Andalucía tiene 365 zonas de riesgo potencial de inundaciones en todas sus cuencas
Los ingenieros de caminos apuntan a la inversión en presas y acelerar los encauzamientos en ciertas zonas de la comunidad
Destacan el buen comportamiento de las infraestructuras actuales y el sistema de monitoreo permanente de la CHG
Las primeras consecuencias de la DANA en Andalucía: graves granizadas, carreteras cortadas, destrozos...
La comunidad autónoma andaluza tiene identificadas un total de 365 áreas de riesgo potencial significativo de inundación en todas sus cuencas, esto es la del Guadalquivir, Mediterréneas, Guadalete-Barbate y Tinto-Odiel-Piedras. Así lo ha señalado Juan Manuel Medina, decano de la demarcación de Andalucía del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en un acto celebrado en Madrid en el que se pretendía analizar el comportamiento de las infraestructuras de Andalucía con motivo de la última DANA que golpeó a la región y que se cebó principalmente en las zonas de Málaga y la provincia de Cádiz. Según los ingenieros es necesario activa el cumplimiento de las inversiones en los planes de cuenca, acelerar la construcción de ocho presas y reforzar los encauzamientos, aunque destacan como aspectos positivos el buen comportamiento de las estructuras existentes, así como el sistema de monitoreo permanente y el caudal de información que los datos proporcionan tanto a la Confederación Hidrológica del Guadalquivir (CHG) como al Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) que se ocupa de la gestión de las que dependen de la Junta de Andalucía y que supone el 30% de ellas.
En la zona de responsabilidad de la CHG se identifican 128 áreas de riesgo de inundación en 1.082 kilómetros de cauces. El 88% de la población afectada por inundaciones se concentra en la zona baja del Guadalquivir, entre Córdoba y Sevilla. Las Cuencas Mediterráneas Andaluzas tienen 160 zonas de riesgo. De ahí, hay cuatro puntos recogidos en el PGRI (Plan de Gestión del Riesgo de Inundación) con una peligrosidad muy alta: el río Guadalhorce desde el pie de la presa de la Encantada hasta la confluencia con el río Campanillas, el Río Guadiaro, desde San Martín del Tesorillo a la desembocadura, el río Fuengirola y el río Andarax desde Santa Fe de Mondújar hasta Pechina. Además, hay otros cinco puntos que aun con valores medios de peligrosidad, destacan por niveles de riesgo alto: río Guadarranque, río Palmones, río Vélez, río Verde y río Andarax desde aguas abajo del Pechina; y otros dos que comparten valores muy altos de peligrosidad con valores medios de riesgo: el Guadalhorce desde Villanueva del Rosario a Bobadilla y el Barranco de Carcauz.
En la demarcación del Guadalate-Barbate se identifican 48 áreas de riesgo. Hay cuatro puntos recogidos en el PGRI con una peligrosidad muy alta y valores de riesgo también muy alto o casi extremo: río Guadalete, desde Arcos hasta Jerez y desde Jerez a la desembocadura; y los tramos bajos del río Iro y el río Barbate. Además, dos zonas presentan niveles altos de peligrosidad y riesgo: el río Ubrique y el Almodóvar. Por último, en el Tinto-Odiel-Piedras centrada en la provincia de Huelva, hay identificadas 29 zonas en riesgo. La más problemática con diferencia es la del río Odiel, desde Gibraleón hasta la desembocadura, con valores extremos de peligrosidad y riesgo. Con elevada peligrosidad y riesgo significativo están el río Piedras, aguas debajo de la presa; y el río Tinto, desde San Juan del Puerto hasta la desembocadura.
"Falta planificación"
Los ingenieros recuerdan que los planes de gestión del riesgo de inundación, fueron actualizados el año pasado, aunque "nadie les hace caso, ni pone los fondos para materializarlos", señala Medina que añade que a esa dejadez hay que sumar "los planes de cuenca y el Plan Hidrológico Nacional, vigente desde 2001 cuya última modificación está fechada en 2005, por lo que llevamos 20 años mirando para otro lado y se requiere una urgente revisión". Ello se une a "una planificación muy completa en infraestructuras hidráulicas, pero que no se ejecutan" con "porcentajes de ejecución irrisorios que llevan a que volverán a incumplirse los plazos establecidos".
Por ello ponen encima de la mesa la "necesidad de poner en marcha ocho presas" tal y como adelantaron a este periódico los responsables de la Federación Andaluza de Regantes (Feragua), especialmente tres de ellas, como son las de San Calixto entre Écija y Palma del río; la de Alcolea en Huelva, paralizada al 23% de su ejecución y la del Cerro Blanco en Málaga, todavía sin proyecto a pesar de tratarse de una obra declarada como de interés general del Estado. A ellas, sería necesario añadir las de Gibralmedina, Cerrada de la Puerta, Coronada, Pedro Arco, Corunjoso y los recrecimientos del río Agrio y de la Concepción.
Entre los encauzamientos que sería necesario dedicar una especial atención "a los desarrollos urbanísticos y edificaciones sobre cauces vivos o zonas inundables". Entre estos destaca, después de la última DANA el del río Cubillas, en Valderrubio que ha visto como pasaban de largo hasta tres proyectos se han elaborado en los últimos 25 años para acometer las obras. En la zona de Málaga, completando la presa de Cerro Blanco, es esencial el encauzamiento del río Campanillas, que estuvo a punto de desbordarse; en 2005 la Junta valoró el proyecto en 53,6 millones la infraestructura y se adjudicó, aunque nada se ha materializado desde entonces.
Por último los ingenieros proponen "modificar y actualizar los índices de seguridad para las infraestructuras, así como modernizar y adaptar las existentes a los nuevos valores provocados por el cambio climático", la potenciación de los tanques de tormenta, que reducen los niveles de inundación en las zonas urbanas y evitan daños en las depuradoras, la "conservación permanente de los cauces y de las canalizaciones" y volver a rescatar los "desvíos de cauces, de los que no existe ninguno urgente en Andalucía aunque Sevilla es un ejemplo histórico de su buen funcionamiento".
La DANA en Andalucía apenas tiene comparación con lo ocurrido en Valencia. En ésta última se llegaron a recoger 771,8 litros por metro cuadrado en 24 horas y hasta 184 en una, mientras que en Andalucía se llegó a una cantidad que osciló entre los 100 y 150 en doce horas. Con todo ello, se llega a la conclusión de que "el comportamiento de nuestras infraestructuras, a nivel general, fue óptimo". La zona con mayores incidencias se concentró en las Cuencas Mediterráneas, principalmente en Málaga; y, dentro de la cuenca del Guadalquivir, en Guadix. El Guadalmedina se desbordó en Casabermeja, así como el río Vélez, el río Campanillas estuvo a punto y el Benamargosa llegó a su máximo nivel histórico.
Uno de los puntos fuertes "son los sistemas de monitoreo en cuencas y redes fluviales, principalmente en el Guadalquivir. Son excepcionales actualmente. La CHG dispone de 3.000 sensores y 439 puntos de control y recibe 8.000 señales por minuto. Esta elevada tecnificación, combinada con los avances en la predicción meteorológica, ha mejorado la capacidad de respuesta. Permite anticiparse a las crecidas y activar los protocolos de emergencia con mayor celeridad". A ellos se añaden el SAIH, una ventana de información actualizada a tiempo real. En este sentido, los ingenieros concluyen la necesidad de "poner atención a las medidas no estructurales del sistema: mayor cultura de la prevención, una mejora de la coordinación y la gestión de inundaciones y emergencias. La preocupación debe centrarse ahora también en el efecto del cambio climático, que está radicalizando y acelerando los fenómenos meteorológicos extremos e imprevistos".
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