10% rechazó la Comisión Ejecutiva Federal que lograba el 90% de los votos del plenario, y sí mucho respaldo, apoyos y aplausos. Los militantes y cuadros socialistas “necesitábamos este congreso” y todo ha estado preparado para ir caldeando el ambiente. Empezando por las pulseras, habituales en los conciertos, que se encendían con luz roja al compás de la música. El corazón del PSOE vuelve a latir. Habrá que esperar para comprobarlo.
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